“No encontraba nada y decidí empezar a estudiar otra vez” o “empecé a trabajar muy pronto, ahora me tengo que reciclar” esta es la decisión que muchos españoles mayores de 40 años han tomado por la crisis económica.
Así, en el curso 2012-2013, se presentaron a las pruebas de mayores de 40 años para la universidad 5.954, los cuales han aprobado 3.939. Una presencia que ha incrementando un 49,4% en el último año, un 129,3% en los últimos cinco años y se ha multiplicado por más de 4 veces en los últimos 10 años según Informe: Datos y cifras del sistema universitario español.
Según el sociólogo Santiago Pardilla, se describen dos tipos de grupos en los universitarios mayores de 40 años.
Aquellos que por falta de oportunidades laborales vuelven a tomar los libros después de años, normalmente provienen de familias con entorno de bajo nivel educativo.
Por otro lado, aquellos que se lo toman como una forma de aumentar su formación, de reciclarse, por prestigio o por reto personal. Con paginan el trabajo con los estudios, por ello prefieren una matrícula parcial, aunque suponga finalizar la carrera más tarde que el resto de sus compañeros.
“esto enriquece el campus, ya que estos universitarios ya tienen experiencia laboral, algo de lo que carecen la mayoría de los jóvenes universitarios” dice el sociólogo.
Sin embargo, existe un gran hándicap para estos estudiantes, ya que la Universidad esta pensada para los recién salidos del instituto. Por ello surgen problemas como la asistencia a clase por el Plan Bolonia, los profesores exigen una cuota de asistencia que muchas veces los trabajadores no pueden cumplir. Aunque siempre encuentran ayuda por parte del profesorado, salvo en algunas ocasiones que el profesor es muy rígido.
Pero donde más se ve este marco de biodiversidad es en los Master, siendo uno de cada 3 alumnos mayor de 30 años.
En conclusión, esta forma de convivir a jóvenes con estudiantes maduros, permite descubrir las diferencias socioculturales de dos generaciones, donde ambas partes resultan favorecidas.