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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

Emancipación religiosa y su fundamentación racional (II) por Esteban Romano

marzo 14, 2013

Hoy la segunda parte (primera parte) de la disertación acerca del camino seguido por la Europa Cristiana para su emancipación religiosa. Entrada de Esteban Romano

… Toda la intelectualidad de una determinada sociedad se pone en contra de los principios en los que vive. Y se lanza a buscar otros…

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Analicemos esto fríamente, pongámonos en situación, imaginemos el siglo XIV, unos monjes y algunos otros seglares, que en esos siglos ya sabían leer, comienzan a cuestionar las bases de su sociedad, sin tener otra de recambio. No es que se hicieran apóstatas, ni que se pasaran a otra cultura, como la budista o la islámica, sino que seguían siendo cristianos, pero trazaban un camino nuevo, que revolucionaba las normas fundamentadoras de la sociedad. Hoy somos herederos de esos monjes, de esos revolucionarios, estamos acostumbrados a romper moldes, a cuestionar todo, a transgredir y eso nos parece lo normal, pero históricamente no ha sido así. No es normal cuestionarse los principios de tu propia civilización. Realmente sólo los intelectuales grecorromanos lo hicieron, y nunca con la profundidad y la intensidad que nosotros, nadie más. Es revelador  lo que ocurrió en el Islam, los islámicos nacen el siglo VII, allá en las lejanas y sedientas tierras de Arabia y se extienden por Asia, África y parte de Europa, con una celeridad admirable. Aprenden de griegos, sirios, persas e incluso indios y desarrollan una civilización brillante, alcanzando un gran nivel en cuanto a cultura, desarrollo y prosperidad. También entre ellos surgen algunos críticos a su sociedad, debido a las lecturas de los pensadores griegos, sobre todo. Pero, ¡qué diferencia! La sociedad islámica culta rechaza y persigue a esos escritores subversivos, que tienen que huir para salvarse, siendo sus obras destruidas, además aparece  un caso paradigmático, es el caso de Averroes. Este escritor árabe vivió en Córdoba, y produjo unos libros, donde se cuestionaba la esencia de la civilización islámica. Fue perseguido y sus libros quemados, mientras que la sociedad islámica culta, los demás escritores, lo estigmatizaron. Ellos no estaban dispuestos a aceptar ninguna opción que posibilitara el cuestionamiento de la religión o la teología islámica. Eso no era discutible. Y curiosamente quienes acogieron esos libros fueron los cristianos. Y en las universidades europeas de su tiempo, existieron averroístas latinos, pero no hay averroístas islámicos. Nadie lo continuó en el Islam, mientras los cristianos acogieron unos textos que ponían en entredicho la esencia de toda religión, y por lo tanto la base de la civilización cristiana, mientras que el Islam lo rechazó de plano. Y ahora viene la pregunta: ¿Qué era lo normal, aceptarlo o rechazarlo?

Hoy, nosotros diríamos aceptarlo, por que ese fue el camino que tomamos. Pero en aquel tiempo, no era sí. Ninguna otra cultura ha aceptado a aquellos que subvierten el orden establecido. ¿Por que nosotros sí? Es un misterio. Pero así fue. Ese es el momento en que surgen los dos caminos. El religioso y el racionalista.

 Y curiosamente será Ockham, uno de aquellos medievales que socavan las bases de la civilización cristiana, y lo hace por motivos filosóficos.