En España hemos asistido en los últimos meses al debate sobre la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) con enconadas discusiones y multitudinarias manifestaciones en las calles de las principales ciudades, rechazando más que apoyando la ley.
El PSOE ha advertido incluso que si gobierna en la próxima legislatura abolirá la Ley Wert (del PP), similar recurso/amenaza usado anteriormente por los populares con el otrora ministro socialista Ángel Gabilondo (sustituto de Mercedes Cabrera en la anterior legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero). Así, pese a que la mayoría de portavoces de partidos y diputados, sostiene que conviene aunar esfuerzos y propiciar una ley educativa conjunta, consensuada, que permita perpetuarse en el tiempo; socialistas y conservadores tienen distintas visiones de la educación y encuentran en el modelo educativo un permanente desencuentro político, menos visible en el ámbito económico. Ya sea por el fracaso escolar o por los bajos resultados en PISA del alumnado de 15 años, o por los penosos y peculiares resultados ahora también de adultos españoles en matemáticas y lectura (el nuevo PISA de adultos de 16 a 65 años, conocido como PIAAC, ver web del Ministerio de Educación y por la diferencial explicación que de los mismos hacen populares, socialistas, nacionalistas, progresistas de izquierda y otros; la educación ha estado y está presente de forma ininterrumpida en el debate político con su correspondiente repercusión mediática. En efecto, los medios de comunicación han participado y participan activamente en el debate y se posicionan en el mismo siguiendo las propuestas y sugerencias de los grupos políticos y aportando sus propias ideas de cambio, visibles tanto en los editoriales como en las publicaciones de sus principales valedores, periodistas o no.
Pese a todo, la opinión pública española no parece percibir ni encontrar que la educación sea un problema determinante en España. Así, cuando se pregunta a los españoles en los barómetros mensuales del Centro de Investigaciones Sociológicas (ver aquí) sobre los tres problemas principales que tiene España, la educación no aparece como unos de los principales, ni ahora en 2013 ni antes en el 2000 (ver gráfico 1). Bien sea por la dimensión que cobra el paro para la inmensa mayoría (citado hoy por el 80% de los ciudadanos como problema, 4 de cada 5 españoles; y cuanto menos por el 40% en 2007) y los problemas económicos (citados ahora por 1 de cada 3 españoles; 1 de cada 10 en 2002) y de corrupción política (citado hoy por 1 de cada 3 y repuntando, mientras en 2000 era inexistente como problema), o antes el terrorismo (hoy casi invisible en la opinión pública como problema); la educación, algo menos que la sanidad sólo es citada por un máximo del 9% de los españoles como un problema principal de España en todo el período considerado (2000 a 2013).
Gráfico 1. Tres principales problemas de España, 2000 a 2013: % de ciudadanos que señala cada uno de los problemas (se recogen los más citados). Problemas con juventud, crisis de valores, administración de justicia, gobierno, partidos políticos, pensiones, problemas sociales y violencia contra la mujer (no se recogen en el gráfico al ser citados por menos de un 5% en el período considerado).

Paralelamente, tampoco los españoles manifiestan que la educación sea un problema principal a nivel personal (barómetro del CIS), ni ahora en 2013 ni antes en 2000. Efectivamente así es: la educación sólo es señalada como problema personal por el 8% de españoles (su máximo valor alcanzó el 10% en julio de 2005) al igual que la sanidad (citado hoy como problema personal por el 11% de los encuestados). En el otro lado, aparece principalmente y con diferencia el paro, citado como problema personal por 1 de cada 2 españoles en estos momentos (fue menos problema en 2007, que lo señalado 1 de cada 5) y los problemas de índole económica (recurrentes en el tiempo y citados hoy por 1 de cada 3 españoles como problema personal). Tampoco el terrorismo, la vivienda, la inmigración y la inseguridad ciudadana son problemas personales que sean mencionados como tales en la actualidad por los españoles, aunque lo fueron hace un tiempo. Otros problemas aparecen aún menos citados como tales problemas a nivel personal, como las drogas, las pensiones, la justicia, la violencia de la mujer, la juventud, la crisis de valores, el gobierno y los partidos políticos. Casi inexistentes a nivel de respuesta como problemas personales (citados por menos del 1% de los españoles) se encuentran, entre otros, las infraestructuras, el transporte, el medio ambiente, el terrorismo internacional, los problemas de la mujer, la monarquía, los bancos, las hipotecas, los desahucios, los nacionalismos, los problemas de la mujer, el funcionamiento de los servicios públicos, las negociaciones con ETA y los estatutos de autonomía, entre otros.
Gráfico 2. Tres principales problemas personales, 2000 a 2013: % de ciudadanos que señala cada uno problema como principal en su vida (se recogen los más citados).

La educación no parece por tanto un problema relevante, aunque si de permanente presencia. Se convierte en un problema personal de mayor dimensión para los que tienen más estudios y ocupan puestos de profesionales y técnicos (12% lo señala) y, sobre todo, para los estudiantes (el 30% lo señala) y en un problema de España casi únicamente para los estudiantes (24% de ellos lo señala). No hay variaciones destacables de los valores genéricos ni por sexo, edad, ideología, estudios terminados, estatus socioeconómico, ocupación, ingresos, religiosidad y trabajo del individuo (salvo estudiantes), según datos procedentes de análisis estadísticos descriptivos con tablas de contingencia múltiple del barómetro de julio de 2013 (ver anexos 1 y 2), tendencias con alta probabilidad extensibles a cualquier otro barómetro.
En conclusión, la educación parece un problema más propio del ámbito político y mediático que percibido por la opinión pública como uno de los tres principales problemas de España (sólo un 8% la cita como problema), quizás con la única excepción de los profesionales y técnicos (grupo más cualificado del mercado laboral) donde este porcentaje se eleva al 17%. Tampoco a nivel personal los españoles señalan que la educación sea uno de sus problemas principales (8%), si bien los que tienen hijos en edad escolar aumentan ligeramente este porcentaje (12%) y sobre todo los estudiantes (33%).
Artículo de Leopoldo Cabrera (@LeopoldoCabrera), columnista del Blog Ssociólogos.