Peter Berger se preguntaba al inicio de su libro “Introducción a la Sociología” aquello de ¿porque no hay chistes sobre sociólogos ? Su explicación a este hecho se basaba en que para que haya chistes sobre una determinada profesión es necesario que exista un claro estereotipo sobre ella, ya que este tipo de chistes se basan precisamente en llevar ese estereotipo al extremo. Por ello, lo que indicaba la ausencia de chistes sobre sociólogos es que no se sabía muy bien a que se dedican, ni para que servían.
Pues bien, parece que poco a poco en nuestra sociedad se va afianzando un estereotipo sobre para que sirve un sociólogo, o más exactamente, para que lo usa quien tiene dinero para comprarse uno: