
Creatividad, solidaridad, responsabilidad y capacidad…Estas fueron las garantías que el primer sistema bancario basado en [Enlace retirado] empresariales exigía a sus prestatarios. Queda atrás el tiempo en el que Muhammad Yunus puso en marcha el primer ‘gran ejemplo’ de que las microfinanzas podían paliar, de algún modo, las anécdotas paradójicas del capitalismo. Y, ahora, sin que la opulencia del sistema europeo lo predijera, las microfinanzas cobran un protagonismo jamás imaginado por el mundo occidental. Este nuevo ‘modo’ o ‘condición’ se presenta como la consecuencia y alternativa de un sistema que busca salir de la crisis.
Así, el consentimiento de prestamos exprés y la profileración de herramientas financieras precedidas, todas ellas, del elemento compositivo ‘micro’, cuentan con un ejercito de simpatizantes. De algún modo , la clase media, asfixiada y enajenada ante el proclive de sus `microeconomías’, encuentran una vía de escape en pequeños prestamos que se les conceden precisamente por no poder convertirse en prestatarios bajo el paraguas de la banca tradicional.
Estos ‘pobres emprendedores’, víctimas de las respuestas gubernamentales tardías, acceden a un modo de financiación diferente que les permite iniciar nuevos proyectos e impulsar sus necesidades más vitales. Sin embargo, estos créditos rápidos deben entenderse como el punto de partida y, no como un elixir ‘que todo lo cura’. Sin negar las fortalezas de esta forma de financiación, nunca debe perderse de vista un aspecto esencial a la hora de entender este tipo de práctica bancaria en Occidente: un crédito es un crédito. Y, en el caso de los prestamos rápidos, la confianza especial de quien los concede viene de la mano de ciertas condiciones desfavorables de pago.
Ver las oportunidades de negocio y reconocer las posibilidades de éxito son cruciales a la hora de acceder a un crédito exprés, como por ejemplo los que ofrece la empresa k24.do y que supondría el primer paso hacia el éxito empresarial. Este tipo de financiación debe ser entendida como la manera de conseguir esa oportunidad de poner en marcha un plan de emprendimiento y no como la panacea que prolongará indefinidamente el sistema de ‘dar y tomar’.