
La red internacional BankTrack acaba de presentar un extenso informe (pdf) para evaluar a 49 bancos de 17 países en sus mecanismos para controlar la corrupción, la violación de derechos humanos, el fomento del cambio climático, el daño a los pueblos indígenas o las operaciones relacionadas con conflictos armados.
El banco con la puntuación más alta es el holandés Rabobank, con una media de 1,7 puntos sobre un máximo de 5. No llega ni de lejos al aprobado. Los siguientes en el ranking son HSBC (1,2), el ING (1,16) y el Santander y WestLB (1,1). Y eso que el informe, realizado por presentado en España por Setem, no se fundamenta en denuncias o casos concretos sino en si se adaptan o no a los acuerdos internacionales para cada tema.
La lista (abajo completa) incluye a los bancos Santander y BBVA y a otros que operan en España o América Latina como Banco do Brasil, Bank of America, BNP Paribas, Crédit Agricole, Rabobank, Deutsche Bank, Itaú Unibanco o HSBC. El estudio no analiza los casos de las entidades de banca social o banca ética.
En el caso del BBVA, el informe alarma sobre la falta de control y transparencia sobre las operaciones financieras que tienen que ver con la venta de armas. Además, se critica que la política medioambiental del banco solo se aplique sobre sus operaciones como empresa física (sedes, transporte, etc) y no sobre el impacto de sus inversiones. El Banco Santander también saca un 0 en el control de opeaciones en zonas en conflicto y se critica su relación con explotación de recursos naturales en connivencia con dictaduras militares como la de Myanmar.
Se analizan siete sectores de negocio: agricultura, pesca, explotación forestal, industria militar y comercio de armas, minería, petróleo y gas, generación de energía. Por otro lado, se analiza el comportamiento de las entidades sobre nueve temas sociales: biodiversidad, cambo climático, corrupción, derechos humanos, pueblos indígenas, trabajo, operaciones en zonas de conflicto, tributación y productos tóxicos.
Lo más destacado del informe es que:
1. Ninguno se acerca al aprobado. Ninguno tiene mecanismos de control o políticas internas para todos asuntos analizados.
2. Comparando con los datos del año 2007, hoy hay más bancos que desarrollan políticas de sostenibilidad. En 2007, era un 27%; en 2010, un 49%.
3. Los bancos que ni siquiera tienen el pudor de hacer como si algo de todo esto les importara son principalmente 6: Bangkok Bank, Banco de China, China Construction Bank, DekaBank, Banco Industrial y Comercial de China y Kasikornbank. Ninguno ha tomado ninguna iniciativa de regulación de su actividad para evitar los problemas analizados.
3. Sólo en unos pocos casos los bancos cumplen la mayor parte de los criterios de una buena política de sostenibilidad. Este es el caso de la política sobre cultivo forestal de HSBC (4 puntos) o la política sobre agricultura de Rabobank (3 puntos).
4. El tema que merece algo más de atención por parte de los bancos, según el informe, es el de los pueblos indígenas, con una puntuación media de 0,94. La puntuación más alta fue de 2 puntos para Morgan Stanley, JPMorganChase y Rabobank.
5. En la transparencia, los bancos han tenido una puntuación media de 1,5. Banco Bradesco, HSBC, ING Direct y Intesa Sanpaolo aprueban.
8. La calidad de las iniciativas tomadas contra el cambio climático “está por debajo de un mínimo aceptable” y faltan compromisos claros “en cuanto a la explotación de fósiles y centrales térmicas”. Todos suspensos.
9. En cuanto a corrupción, 37 bancos han tenido una puntuación de 1 punto por no haber adoptado acuerdos internacionales como por ejemplo para el control del blanqueo de dinero.
10. Entre las entidades de empresas de países emergentes, las tailandesas son las que peor nota se llevan. Los bancos chinos han mejorado algo con respecto a análisis anteriores, especialmente el Indusrial Bank, aunque están muy lejos de lo deseable.