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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

La historia del juego en la sociedad

marzo 2, 2015

El juego ha formado parte de todas las etapas de desarrollo del ser humano. Ha servido como distracción y pasatiempo en las horas muertas, ha ayudado a nuestro desarrollo cognitivo y a nuestra integración social.

Desde los primeros juegos al aire libre hasta la gran industria del deporte hoy en día, del vingt et un que jugaba Napoleón en su exilio en Santa Elena hasta su evolución en el juego de blackjack, o desde el uso del juego como forma de consolidar del orden social establecido hasta la realidad virtual de los MMORPG, son muchas las historias que se han sucedido y muchas las sociedades diferentes que, gracias al impulso lúdico, han consiguido motivar al cerebro para comprender, imaginar y crear.

¿Pero cómo se ha desarrollado el juego a los largo de la historia? ¿Cómo ha evolucionado y ha repercutido en el desarrollo social?

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Fuente: ABC

En la Prehistoria, el hombre se sirvió del juego para ir construyendo manifestaciones más elevadas como la moral o la justicia. El juego, al principio de la sociedad humana, se relaciona como parte de rituales religiosos o esotéricos, o como ritos de iniciación en una nueva etapa de la jerarquía social, lo que estimuló en el hombre el desarrollo de la imaginación y del pensamiento abstracto.

Más adelante, los juegos se utilizaban como entrenamiento o adiestramiento para el trabajo, al mismo tiempo que servían para demostrar fortaleza física dentro de la colectividad.

Pero con la llegada de la época clásica el juego empezó a adquirir mayor importancia. El juego en Grecia estaba relacionado con la educación en la estética y la moral. Los juegos servían para aleccionar a la gente a cumplir unas reglas que había que seguir, al mismo tiempo que contribuían al desarrollo físico y creativo.

Más tarde, en Roma, la importancia del trabajo en la vida del hombre le añadió al juego otras connotaciones, como la de liberador de la mente o recompensa después de una dura jornada. El juego además, desarrollaba la competitividad y la sed de sangre que era intrínseca a la cultura del pueblo, al mismo tiempo que era un arma al servicio de la política.

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Fuente: www.almirante23.net

Llegada la Edad Media, se adoptan aquellos rasgos heredados de la época romana pero mezclados con lo sacro; con el juego se defendía el honor y respeto. El juego, era un distintivo de la posición social. Para la nobleza estaban reservados deportes como la caza, la equitación y los torneos. Al mismo tiempo, en esa época y gracias a la llegada de la cultura árabe a la península, el ajedrez se introdujo en Europa, un juego de estrategia propio de las clases altas y cultas.

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Fuente: recuerdosdepandora.com

En contraposición, el pueblo llano practicaba otros tipos de juegos relacionados con la actividad diaria, sobre todo con el trabajo rural, como correr, lanzar o las danzas, limitadas a las fiestas religiosas y muy controladas por el clero. En cuanto a los juegos de mesa, las clases más bajas se decantaron por el juego de la oca, un juego de azar habitual de las tabernas y posadas.

Más tarde, el Renacimiento trajo consigo la vuelta de los valores clásicos de Grecia y Roma; el Humanismo traslada el centro del universo al hombre y no a Dios y, el juego al aire libre comienza a concebirse como una forma necesaria para el desarrollo de la mente. Sin embargo, todavía continúan las diferencias entre las clases y coexisten los deportes propios para los nobles y los del pueblo llano.

Por otro lado, existían otros juegos que estaban en el límite entre las clases altas y bajas como los bolos o la natación, pero a pesar de que a la nobleza le encantaban, se consideraban distracciones de otras prácticas más nobles y necesarias como la esgrima, el tiro con arco y la equitación.

Las clases bajas se decantaban por juegos en los que debían demostrar su capacidad física como las carreras, las luchas o los lanzamientos de peso. En esta época apareció el calcio florentino, un juego con  características del rugby y el fútbol y que era muy valorado como medio para el cultivo de la educación física y la moral.

En el Renacimiento también comenzaron a desarrollarse los juegos de mesa que más tarde llegarían a los casinos. El veintiuna, posible antecesor del black jack, tiene su primera referencia escrita en la novela Rinconete y Cortadillo de Miguel de Cervantes, pero anteriormente existió el treinta y uno, que ya se jugaba en Italia en el siglo XV mencionado en un sermón de San Bernardino de Siena, en el que decía que había que quemar todo juego de mesa.

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Fuente: www.abc.es

A principios del siglo XVII se  llamaría vingt et un en Francia y, fue acogido con los brazos abiertos por la nobleza y por el propio Napoleón que, a pesar de considerar las cartas como una distracción para el ejército, fueron su único divertimento en su exilio tras su captura por los ingleses.

Con el siglo XVII también vino la ilustración y, con ella, nuevos pensadores que ensalzaban la razón humana y que apostaban por conseguir la felicidad a través del acceso a la cultura. En esta época se introduce en la escuela el estudio del dibujo o el baile y la práctica del deporte, como prácticas necesarias en la educación.

Aunque en la Ilustración continúan las diferencias entre clases sociales, el juego sirvió para aproximarlas. La nobleza comienza a interesarse por los gustos del pueblo llano al mismo tiempo que las clases más bajas comienzan a practicar juegos antes prohibidos.

A excepción de la caza que continuará siendo únicamente propia de la nobleza, con la Ilustración comienza la homogeneización de los gustos a través del juego en las diferentes clases sociales. Además es en esta época empezó a profesionalizarse el juego; un ejemplo de esto lo encontramos en el toreo que comienza a concebirse como profesión.

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Fuente: 4.bp.blogspot.com

Con la revolución industrial se produjo un salto cualitativo con las producciones de artículos para el juego y, fue en la primera mitad del siglo XX, cuando se desarrollaron los juegos de mesa que hoy conocemos como el Monopoly, el Risk o el Scrabble. Estos juegos se convierten en elemento integrador en los momentos del ocio para compartir en familia o en las reuniones con amigos, siendo algo eventual e improvisado.

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Fuente: undercdn.under30media.netdna-cdn.com

En la primera mitad del siglo XX se legalizan los casinos Las Vegas, por lo que los juegos de cartas comienzan a ser lucrativos y se empieza a concebir el juego no solo como un pasatiempo, sino como una forma de hacer dinero real.

El siglo XX también trajo consigo el boom del juego del  rol y con él  un nuevo perfil de jugador que no juega como algo casual, sino que busca tiempo en su agenda para practicarlo. Este juego trajo la posibilidad de adquirir otra personalidad, de convertirse en protagonista único de su propia aventura, de poder vivir otros mundos y otras vidas.

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Fuente: vadejuegos.com

Esta semilla, que empieza con el juego del rol, siguió desarrollándose con la aparición de los videojuegos, donde por primera vez pueden verse representados los mundos que antes solo eran imaginados y, el ser humano puede formar parte e integrarse en el mundo de ficción.

Con la llegada de internet, el concepto del juego se ha engrandecido y globalizado; ahora es posible jugar con usuarios de todo el mundo y, competir y conocer gente con la que en otras circunstancias nunca nos hubiéramos cruzado. Gracias a internet, por primera vez el jugador puede ser anónimo, pudiendo jugar con mayor libertad y sin la presión de ganar o perder delante de un público.

Internet es quizá, hasta el momento, el último peldaño de la evolución del juego. Comunidades gigantes de jugadores de videojuegos y usuarios de casinos online encuentran en internet la comodidad del anonimato y, el poder llegar desde tu casa a toda una red inmensa de jugadores y posibilidades antes inimaginables.