
Cualquier manipulación en una encuesta tiene su origen en la elaboración de las preguntas. La lectura de los datos depende de “cómo se vea la botella, medio vacía o medio llena”.
Si a usted le preguntan “¿Quién debería liderar un pacto de Estado?”, tendrá X opciones para responder; pero si le preguntan “¿Qué le parece que el Rey propicie un pacto de Estado?”, lo extraño es que -dadas las circunstancias por las que atraviesa el país- su respuesta sea “mal”. Resultado: el titular de [Enlace retirado] del pasado fin de semana: “Un 72% pide que el Rey impulse un pacto anticrisis y la reforma constitucional”.
[Enlace retirado] es otro ejemplo más reciente del mismo diario. La pregunta de Sigma 2era: “La UE va a cambiar el objetivo de déficit (…) lo que supone un margen de 18.000 millones. ¿Para qué debería servir ese dinero?” Tres opciones: para que gasten las comunidades autónomas; para que gaste la Administración Central o para bajar impuestos. La respuesta… fácil.
¿Se puede hablar de objetividad? ¿Se corresponden los titulares con la opinión real o son la respuesta sencilla a preguntas teledirigidas?
“Hay medios que tienen años de experiencia en elaborar, a partir de los datos, lo que se lee finalmente en prensa; los hay -incluso- que plantean las preguntas”, explica José Luis Rojo, sociólogo de Sigma-Dos, la empresa de opinión que trabaja para El Mundo. “En el caso del diario -dice Rojo- nosotros hacemos la exploración estadística y le entregamos las tablas con los porcentajes de opinión. Es el periódico el que después elabora y comenta, desde un punto de vista periodístico, los datos”.
Ferrándiz (Metroscopia): “Cualquier manipulación en una encuesta comienza en la elaboración de las preguntas”
En la competencia, el vicepresidente de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz argumenta que “cualquier manipulación en una encuesta se introduce en la elaboración de las preguntas; si metes basura, sacas basura; a un pregunta sesgada sólo tendrás una respuesta sesgada”.
Resultados parecidos, titulares opuestos
Más allá de las preguntas concretas sobre cuestiones puntuales, la valoración de líderes políticos o la estimación de voto deberían de arrojar datos similares, con independencia de la empresa que realice las encuestas, cuando estas se realizan en el mismo periodo.
No es, sin embargo, así. Entre el domingo y el lunes pasados publicaron estos datos El País, El Mundo y La SER. Partiendo del 44,6% y el 28,7% de votos que PP y PSOE obtuvieron en las últimas Elecciones Generales, El País titulaba “La estimación de voto del PP alcanza su mínimo; el PSOE no detiene la sangría” (con una intención del 24,5% y el 20,6% respectivamente). El Mundo: [Enlace retirado] (con una intención de voto del 35,4% y un 25,3%). Y laencuesta de My World para La SER (con una estimación de voto del 28,7% para el PP y del 24,4 para el PSOE) subrayaba la diferencia de apenas 4 puntos entre ambos y el “ocaso del bipartidismo”.
Desde Metroscopia, destaca Ferrándiz que “la diferencia se produce en si lo que se ofrece es estimación o intención directa de voto”. En su blog, explica el vicepresidente de la empresa: “La intención directa de voto equivale a la voz de la calle. Es lo que los españoles responden de forma directa y espontánea cuando se les pregunta por su comportamiento electoral más probable. La estimación de voto probable no es un dato directamente conseguido de la ciudadanía, sino una interpretación de sus declaraciones realizada a partir de unos supuestos determinados. Es -termina- lo que se conoce como cocina electoral”.
Es uno de los argumentos sobre la disparidad de datos que, en el fondo, no son tan distintos, pero… ¿qué pasa con la lectura que de ellos hacen los medios en sus titulares? “En todo caso hay una investigación -cuenta Rojo, portavoz de Sigma Dos– y luego cada uno recoge los resultados según le venga. Es como ver la botella medio vacía o medio llena. Cada medio, con el mismo dato, tiene la libertad para presentarlo de acuerdo a su línea editorial y a su público potencial”.
Lo extraño: las coincidencias
Llama la atención lo que, en principio, debería ser la norma. Lo curioso de las encuestas del fin de semana es la coincidencia entre El Mundo y la Cadena Ser sobre los candidatos del PSOE mejor posicionados para suceder en la Secretaría General a Alfredo Pérez Rubalcaba. Tanto el diario como la emisora aseguran que Carme Chacón es la favorita de ciudadanos y votantes del PSOE, seguida por Eduardo Madina y Patxi López.
Rafa de Miguel, subdirector de informativos de La SER lo ve lógico: “Chacón ha sido la única que hasta el momento ha rivalizado con Rubalcaba; el resto de nombres lo utilizamos periodistas y lo utiliza la clase política como hipótesis A Chacón la conoce un 90% de ciudadanos y Madina no llega al 30%”.
Barreiro (My World): “Probablemente nunca haya habido un momento tan difícil para las predicciones como el que vivimos ahora”
Visto lo visto, sólo cabe hacerse una pregunta más: ¿Son o no son fiables las encuestas? Belén Barreiro, directora de la empresa My Worldconcluye que “sí”, pero con un importante matiz y una advertencia: “Las encuestas son la foto fija de un momento concreto y el momento concreto que vivimos es el más difícil para las encuestas y los profesionales de la sociología”.
Asegura Barreiro que “todas las encuestas están dando una desafección enorme y, aunque tendemos a creer que esa desafección volverá a su partido de origen, eso podría no ocurrir. Pocas veces me he encontrado con encuestas tan desconcertantes. Es un escenario único -asegura- que veremos cómo evoluciona”.
Artículo de CRISTINA SÁNCHEZ publicado en www.zoomnews.es