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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

La cosificación sexual y discriminación de los disfraces de Halloween

octubre 31, 2014

Vaya a Google un momento, ponga disfraces Halloween mujeres y luego busque disfraces Halloween hombres. Ahora solo observe y compare los disfraces de los hombres y las mujeres.

Si todo sigue lo previsto, el resultado, más o menos será así, los hombres aparecerán con el vestido que les tapa el cuerpo entero y de manera graciosa en la foto, mientras que los vestidos de las mujeres llevará escote, terminará como si fuese una minifalda y alguna transparencia que otra, en definitiva un disfraz “sexy”

Un claro ejemplo de cosificación sexual, donde las mujeres son representadas como objetos sexuales, ignorando otros conocimientos y atributos intelectuales, siendo reducidos solo a instrumentos para el disfrute sexual de otra persona.

Es más, no solo se ha erotizado el cuerpo de la mujer,  sino que también aparece otro aspecto machista, como que el disfraz del hombre es de médico, mientras que el de la mujer es de enfermera, el disfraz de profesor para el chico, el disfraz de alumna sexy para la mujer… es decir, no solo son objetos sexuales, sino que también son profesionales de segundo nivel.

Dejo un par de capturas para que ustedes mismos juzguen:

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Esta hipersexualización del cuerpo de la mujer y el trato discriminatorio, no solo ocurre en los disfraces de Halloween, sino también en los disfraces de Carnaval, en anuncios televisivos como explicó la socióloga americana Caroline Heldman con la aplicación de su Test del Objeto Sexual (TOS), o la representación de mujeres en los cómics o en un mundo tan masculinizado como los videojuegos cómo explicó Sergio Figueroa.

Sin embargo, esos productos, son consumidos mayoritariamente por hombres, pero en este caso son las propias mujeres las que compran estos vestidos para ellas o incluso para sus hijas, que ya desde pequeñas, ven como sus disfraces son diferentes al resto de compañeros de clase. Diferencias que pueden llegar interiorizar y entenderlas como normales en su vida adulta, lo que se llama “sexismo cotidiano”.

Entonces, en esta contradicción, Marisa Soleto de la Fundación Mujeres en una entrevista, afirmó que “las mujeres eligen libremente aquello que creen que las pone en valor, que las va a hacer sentir aceptadas”. El problema, según plantea, es que esta opción se adopta en una cultura de “hipersexualización” de la imagen femenina, que quizá no ha sido capaz de realzar aspectos de la mujer que no tengan que ver con su lado físico y sexual. Esto significa que la mujer no tiene otra opción, si quiere ser aceptada.

¿Y vosotros que opináis? ¿Por qué las mujeres compran disfraces cosificados sexualmente? ¿Por querer se aceptadas o por falta de opciones? Os leemos en comentarios.