
Venía de Nigeria pensando que en dos meses pagaría los gastos del viaje a sus “chulas”
Tuvo que prostituirse dos años y seguir pagándoles tres más para pagar los 45.000 euros que le exigían, amenazándola con ritos de vudú y con agredir a su familia si no lo hacía
“Tengo 26 años, nací en Nigeria y llevo diez años en España.
Quería venir porque creía que iba a tener una vida mejor. Lo pensó mi madre. Al principio no fue fácil pero como decía que sería una vida mejor… Vine en avión hasta Italia con un hombre que traía más chicas. Allí cogí un tren hasta Madrid. No entendía nada, cuando cogí el taxí tenía la dirección apuntada en un papel que me habían dado. Tenía diecisiete años.
Estás como perdida, sin saber dónde estás. Piensas que si te pierdes no tienes a nadie. Me vinieron a buscar y me llevaron a una casa en la que sólo había un chico, luego me volvieron a recoger y me llevaron a otra casa. Allí había cinco chicas. Se fueron a trabajar cuando yo llegué y estaba allí, esperando la explicación. No conoces a nadie, no está tu familia…
Yo sabía que venía a ejercer la prostitución pero si tú no lo ves no sabes cómo es. Me mintieron al decirme que era fácil, que en un mes o dos sales de allí. En dos meses no vas a salir de eso. Imagínate, tenía que pagar 45.000 euros. ¡Ni atracando un banco consigues eso en dos meses! (y sonríe).
Estuve dos años trabajando (prostituyéndose) para pagarles la deuda. A mí no me pegaron pero a la otra chica le daban la paliza de su vida todos los días porque tenía la mala suerte de no conseguir dinero. Le dijeron que iba a seguir hasta los 50 años sin ganar nada. Teníamos dos jefas, nigerianas. Les teníamos que pagar porque fueron ellas quienes costearon el viaje.
Nos prostituíamos en la calle, en la Casa de Campo en Madrid. Tienes que volver a la casa por narices, aunque yo prefería estar siempre en la calle”
Periodismo Humano. ¿En base a qué te pueden pedir 45.000 euros cuando tu viaje en avión pudo costar cmo máximo 4.000?
“Pues no lo sé, pero hay gente que puede pagar hasta 60.000 euros. En la Casa de Campo, con suerte, un día de fiesta o fin de semana, puedes ganar 200 euros. Pero otros, sólo 30. Y tienes que pagar la comida cada semana, el alquiler del piso, la luz aunque no estés allí, aunque sólo tengas tu maleta tienes que pagar todo eso a tu chula.
Un día se me acabó la ‘plaza ‘ (periodo correspondiente a 21 días que rige el trabajo de las mujeres en los prostíbulos) en un club de Mieres en el que ganaba mucho y mi chula me dijo que le pidiera a la dueña que me dejara trabajar otro mes, pero ésta me dijo que no, que a los clientes no les gusta que estén tanto tiempo allí y no me dejó. Entonces mi jefa se pusó a gritarme por teléfono, a insultar a mi famila, a amenazarme… Y me enfadé porque la culpa no era mía y no fui a Madrid por temor a que me diera una paliza, así que me quedé en otro club de la región y le mandaba el dinero por ingreso en su cuenta bancaria. Y llamé a otro club de por aquí, y desde allí le seguía mandando el dinero. Pero entonces me dijo que iba a dejar a mi madre ciega (en mi país por 20 euros contratas a unos matones para que le peguen o maten) y eso pese a que yo le seguía enviando su dinero.
En esos momentos lo que te preocupa no eres tú sino tu familia, te da pena porque ellos no sabían a lo que venías. Mi madre sí lo sabía pero a ella también le engañaron porque le dijeron que en dos meses ya estaría libre, pero lo que ellos no saben es el trato que recibes aquí. La madre de mi jefa fue a buscarla para decirle que su hija se había marchado sin pagar y ella se cayó al suelo y fue hospitalizada porque pensó que si no pagaba era porque me habían matado.
Una vez que trabajé mucho guardé dinero para dárselo a la jefa otro día que no trabajara tanto, pero al día siguiente no estaba donde lo había escondido y, claro, no le podía preguntar a nadie. Estuve ocho meses enviándole dinero sin verla pero una vez que ya no tenía maquillaje, ni ropa y el pelo lo tenía muy mal, fui a Madrid, porque se lo tenemos que comprar a ella y como del club tampoco sales… Y entonces me pegó y me acusó de querer escaparme.
P. ¿Y qué hiciste?
“Nada, llorar y pasar el mal rato.
Me fui en 2005, quedaba poco de la deuda y yo llevaba la cuenta de lo que pagaba. Estuve tres años más o menos pagándole. Vine para Asturias. Seguí prostituyéndome y enviándoles dinero.
Pero la prostitución no es sólo eso, viene con muchas cosas detrás. Lo que encuentras dentro del club es peor que eso porque allí puedes arruinar tu vida sin saberlo, te puedes volver alcohólica, adicta a la cocaína, porros…. en el club. La jefa quiere su dinero, tú lo puedes pagar y hacer tu vida. Pero si estás en el club no piensas… porque ganas dinero.
Lo que yo siempre digo es que se trabaje con cabeza. Una amiga murió de sida. Como tu jefa te está presionando haces cualquier cosa para ganar dinero. Yo creo que hay que tener paciencia, si hoy no trabajas, ya trabajarás mañana.
P. Pero, son muchos los hombres los que piden no utilizar condón.
Muchos, demasiados, ése es el problema. Antes eran los viejos pero ahora chicos de 18 ya piden eso. Te dicen, “Pero si yo estoy sano”. Pero hay muchas otras que sí lo aceptan porque pagan más. Es que hay muchas chicas que dicen ‘qué más da, si estás en esta vida no vales nada’. Pero yo creo que sí vale mucho.
P. ¿Cómo conociste a APRAMP?
Venían cada mes al club. Lo primero que me llamó la atención fue que hablaron de las clínicas ITS para hacerme una revisión ginecológica. Me acompañó una de ellas a Gijón en 2006 porque tenía miedo. Desde entonces he ido cada año.
P. La primera vez que fuiste, ¿temías que te diagnosticaran alguna enferemedad?
Pues fíjate que no fui a recoger los resultados porque me daban miedo (y ríe). Llevaba tiempo trabajando y cuando estás allí, en la consulta, te viene todo a la cabeza. Te da miedo. Hasta pasado un tiempo no fui a hacerme otro examen y me dijeron que tenían allí unos resultados. Pero no te tranquilizas, como no tienes que pagar, piensas que a lo mejor no están bien hechos. Hasta la tercera vez no confías.
Después vine a la sede para que la abogada me ayudara con mis papeles. Luego a clases de español, como no sabía leer ni escribir, pues me llamó la atención . Quería dejar la prostitución, estaba harta, pero no sabía cómo. Tenía que pagar el alquiler y no tenía otra forma de pagarlo. Y finalmente mi novio me dijo que si estábamos juntos no podía seguir trabajando en eso.
Pero su familia no me habla, llevo seis años con él y su madre dice que no quiere esa mierda en su casa. Lo conocí en el club.
P. ¿A qué te dedicas ahora?
Estoy buscando trabajo, pero la cosa está difícil. He hecho cursos, pero no he encontrado trabajo en España desde diciembre de 2009. No quiero imaginar volver, muerta de hambre pero no voy a volver. Lo he hecho durante años y te destruye.
(Javier Bauluz)
P. ¿Por qué te destruía?
Porque la gente te mira como si fueras un trozo de carne, otros otros como si fuera una mierda porque no te valoran como una persona digna. Esas cosas te entran en la cabeza y tú misma no te ves como una persona ya. Antes yo iba por la calle con la cabeza agachada porque tienes vergüenza. Sales de ahí y la gente no te ve como si fueras una persona y eso también te está influyendo para destruirte a ti misma. La gente cree que las que estamos ahí, como ganamos dinero, lo hacemos por gusto y la mayoría lo hace por obligación. Muchos tienen hijos en su país. Igual no son pobres-pobres, pero vino aquí, puede enviar a su hijo a que coma bien, a estudiar.. Llega un momento que te sientes con una vida miserable. Conozco muchas chicas de Brasil que han traído a sus hijos. Una de ellas siempre lloraba porque no trabajaba, hasta que un día llegó un hombre que la sacó de eso. Llegas aquí, no tienes papeles, no tienes a nadie, estás sola, tienes que buscarte la vida, tienes que comer y lo mismo una persona te dice ‘mira hay esto que te puede dar una casa, una comida y ayudarte a enviar dinero para tu familia’. Al final no puedes salir fácilmente.
P. ¿Cómo era tu vida en Nigeria?
Mi madre trabajaba en el campo. No soy de una familia pobre pero tampoco tenemos nada. Mi padre hizo su vida. La situación era tan mala que me tuve que venir.
P. ¿Y cómo sabías a quién tenías que localizar?
Ellos te buscan, van por la casas. Hice curso de peluquería, quería abrir una allí. Estaba trabajando, ahorrando un poco hasta que llegó esto. Te dicen ‘Tienes que ir a Europa’, porque ellos te dicen que aquí… la culpa no es de ellos porque ellos no saben cómo es aquí. Lo que yo digo es que hay que traerles porque la idea que tienen es que aquí se recoge el dinero en la calle. Que aquí tienes un euro y te haces millonario porque la gente que vuelve ponen como si fueran el rey del mundo aunque puedan estar trabajando de basurero aquí.
P. ¿Has vuelto a Nigeria?
No, porque lo que necesito es trabajar. Cuando trabajaba les enviaba dinero siempre y ahora no puedo. Mi madre sí que se alegró de que lo dejara, pero mis hermanos no creo que tanto porque dicen que tengo que traer a uno de ellos a España, pero no puedo porque también soy una persona y tengo que buscarme la vida.
P. Y las mujeres de Madrid, ¿te amenazaron alguna vez con brujería?
Cuando llegas te hacen una foto desnuda, te cortan uñas, el pelo de las axilas, del sexo y de la cabeza y te dicen que si no pagas te harán vudú (Ymuestra marcas en la cintura de cortes con una cuchilla que le hizo un brujo con la amenaza de que si no pagaba se moriría) A una amiga la metieron en un ataúd diciéndole que si no pagaba la llevarían de Europa a Nigeria metida en él.
Te da miedo pero el miedo que más molesta es el de la familia. Yo no creo en eso, porque soy cristiana, pero hay gente que lo cree.
P. Este año has conseguido lo papeles de residencia en España. ¿Qué te han supuesto?
Alivio y me ha cambiado muchas cosas. Ahora voy por la calle, veo un coche de policía y puedo seguir tranquila. Tú imagínate, sin papeles ves el coche de Policía y casi te haces pis encima.
P. ¿Te han detenido muchas veces?
Sí. Y me han dado dos órdenes de expulsión. En Cádiz, mi jefa me había enviado a hacer una plaza en un club. Pero cuando llegué me dijo la dueña que no quería nigerianas porque una le había robado. Llevaba sin dormir toda la noche, tenía hambre, sólo tenía 5 euros… Estaba frustrada y me senté en la calle y llegó la Guardia Civil. Era como si estuviera soñando, me detuvieron. Ya en comisaría, un policía me saludó y como no le contesté empezó a decirme que nos fuéramos todos, que éramos unos muertos de hambre. Y yo también le insulté. Entonces me llevaron a una celda donde estuve sin comer tres días, pero dormí como dios manda (y ríe). Me soltaron y estaba tan cansada que les dije que me devolvieran a mí país. Pero no me enviaron.
P. ¿Los clientes, te han pegado alguna vez?
No he conocido a nadie que haya trabajado como prostituta a la que no hayan pegado. Una vez un cliente vino, me pagó por 45 minutos, y mientras estábamos haciéndolo me dijo que chillara, y de repente me cogió el cuello y no podía respirar. Y con una mano me levantó de la cama. Yo no llegaba al timbre, no sé porque siempre lo ponen donde no se llega desde la cama. Salí corriendo. Le echaron del club pero encima pidió que se le devolviera su dinero y se lo devolvieron.
Sé de una chica que mataron en la Casa de Campo. Antes llevábamos bolsos cruzados en el pecho, y cuando nos acercábamos a los coches a hablar los cogían y nos arrastraban. Hay otros que te pagan para pegarte sólo. Por eso decidimos no ir a ningún sitio alejado, hacerlo donde la gente te vea aunque nos dé vergüenza porque es por seguridad. Pero yo no tengo miedo porque pienso que cuando llegue el día de tu muerte no podrás escapar.
Fuente: periodismohumano.com