En este ensayo, ‘Ceguera moral: La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida’ (Paidós, 2015), el prestigioso sociólogo Zygmunt Bauman, en colaboración con Leonidas Donskis, analiza brillantemente la ceguera moral que define nuestras sociedades a partir del concepto de adiáfora: el acto de situar ciertos actos o categorías de los seres humanos fuera del universo de evaluaciones y obligaciones morales.
En una sociedad como la actual, marcada por la banalización de la cultura y un consumismo acérrimo, rara vez tenemos tiempo para detenernos en los temas verdaderamente importantes, y corremos el grave riesgo de perder nuestra sensibilidad ante los problemas de los demás.
El mal no se limita a la guerra o a las circunstancias en que las personas actúan bajo una presión extrema. Hoy en día el mal se revela con más frecuencia en la cotidiana insensibilidad al sufrimiento de los demás, en la incapacidad o el rechazo a comprenderlos y en el eventual desplazamiento de la propia mirada ética. El mal y la ceguera moral acechan en lo que concebimos como normalidad y en la trivialidad y banalidad de la vida cotidiana, y no solo en los casos anormales y excepcionales.
El tipo característico de ceguera moral que define nuestras sociedades es lo que analizan brillantemente Zygmunt Bauman y Leonidas Donskis a partir del concepto de ‘adiáfora’. La diáfora implica una actitud de indiferencia a lo que acontece en el mundo, un entumecimiento moral. En una vida cuyos ritmos están dictados por guerras de audiencias e ingresos de taquilla, donde la gente está absorta en las últimas tendencias en aparatos tecnológicos y formas de cotilleo; en nuestra «vida apresurada» en la cual rara vez hay tiempo para detenernos y prestar atención a temas de importancia, corremos el grave riesgo de perder nuestra sensibilidad ante los problemas de los demás. Solo las celebridades y las estrellas mediáticas pueden esperar ser tenidas en cuenta en una sociedad extenuada por la información sensacionalista y sin valor.
Esta penetrante investigación del destino de nuestra sensibilidad moral será de gran interés para quienes se preocupen por los profundos cambios que silenciosamente configuran las vidas de todos en nuestro contemporáneo mundo líquido.
“La nuestra es una era de temor. Cultivamos una cultura del temor progresivamente más poderosa y global. Nuestra era exhibicionista, con su fijación en el sensacionalismo barato, los escándalos políticos, los reality shows televisivos y otras formas de autoexposición a cambio de fama y atención pública, aprecia el pánico moral y los escenarios apocalípticos en un grado incomparablemente mayor a los planteamientos equilibrados, la leve ironía o la modestia”, afirma Leonidas Donskis en el tramo final del libro.
Artículo en vlcnoticias.com
La ceguera moral es obvia en nuestra vida cotidiana. Es una ceguera de alto riesgo para es sociedad “no vidente” funcional, con buena agudeza visual. Terribles acontecimientos de la vida cotidiana que vivimos no son ignorados, sencillamente no tienen impacto social, no son “sexy”. La sociedad indiferente, ingenuamente piensan que son cosas que le pasan a “los otros”. La historia reciente, mi experiencia personal, son explícitos que las metástasis del mal son muy ágiles.
El pensamiento razonado, la solidaridad ausentes en amplias capas de la sociedad.
Muy bueno el énfasis en la ádiafora.
AC José Grunberg. Uruguay
Por supuesto, simplemente lo que debemos es no olvidar estos sucesos de la película “PRO”.
Una pregunta obligada ¿Dónde y cómo se consigue el texto?
Por amazon
hola alguien me podria hacer una sintesis por capitulo del libro muchas gracias?
el mundo transita democraticamente hacia donald trump y la profecia del fin del mundo es real aqui y ahora a nadie le importa sus semejantes ni sus hijos ni sus amores.solo le importe el mismo LA CEGUERA TRIUNFO.
Los responsables de la ceguera que tenemos hoy día, gran parte se le atribuye a los padres irresponsables, queriendo dar a los hijos todo lo que no tuvieron y han hecho un uso excesivo de ello, olvidandose de los valores y los principios… entiendo que los padres de hoy día tenemos que hacer conciencia de esta realidad que vivimos y procurar marcar la diferencia incentivandole amor del bueno a nuetros hijos, procurando educar en valores y eshibir y practicar lo que le enseñamos… enseñarles el valor de las personas, no de las cosas…