
El impacto de este fenómeno ayuda a que el paro se haya reducido en 76.000 personas en el segundo trimestre del año. Una de las causas del descenso de la población activa es el masivo regreso de inmigrantes a sus países de origen y la salida de españoles a entornos más prósperos. Los contratos indefinidos se sitúan en sólo el 6,4%, la cifra más baja en 17 años, lo que supone un recorte del 58,2% respecto a julio de 2012.
El jueves pasado se publicó la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre de 2013. En principio, parecía que estábamos ante unos buenos datos, ya que el paro descendió en 225.000 personas y se crearon 149.000 puestos de trabajo. Sin embargo, estas cifras, aparentemente positivas, no lo son tanto si se tienen en cuenta algunos factores adicionales.
El primero de ellos es el de la reducción de la población activa. La gente en disposición de trabajar se está reduciendo, concretamente en 76.000 personas en el segundo trimestre. Esto se debe al denominado “efecto desánimo”, que implica que muchas personas deciden no seguir buscando trabajo ante la falta de perspectivas de encontrarlo. Pero también se reduce la población activa porque un número significativo de personas está abandonando el país, ya sea porque vuelven a sus lugares de origen o porque, siendo españoles, emigran hacia lo que consideran entornos más prósperos.
Crece la economía sumergida
Y no hay que olvidar el posible aumento de la economía sumergida. La reducción de la población activa no es una buena noticia, ya que hace descender la tasa de actividad, que representa el porcentaje de la población que está trabajando o en disposición de hacerlo y la tasa española ya es de las más bajas de la Unión Europea. Parece obvio que cuanta más proporción de gente esté trabajando en un país, más fácil será poder hacer frente al gasto en pensiones o sanitario.
Otro factor a tener en cuenta es laestacionalidad. No es ningún secreto que en España las variaciones que la estacionalidad provoca en diversas variables económicas, como es el empleo, son más acusadas que en otros países de nuestro entorno. Esto se debe a nuestra especialización en industrias como el turismo. Pues bien, si se elimina el efecto de la estacionalidad sobre los datos publicados la semana pasada, se observa que se crearon 13.000 empleos. Si se tiene en cuenta el nivel de paro que padecemos, la reducción es ciertamente ridícula, a pesar de que haya de tenerse en cuenta que la economía no ha crecido durante el trimestre en cuestión (-0,1%).
Y el último elemento a considerar es la calidad del empleo creado. En este caso, los indicadores son ciertamente desalentadores, ya que el empleo indefinido se redujo en 50.400 personas y los contratos a tiempo parcial y temporales fueron la mayoría de los celebrados.
En definitiva, no hay motivo alguno para echar las campanas al vuelo, ya que no se está reduciendo el escandaloso desempleo que sufre España y se está sustituyendo empleo fijo por trabajo temporal peor remunerado. Esto, en principio, aumenta la competitividad de nuestras empresas, al tener menores costes laborales pero, en el medio y largo plazo, la diferencia con nuestros verdaderos competidores, que son Alemania y los demás países de la Unión y no economías como la china, está en la productividad y en la calidad de los productos y no en el coste, ya que los países emergentes serán capaces de producir de forma más barata que nosotros durante muchos años más. Un trabajador motivado y experimentado será mucho más productivo que uno que está de paso y mal remunerado.
La clave es la formación, no el sueldo
Nuestros verdaderos problemas no residen en unos sueldos demasiado altos ni en que los españoles sean poco laboriosos. Las empresas alemanas pagan mucho más a sus empleados, los cuales trabajan bastantes menos horas. Sin embargo, su productividad más es más elevada y logran una mayor calidad. Esto se debe, obviamente, al proceso productivo de las empresas, que en Alemania son mucho más eficientes y tienen una visión de largo plazo. Se preocupan de tener trabajadores formados y motivados y de invertir constantemente para introducir nuevas tecnologías y así mejorar sus procesos productivos.
Con carácter general, en España sucede todo lo contrario. La visión es de muy corto plazo, viendo siempre la posibilidad de dar el “pelotazo”. Además, no hay verdadera competencia en muchos mercados, abundando los oligopolios, que generan situaciones de abuso. Ejemplos hay a raudales: establecimientos farmacéuticos, servicios notariales, registradores, taxis, intermediarios de productos agrícolas, compañías eléctricas, distribución de carburantes… Todas estas situaciones de abuso, generalmente amparadas por la Administración, generan ineficiencias y precios más altos de los que debería haber, suponiendo, además, un desincentivo a las mejoras de eficiencia en las empresas.
Por lo tanto, “lo que hay que hacer”, frase que tanto gusta a nuestro Presidente del Gobierno, es corregir estas situaciones y no realizar recortes indiscriminados de gasto público o subidas brutales de impuestos que afectan fundamentalmente a la clase media y, por tanto, al consumo privado. Pero, lamentablemente, no parece muy probable que este Gobierno, ni ningún otro, vaya a tener el valor de enfrentarse a cualquiera de los grupos de presión que se lucran con los defectos palpables de nuestra economía.
La mejora del paro en julio oculta que el empleo es cada vez más precario y de peor calidad
Así es si así parece. El optimismo de las responsables de empleo, tras informar de que el paro experimentó en julio su quinto descenso consecutivo, enmascara una situación que se está dejando sentir con fuerza en el cada vez más precario mercado laboral: el continuo aumento de la contrataciónestacional y de carácter temporalen detrimento del casi olvidado empleo indefinido.
En efecto, de los 1,5 millones de contratos rubricados en julio, sólo96.338 han tenido carácter indefinido, lo que supone apenas un 6,4% de total, la cifra más baja en los últimos diecisiete años.
Más aún, en relación al mismo mes del año pasado, el número de contrataciones indefinidas cayó nada menos que un 58,2%, con un retroceso de 134.122 contratos.
También el número de contrataciones indefinidas ha caído desde marzo en 3,7 puntos respecto al 10,1% que se registraba en ese mes.
Mientras tanto, desde el sindicato UGTponen de relieve que se ha producido un aumento injustificado del empleo atiempo parcial, que ha crecido un65% de marzo hasta julio, con lo que su peso sobre la contratación total ha pasado del 32% a casi el 38%, resaltando que, como constataba hace pocos días la Encuesta de Población Activa (EPA), “el 62% del empleo a tiempo parcial es involuntario, seis puntos más que hace un año”, afirma el sindicato en un comunicado.
“La reforma laboral ha contribuido a precarizar el empleo en nuestro país. Los datos de julio no deben llevarnos a caer en la línea de autosugestión de que se está produciendo un cambio de tendencia, sino que deben sacar a la luz los problemas del mercado, con un desánimo por la falta de expectativas económicas y laborales, así como con un claro deterioro de la calidad del empleo”, afirma Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT.
Abuso estacional
Por su parte, Comisiones Obreras apunta que los contratos temporales aumentaron en julio un 96%. De ellos, afirma, casi el 70% son de “obra o servicio” o “por circunstancias de la producción”, lo que pone de relieve la estacionalidad del empleo generado, que se liga a actividades de hostelería, sanitarias, turísticas o de comercio. Más aún, el 37,6% de estos trabajos temporales son a jornada a tiempo parcial.
CC OO constata que durante el último año ha perdido cerca de 606.000 trabajadores en altaafiliados, el segundo peor resultado de la década, sólo superado por la caída en afiliación que registró en el año 2009.
Si se elimina elcomponente estacional, el paro aumentó en cerca de7.600 personas, por encima de la cifra de junio. Al mismo tiempo, afirman en CC OO, subió en 2.354 personas el número de personas que salían a buscar su primer empleo.
El sindicato pone de relieve además que la amplia utilización del contrato a tiempo parcial hace muy difícil controlar “situaciones de fraude por el uso indebido de horas extraordinarias”.
CC OO destaca, por otro lado, la falta de información sobre la cifra de becarios que cotizan a la Seguridad Social. Según una sentencia del Tribunal Supremo, recuerda, las empresas están obligadas a pagar esta aportación cuando se desarrollen programas de prácticas externas.
El deterioro del mercado laboral también queda reflejada en un aumento de los parados de larga duración hasta casi el 60% de las personas desempleadas, mientras que la tasa de cobertura baja un 6,2%hasta el 61,48%, lo que significa que casi un 40% de los parados no tienen ninguna protección por desempleo.
Se estima, además, que el 55% de los actuales beneficiarios perciben tan sólo prestaciones asistenciales de 400 euros al mes.
Una serie de datos que invitan a moderar en gran medida el triunfalismo oficial a la hora de dibujar el panorama laboral que vive el país, al que habría que sumar el agudo descenso de las retribuciones y las condiciones de trabajo.
Lejos de esta actitud, el Gobierno afirma en su informe sobre elimpacto de la reforma laboral, elaborado para cumplir las recomendaciones de la UE, que se ha logrado evitar la destrucción de 225.800 empleos en su primer año de aplicación. Recalca que también ha servido para potenciar la flexibilidad y la movilidad, así como para facilitar la modificación de las condiciones de trabajo, sin especificar en qué sentido se produce ese cambio.
Articulo de HENRY PRYZBYL, visto en Zoomnews.com