La caridad en momentos puntuales es tan necesaria como benéfica. Pero si la caridad se convierte en un sistema que sustituye las obligaciones de un estado democrático y social, como dicen que es el nuestro, se convierte en una estafa a añadir a las otras. Si el estado no tiene obligaciones con sus ciudadanos, ¿qué obligaciones deberíamos tener entonces los ciudadanos hacia un estado autista o directamente hostil?

Totalmente de acuerdo con el artículo; y muchas gracias por la parábola de los cuerpos en el río.

Saludos,

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