
Llevamos ya bastante tiempo,desde que comenzó la crisis de deuda soberana, que Europa ha dado prioridad como medida para solucionar el exceso de endeudamiento, tomar medidas que tengan como fin controlar el déficit público sin ningún tipo de éxito.
A día de hoy se está poniendo en duda que las medidas de austeridad sin más sean las apropiadas para reducir los déficit públicos.El razonamiento es muy sencillo; imagínese que se consigue el control del déficit público en los países con más problemas(Irlanda,Grecia,Portugal,España,etc).Incluso en este caso no se dejaría de seguir aumentando la deuda pública y muy probablemente se estaría deprimiendo la económica.
Para el colmo del caso, se ha elegido el endurecimiento de sistema fiscal como medida para conseguir mayores ingresos fiscales ,precisamente cuando la economía está más deprimida.
En otro de mis artículos ya expliqué como debe actuar el Gobierno ante la crisis actual de endeudamiento:
1º-Determinar la necesidad de todos los gastos públicos desde un punto de vista social.(el caso de los últimos aeropuertos que se hicieron es un ejemplo de gasto público mal asignado)
2º-Conseguir que el gasto público se ejecute con la mayor eficiencia posible, de forma que la relación eficacia/coste del gasto público sea lo mayor posible.
3º-Priorizar el gasto público con criterios que no sean partidistas, sino estableciendo una escala de prioridades que no sean discutibles por la sociedad.
4º-Una vez que se han cumplido las 3 fases, si los recursos públicos para atender las necesidades básicas de un país son escasos,entonces y sólo entonces hay que recurrir a la austeridad o recorte.
Una vez que se ha actuado por el lado del gasto,estaría justificado actuar por el lado de los impuestos o ingresos públicos, pero siempre que no se llegue a un sistema fiscal que roce la confiscación, y encima en plena recesión económica, ya que deprime más la actividad económica e incentiva el fraude fiscal.
Volviendo al tema de dar prioridad por parte de Europa a lo financiero frente a lo real, hay que decir que la solicitud de financiación siempre está motivada o justificada por un proyecto de inversión con la suficiente rentabilidad que permita devolver el dinero pedido a préstamo más los intereses.
Lo economía financiera siempre debe estar sustentada en la economía real.
No tiene sentido pedir prestado por parte de España si no buscamos al mismo tiempo la forma de conseguir aumentar el empleo,consumo,producción y finalmente la recaudación fiscal con la que pagar lo pedido a préstamo y sus intereses.
Podemos aceptar que es una condición necesaria controlar o reducir el déficit e incluso pedir prestado,pero es necesario cumplir la condición suficiente que es crear empleo para poder pagar el préstamo recibido y pagarnos nuestro estado de bienestar.
No podemos reducir nuestros objetivos a reducir o controlar el déficit y pedir prestado sin resolver el problema del paro;tenemos que estimular el empleo como medida fundamental para devolver lo que debemos.Pero tenemos que estimular el empleo de una forma que participen todos los trabajadores de nuestra sociedad, y la forma no puede ser de otra forma que incentivar a los trabajadores más cualificados para que apliquen su talento a la ( I+D+i) y a los trabajadores menos cualificados para que se formen para aplicar las tecnologías o conocimientos creados.Aquí tienen cabida todos los trabajadores(cualificados y menos cualificados),lo que ocurre es que estas medidas tienen un tiempo de maduración bastante largo y los políticos actuales no destacan por tomar medidas de futuro.
Como explicaba en otro de mis artículos:si hoy no se preocupa del futuro,mañana no tendrá ni presente ni futuro.El sacrificio en el presente tiene el sentido de que en el futuro el tiempo juegue a tu favor.
Hay dos objetivos de futuro que no hemos cuidado lo suficiente:la educación e investigación y el ahorro. Un país que no incentive estos objetivos está avocado a vivir al día, a subsistir.
Artículo de Ramón Fraile Duque, Licenciado en Economía por la Universidad de Valladolid, escritor-analista socio-político y miembro de “Economistas críticos independientes”