
El PIB per cápita puede mostrar una imagen falsa de progreso en países con grandes desigualdades sociales ¿Cómo medimos entonces el progreso?. Post de Christian Cancino.
Es posible ver que son muchas las economías –Brasil, China, India, Chile, entre otros- que han presentado un significativo crecimiento en los últimos años. El indicador más característico con el cual estadísticos y economistas miden ese crecimiento es el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita o ingreso por habitante. Si bien lo anterior parece ser una excelente noticia, llama la atención que en general no podamos ver una similar distribución de los ingresos en estas economías y sigamos viendo como se producen grandes desigualdades sociales, en donde son pocos los que pueden acceder a los beneficios de los avances tecnológicos, en salud, en educación y de un mejor bienestar en general.
¿Un país con más ingresos es un país más rico? ¿Por qué en algunos países mientras mayor es el PIB per cápita mayor es la desigualdad? ¿Qué falla en las mediciones sobre crecimiento económico que utilizamos? Quizás la respuesta está en el propio instrumento de medición de bienestar de una economía: el PIB.
Si quienes manejan la política pública están considerando al PIB como el instrumento de medición de la riqueza de una economía, podríamos caer en un engaño cuando nos encontremos con un PIB en crecimiento que tenga efectos inflacionarios presionando. Un ejemplo: si en un país vemos tasas de crecimiento al 5%, lo que es bastante alto en estos tiempos, con un aumento en los niveles generales de precios de alimentos de forma importante como consecuencia, es posible que las familias más pobres y de clase media vean muy afectado su poder adquisitivo para comprar, especialmente bienes de alimentos y primera necesidad, gasto más importante respecto de sus ingresos. Si un país crece, y los precios suben, las malas noticias llegan para las familias más pobres de una sociedad porque verán disminuidos sus ingresos reales.
Por tanto, el PIB podría ser una mala medida de la cantidad de bienestar en un país, fundamentalmente porque mide sólo la producción de bienes y servicios generados en una economía o región, independientemente de quién los consume. Al parecer, al mirar el PIB de un país nos confundimos creyendo que expresa información sobre el nivel de satisfacción de la población y sobre las características de su calidad de vida.
Debemos entender el PIB per cápita como un dato estadístico que muestra información con respecto al ingreso medio de los individuos de un país. En la práctica sabemos que la media no existe, es decir, los individuos no se ven necesariamente reflejados por la media. Cuando existe mucha dispersión en los ingresos, el dato de ingreso medio no puede utilizarse como medida para conocer sobre los niveles de vida de los ciudadanos de un país. Sin duda alguna, la problemática puede darse si los ingresos a que hace referencia el PIB se reparten de manera desigual entre categorías de personas, por lo que ciertas familias se ven más beneficiadas que otras.
Volviendo al ejemplo de un país en crecimiento en el que se encarecen los productos básicos, el PIB per cápita no resulta adecuado como instrumento de medición del bienestar de un país, especialmente cuando queremos extrapolar esos resultados a medidas de bienestar de las familias. Entonces, ¿qué podemos hacer para evaluar mejor lo que está ocurriendo?
En el informe de la Comisión Stiglitz hay algunas recomendaciones esenciales para medir el desarrollo de una economía y su efecto en calidad de vida. Las recomendaciones más importantes serían:
- En el marco de la evaluación de bienestar material, sería mejor referirse a los ingresos y al consumo que desarrollan los habitantes de una economía más que a su producción. Un país que produce mucho, pero que exporte la mayor parte, no implica que sus ciudadanos tendrán acceso a mayor consumo. Lo importante es medir el consumo real de las familias de una economía.
- Las mediciones sobre bienestar económico deben hacer hincapié en la perspectiva de los hogares para seguir mejor la evolución del nivel de vida de los ciudadanos. Es decir, el consumo de las familias segmentando por tipos de hogares, ayudará a comprender mejor la distribución de los ingresos según niveles sociales.
- Si bien es importante considerar los flujos de una familia, que se reflejan en las posibilidades de consumo, es tan importante o más medir también el patrimonio de los individuos y sus familias. Uno podría presentar un gran nivel de consumo hoy a cambio de un endeudamiento futuro. Las medidas de patrimonio permiten conocer los niveles de activos que poseen las familias, con lo cual aseguramos medir su bienestar a largo plazo.
El informe de la Comisión Stiglitz resulta ser un buen punto de partida para entender por qué existe hoy la necesidad de buscar mejores medidas de evaluación del bienestar existentes en nuestras economías.
Christian Cancino: Profesor Asistente en Sistemas de Control de Gestión en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. Doctorado en Economía y Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid y titulado en Ingeniería Comercial e Ingeniería en Información y Control de Gestión por la Universidad de Chile. Asesor y consultor de empresas públicas y privadas.
Visto en sesiondecontrol.com