Todos los seres humanos actúan de distinta manera y según la circunstancias en las que se encuentran; desde un enfoque sociológico existe un trasfondo en cuanto al sentido de las acciones que se llevan a cabo. Es precisamente este último aspecto el más sobresaliente y por ende más desarrollado a lo largo de este ensayo ya que la comprensión e interpretación de la acción social, según el significado que le otorga Max Weber, es importante para la labor científica del sociólogo debido a que no debe olvidarse que éste ejecuta su trabajo enfocándose en la interrelación de los individuos en sociedad, lo que implica tomar en consideración la forma en la que éstos actúan dentro de un determinado contexto histórico-cultural.
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En la vida cotidiana los individuos ejercen diferentes acciones sin ser conscientes de que en algunas ocasiones están actuando en función de otros; es precisamente atendiendo a este aspecto que el sociólogo alemán Max Weber plantea la existencia y desarrollo de la acción social la cual define como:
…”Por acción debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. ‘La acción social, por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo”. (Weber, 1996, p. 5).
La acción social no solamente consiste en un hacer sino también en un no hacer, siempre y cuando los individuos vinculen a su conducta un sentido, es decir, que su conducta esté dirigida a actuar en función de los demás; en este aspecto es importante mencionar que, según Max Weber, no todas las acciones realizadas por los individuos pueden ser catalogadas como acciones sociales como lo expresa en las siguientes ideas:
“No toda clase de contacto entre los hombres tiene carácter social; sino sólo una acción con sentido propio dirigida a la acción de otros… La acción social no es idéntica a) ni a una acción homogénea de muchos, b) ni a la acción de alguien influido por conductas de otros”… (Weber, 1996, p. 19).
Respecto al primer caso, el ejemplo que se puede mencionar es éste: una mujer que borda una bufanda, al hacer esto no actúa en función de otros; sin embargo, se convierte en acción social cuando la bufanda que elabora se convertirá en obsequio para alguien más. En cuanto al segundo caso, se puede decir que no es acción social el que un grupo de individuos se ponga suéter porque siente frío o cuando dos o más personas beben agua porque sienten calor; es importante tener claro que éstas no constituyen acciones sociales en la medida en que los individuos no enlacen a ellas un sentido mentado en función de otros.
En la Sociología Comprensiva de Max Weber se busca explicar por qué las personas actúan como lo hacen y no de otra manera y cómo en cierta forma sus acciones están orientadas por un sentido mentado en función de los demás; según esto, Weber plantea como tarea de la sociología la siguiente:
…”la tarea de la sociología (y de las ciencias de la acción en general): comprender, interpretándolas, las acciones orientadas por un sentido”. (Weber, 1996, p. 8).
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En el apartado anterior se deja muy claro el objeto de estudio de la Sociología según la concepción Weberiana; además se hace una diferenciación entre la tarea de un psicólogo y un sociólogo; porque el primero se interesa en las acciones individuales, en cambio el segundo se interesa por el significado de las acciones sociales sean éstas hechas u omitidas por los individuos siempre y cuando éstos orienten su conducta hacia otros.
Una pregunta clave que debe plantearse es: ¿cómo se llega a conocer el significado que los individuos vinculan a sus acciones referidas a otros? Cuestionamiento al que Weber responde:
…”Ciertamente necesitamos saber primero cuál es la importancia de una acción desde el punto de vista funcional para la ‘conservación’ (y también antes que nada para la peculiaridad cultural) y desenvolvimiento en una dirección determinada de un tipo de acción social, antes de poder preguntarnos de qué manera se origina aquella acción y cuáles son sus motivos”. (Weber, 1996, p. 15).
Como se puede observar, previo a que el científico social busque respuestas en cuanto al origen y motivos de una acción social, es menester que tome en cuenta cuál es la importancia de determinada acción social respecto a la cultura, es decir, no debe dejarse al margen el contexto histórico-cultural de la acción; ya que a través del conocimiento de ese contexto, se puede descubrir el origen y motivo de aquélla.
En relación al apartado anterior, es esencial que el científico social pueda comprender una acción e interpretar su sentido sin necesariamente revivir la acción que trata de comprender:
…”Pero tampoco es necesaria la capacidad de producir uno mismo una acción semejante a la ajena para la posibilidad de su comprensión: ‘no es necesario ser un César para comprender a César’. El poder ‘revivir’ en pleno algo ajeno es importante para la evidencia de la comprensión, pero no es condición absoluta para la interpretación del sentido”… (Weber, 1996, p. 6).
Cuando un científico social está haciendo una investigación y recurre a la técnica de la “historia de vida” puede obtener valiosa información y comprender por qué cierto individuo actuó de una manera y no de otra; sin embargo, para comprender e interpretar la acción no fue necesario que éste investigador reviviera la misma acción de la persona de la cual trata de comprender e interpretar su conducta.
Un ejemplo de acción social que puede ser comprendida e interpretada sin necesariamente ser reproducida o revivida por otra persona es la conducta que Pilato realizó al lavarse las manos cuando estaba en el juicio de la condenación de Jesús.
Entendiendo con mayor precisión qué es una acción social, debe diferenciarse ésta última de las acciones que no son sociales como la imitación; Max Weber explica que la imitación no es una acción social porque no es una conducta realizada en función de otros sino que se puede decir que en ella una persona es notablemente influida por otra:
“Tampoco puede considerarse como una ‘acción social’ específica el hecho de la imitación de una conducta ajena cuando es puramente reactiva, y no se da una orientación con sentido de la propia acción por la ajena”… (Weber, 1996, p. 19).
Ni la imitación ni la frase típica de la Psicología que dicta que para todo estímulo hay una reacción, son acciones sociales, puesto que en la primera el sentido de la acción no va orientado a otros y en la segunda, se está actuando por impulso e instinto y no existe una conducta porque no es un acto de voluntad sino solamente reacción.
Max Weber también menciona que no todas las acciones, aunque sean externas, son sociales:
“No toda clase de acción – incluso de acción externa- es ‘social’ en el sentido aquí admitido. Por lo tanto no lo es la acción exterior cuando sólo se orienta por la expectativa de determinadas reacciones de objetos materiales. La conducta íntima es acción social sólo cuando está orientada por las acciones de otros”. (Weber, 1996, p. 18).
Para ilustrar la cita anterior, se puede señalar el caso de las tribus urbanas; un individuo que desea pertenecer a determinado grupo de estas tribus, actuará en función del grupo del cual espera aceptación y por lo tanto su conducta íntima será acción social.
Comentando un poco más acerca de las tribus urbanas, que por algunos son consideradas una moda, es curioso preguntarse lo siguiente: ¿es la moda una acción social?, al respecto Weber indica:
“Se pueden observar en la acción social regularidades de hecho; es decir, el desarrollo de una acción repetida por los mismos agentes o extendida a muchos (en ocasiones se dan los dos casos a la vez), cuyo sentido mentado es típicamente homogéneo”… (Weber, 1996, p. 23).
Según lo expresado, Max Weber establece que la moda sí es una acción social puesto que las personas al vestir o actuar de cierta manera, están orientando sus conductas en función de los demás; ya sea para ser aceptados socialmente o parar que los demás vean que pertenecen a determinada clase social.
Max Weber plantea que la acción social puede ser de cuatro tipos: racional con arreglo a fines, afectiva, tradicional y racional con arreglo a valores; aunque aclara que ésta clasificación no es estrictamente aplicable en su forma pura, ya que en una acción social se pueden presentar mezclas de los tipos anteriores.
En este ensayo se pretende abordar la acción racional con arreglo a valores la cual se define como:
“Una acción racional con arreglo a valores es siempre una acción según ‘mandatos’ o de acuerdo con ‘exigencias’ que el actor cree dirigidos a él (y frente a los cuales el actor se cree obligado). Hablaremos de una racionalidad con arreglo a valores tan sólo en la medida en que la acción humana se oriente por esas exigencias”… (Weber, 1996, p. 21).
Un ejemplo típico de esta acción, se encuentra en las distintas religiones las cuales impulsan a sus feligreses al cumplimiento de ciertos preceptos por medio se los cuales llegarán a tener una mejor vida aquí en la tierra y posteriormente lograrán trascender. En este caso se puede mencionar la religión católica ya que en ésta se han creado preceptos que son aceptados como derecho positivo por las personas quienes se sienten obligadas a cumplirlos, como los diez mandamientos, el confesarse, el asistir a misa los domingos y participar en los diferentes ritos que se realizan dentro de esta Institución.
Otro ejemplo de acción social con arreglo a valores se observa en la familia ya que en ella se inculcan y aprenden ciertos valores, se enseñan los derechos y deberes de cada uno de sus miembros los cuales se sienten obligados a cumplir con esas exigencias, por lo tanto su acción estará dirigida en función de cada integrante.
En conclusión, tomando en cuenta las argumentaciones anteriores sustentadas en la Sociología Comprensiva de Max Weber, la mayoría de las acciones que realizan los individuos se pueden catalogar como ‘acciones sociales’ puesto que en la mayoría de casos y situaciones se tiende a actuar, de alguna u otra manera, en función de otros, además gran parte de nuestras acciones están condicionadas por la misma sociedad a la que pertenecemos; por ejemplo, usamos vestimenta para salir a la calles, no solamente por pensar en qué dirán de nosotros si no lo hiciéramos sino también porque no es permitido actuar de esa manera, lo cual nos lleva a realizar una acción condicionada.
BIBLIOGRAFÍA:
Weber, M. (1996). Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.