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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

¿Qué tienen en común los sefardíes con España?

abril 12, 2015

En el siglo XVII, el Conde-Duque de Olivares (1587-1645) llegó a plantear el posible regreso de los criptojudíos a España. Aunque esa autorización afectaba solo a algunos hombres de negocios fue rechazada por la oposición frontal de la Inquisición.

¿Qué tienen en común los sefardíes con España?

Con el nombre de la Guerra de África o Primera Guerra de Marruecos se conoce al conflicto bélico que enfrentó a España con el sultanato de Marruecos entre 1859 y 1860.  Cuando las tropas españolas entran el 6 de febrero de 1860 en Tetuán se encuentran a unos habitantes de la ciudad que los recibe hablando un ‘tipo de castellano’ que sería la denominada jaketía o jaquetía. Son los sefardíes  de Marruecos descendientes de aquellos que habían sido expulsados en 1492. Este encuentro es relatado por los periodistas que acompañaban a las tropas. En general los judíos tetuaníes fueron descritos despectivamente.

Durante la Iª República la voz del presidente Emilio Castelar (1832-1899) se alzó a favor de conceder los derechos a los judíos y permitir su vuelta, pero fracasó en su intento.

A principios de siglo XX el senador Ángel Pulido Fernández, durante un viaje a Austria y Turquía entró en contacto con sefardíes residentes en el Imperio otomano; impresionado por su descubrimiento, inicia una campaña para difundir la existencia de este grupo judío con profundas raíces hispanas. Su campaña propició que por primera vez desde 1492 se autorizase la apertura de sinagogas en España, se fundó la Alianza Hispano-Hebrea en Madrid (1910) y  la Casa Universal de los Sefardíes (1920). A partir de esos momentos los contactos entre sefardíes y españoles sería constante, sobre todo entre intelectuales como Manrique de Lara en los Balcanes, Alvar en Marruecos, etc., interesados en las manifestaciones culturales de los sefardíes.

La Segunda República, concedió a los judíos plenos derechos y disfrutaron de una posición legal igual a la de cualquier otro ciudadano. Los dirigentes manifestaron explícitamente su simpatía hacia los judíos e incluso hacia el sionismo. En 1935 el gobierno promovió las celebraciones en Córdoba del 800 aniversario del nacimiento de Maimónides. La Guerra Civil paralizó cualquier avance en el sentido de normalizar las relaciones con los judíos sefardíes.

Durante la Segunda Guerra mundial los cónsules españoles, sobre todo de ciudades del antiguo Imperio otomano, ayudaron a salvar a muchos judíos sefardíes, lo que ha dado al régimen franquista una aureola de salvador de los judíos.

La etapa del Protectorado Español en Marruecos fue beneficiosa para los judíos de las ciudades bajo la autoridad española. La adaptación de los judíos a la cultura española fue muy rápida, los judíos tuvieron una consideración especial, mejor que la que tuvieron los nativos musulmanes. Es cierto que la ‘españolización’ de los sefardíes marroquíes trajo consigo diversas consecuencias, como la castellanización de la lengua propia de aquellos –la jaketía–, la obtención de la nacionalidad española de aquellos que quisieron, la emigración a España… La jaketía prácticamente desapareció, quedando su uso relegado a las personas de muy avanzada edad o usada como jerga entre los jóvenes.

Algunas notables familias judías, como la banca Salama de Tetuán, apoyaron económicamente a Franco en el Alzamiento, por lo que aquél benefició a estas y a las comunidades hebreas de diversas maneras: creación de escuelas  privativas, concesión de monopolios…

En la España democrática la Constitución [Artículo 16] prohibió cualquier tipo de discriminación por cuestiones de razas o religiones, en consecuencia los judíos pasaron a ser unos ciudadanos españoles más y tuvieron libertad de culto.

Algunas fechas marcan los hitos de las relaciones de la España democrática con los judíos y en especial con los sefardíes:

– 1986. España reconoció al estado de Israel el diecisiete de enero de 1986 siendo presidente del gobierno el socialista Felipe González.
– 1990. El premio Príncipe de Asturias de la Concordia fue concedido a las comunidades sefardíes del todo el mundo.
– 1992. El 31 de marzo el rey Don Juan Carlos I asistió a una ceremonia en la sinagoga de Madrid que según las palabras del monarca supone el “encuentro del Rey con los judíos españoles”. Según la noticia recogida en el diario El País (1-04-1992):

“Al cumplirse ayer los 500 años de la firma por Isabel la Católica de la real cédula de expulsión de los judíos, dos de sus descendientes, los rabinos Yudah Benasuly y Haham Salomón Gaón, bendijeron al Rey, este último en ladino, el castellano de los sefardíes: “El que es Todopoderoso que bendiga y guarde, que engrandezca y ensarce y eleve muy arriba a Su Majestad Juan Carlos Primo ( … ) y a todos los que gobernan este gran Reinado de España”. En una sinagoga atestada de personalidades, cinco dignatarios sefardíes -Jacques Laredo, Samuel Toledano, Edmond Safra Max Mazíh y David Greble-, recordaron emocionados la herencia común hispano-judía y ensalzaron la figura del Rey.
Agradecido, don Juan Carlos, que se puso en la cabeza la kipa (birrete de la liturgia judía), rindió “homenaje a la fortaleza de espíritu” de los sefardíes y proclamó: ‘Sefarad no es ya una nostalgia, sino un hogar en el que no debe decirse que los judíos se sientan como en su propia casa, porque los hispano-judíos están en su propia casa 
( … ) Lo que importa no es la contabilidad de nuestros errores o aciertos, sino la voluntad de proyectar y analizar el pasado en función de nuestro futuro”.