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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

La pobreza y los pobres, una esperanza para la libertad

enero 21, 2018
La pobreza y los pobres una esperanza para la libertad
A los pobres y la pobreza se adjudican tantas cosas, muchas de ellas comprobadas empíricamente con los sesgos propio de ese conocimiento, probados en la vida cotidiana por quienes viven diariamente en ese lugar geograficosocial, y que la investigación científica no ha soslayado este tema tan complejo y diverso, que encierra grandes contradicciones. Los diferentes estudios científicos concluyen, que ellos-ellas, los pobres con su pobreza, son el caldo de cultivo para las enfermedades transmisibles y prevenibles, con ellas la desnutrición, el cólera, las enfermedades diarreicas, las respiratorias; y otras crónico degenerativas en donde las tasas de morbimortalidad son las más altas; acompañadas de violencia de todo género, entre las que sobresale la delincuencia, prostitución, homicidio; y el analfabetismo; 1,2,3,4,5,6 en fin son la hoguera del propio infierno; la certidumbre de los males, de los mayores riesgos y peligros para la vida, son los que pagan los platos rotos –de los ricos-, en donde se reproduce a escala geométrica la existencia de los peores vicios, de la presencia de la degradación humana. Lo peor de lo peor se encuentra en la pobreza y en los pobres. Es el Submundo sin esperanza, corresponden a los anormales, sobre quienes no figura ningún interés porque representan gastos, dolores de cabeza, preocupaciones. De allí, que para unos, los pobres deben desaparecer, o ‘deben dejar morir’ marginándolos, expresan otros. De esta manera, alrededor de los pobres y la pobreza se ha constituido un imaginario colectivo de marketing negativo y una ‘respuesta político social inmediata: la cárcel’ 7, sitio para aislarles del resto de la sociedad y evitar que sigan contaminando.

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Cualquier otro estudio, que tenga como presupuestos los mismos aspectos utilizados por la investigación científica, seguro llegará a las mismas conclusiones. Pero habría que preguntarse, ¿si el recién nacido, que nace libre, desea vivir en la miseria para ser parte de ese submundo?. Seguramente contestaría que no desea ese mundo para él/ella, y más bien le gustaría vivir bien, ser un hombre o mujer de bien y de buenas costumbres. Por lo tanto, son las circunstancias socioeconómicas en las que los pobres con su pobreza se encuentran, se desarrollan y desenvuelven en el día a día,  como los límites dentro de los cuales toma forma el carácter y la personalidad de cada persona, con unas u otras posibilidades se hace humano,  y se diferencia de los otros-otras que están en diferentes espacios geográfico/sociales, y es en esos espacios de la pobreza que hacen suyos unos miedos y temores; impuestos y marcados en el cuerpo y en la mente de inhabilidades, de incompetencias, de imposibilidades, de cegueras, con experiencias y conocimientos de un modo de vivir, desconociendo la existencia de otras posibilidades, de otras realidades, de otras exigencias, marcadas por la inaccesibilidad a otros valores, con falta de motivaciones, que preforman un mundo de la imposibilidad para pensar en otras formas de existencia, con otros obstáculos, con otros horizontes. Sin embargo, las estadísticas judiciales, se llenan con los nombres de los pobres, porque la justicia también tiene un sesgo en su aplicación, que al decir popular se resume en la siguiente frase: ‘las leyes se hicieron para aplicar a los pobres y no a los de cuello blanco’, porque en ellos, los del cuello blanco, también existe lo peor del género humano, delincuentes demasiado avezados, violencia de la peor calaña, drogadictos, traficantes de droga, comerciantes de la peor especie, y no son pocos, aunque en las estadísticas judiciales no se encuentre sus nombres.

Además en formas subrepticias o francas la presencia de la violencia intrafamiliar, el abuso y explotación a los menores, y a las personas vulnerables, 8, 9, 10 son azotes cada vez más frecuentes y de mayor alevosía, que responden al manejo del poder, de la lucha fratricida de ser el mejor, el sobresaliente, sin consideración de ninguna clase hasta alcanzar la meta; es la esencia del propio sistema que deshumaniza a los humanos. Las estadísticas no son tan confiables por el subregistro existente dominado por el miedo y el temor de quienes deben denunciar, y en otros porque las estructuras socioculturales y jurídicas castigan a la mujer y al hijo con formas inhumanas, con una desigualdad de género impensadas en otros países o sociedades. Este problema se está documentando de mejor manera, y con la información que se tiene, muestran un panorama no alentador, encontrándose este mal social en todos los grupos humanos, aunque se siga indicando que este es mayor en los pobres, pero es más generalizado de lo que se puede pensar. No es un consuelo saber lo generalizado que es la violencia doméstica, solo que la realidad de la contabilidad estadística es muy sesgada y dramática en contra de los pobres. Las estadísticas, no están para mostrar otros lados de los pobres y la pobreza, juegan a los intereses de quienes necesitan de esos datos para manipular a la sociedad, para mentir cuando así lo requieren, para mostrarse como nobles y caritativos en otras ocasiones.

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Pero se debe tener presente, que los pobres somos orgullosos, capaces, dignos, personas que nos esforzamos en el día a día para conseguir el sustento, que soñamos en el porvenir, con mejores días; somos inventores creativos, porque debemos soñar que llenamos nuestros estómagos, con comidas quizá deliciosas, a pesar de no haber colocado más que un vaso de agua en el estómago; debemos jugar con nuestra mente y somos felices, solidarios con los demás, no tenemos pero damos, nos preocupamos no solo por nuestra existencia sino por la de los otros. Somos seres tiernos, amorosos, en sí somos ternura, dulces a pesar de lo amargo de la vida, de las noches sin dormir, de los estómagos vacíos. No nos gusta la caridad, la beneficencia, a pesar de que recibimos de unas manos –quizá- bien intencionadas, que motivadas por diferentes razones ofrecen su colaboración; no nos gusta que nos den haciendo y peor pensando, aunque tengamos que aceptar dada la situación; por ello, hay quienes se creen dueños de nuestra conciencia, y se presentan como los iluminados, los sabelotodo, los que dicen tener la solución, y nosotros debemos aceptar resignados aquellos regalos y dádivas, porque se han creado y nos han creado un imaginario que los pobres somos incapaces de resolver nuestros propios problemas, que requerimos y necesitamos de otros para que nos den pensando y solucionando. Este imaginario colectivo, es uno de los muros invisibles colocados en nuestra sociedad, para separar y alejar lo suficiente a las personas dependiendo de la posición socioeconómica en la que se ubiquen, que termina separando, alejando, borrando y quitando a los pobres de la participación para escribir sus propias historias.

Quienes creen que así es, están completamente equivocados, los pobres tenemos capacidades suficientes: somos inteligentes, tenemos saberes y conocimientos muy importantes para el desarrollo del país y para la sociedad en su conjunto, somos personas aceradas en la vida y no nos doblegamos, agachamos la cabeza por necesidad, no porque queremos hacerlo, somos altivos, rebeldes y por eso luchamos para no morir de hambre, o de frío, o por las enfermedades, o por los desastres naturales; nos inventamos la vida día a día, a pesar que otros hacen todo para que desaparezcamos de la faz de la tierra, para ellos somos un deshecho social; a pesar de todo, persistimos y seguiremos aquí para construir una patria libre para la humanidad. Nosotros los pobres tejemos sueños de porvenir, con un mundo lleno de armonía, con solidaridad, complementariedad, con libertad. Por esta y por muchas otras razones, queremos escribir nuestras historias desde la diversidad, desde posiciones diferentes y diversas, con procesos incluyentes, divergentes, en donde se encuentre rupturas, lagunas, con claroscuros, sin dioses, ni reyes, ni predestinados, sino con humanos, con nuestros dialectos, desde muchas miradas pintemos el cuadro de la realidad con colores no vistos, con figuras no pensadas, con disarmonías armónicas a otros aconteceres. Aunque somos seres que vivimos en la heteronomía, estamos cruzados por la pasión y la ternura, por ello tenemos la capacidad de albergar procesos diferentes de concebir la realidad y la esperanza, porque tenemos conciencia de lo que sucede y de lo que queremos, con formas simples de vivir la vida.

 

En este hacerse de la humanidad, hay un doble juego que juegan los pobres, y lo hacen para sobrevivir, y en ese esfuerzo por sobrevivir se teje la resistencia; al hacer creer que lo que dicen los otros, tienen razón y validez los criterios, consejos y soluciones; pero no es así, los pobres con la pobreza discernimos, aunque mantengamos la imagen de aceptación, si eso les hace sentirse bien y sin oposición. Pero construimos conocimientos, proyectos y políticas; somos resistencia, acunamos esperanzas, aunque haya millones de pobres que han perdido todo sueño para volver a ser libres, sin embargo en las entrañas de la pobreza está enclavada la esperanza para una nueva vida humana.

Quienes detentan el poder económico y político, en los diferentes países del mundo, y en la forma transnacional, a pesar de toda la riqueza y los conocimientos a su disposición, no han podido ni podrán solucionar los problemas que aquejan a la humanidad, intentaron con bombos y platillos hacer creer que el neoliberalismo era la solución, el mercado era el escenario regulatorio de los precios a través de la ley de la oferta y la demanda, y en ella centraron toda la artillería pesada acerca de la libertad humana con el slogan del ‘libre mercado’ con la prédica de que toda la humanidad es capaz de competir, de colocar sus innovaciones, y de proponer formas nuevas; sin embargo, lo que alcanzaron es ahondar las diferencias, con mayor pobreza, precarización de la educación y de la vida. Por las consecuencias negativas para el desarrollo humano, este modelo económico, ha demostrado que su política dirigida hacia la acumulación de capital, les ha sido contraria para los beneficiarios de la misma, en quienes ha originado un miedo descomunal a perder su riqueza, tienen alucinaciones de todo tipo, no pueden dormir en paz, y una mayoría de la población está insatisfecha con lo que hacen ellos en todo nivel. Quienes detentan el poder económico-político, saben que un día se levantaran los pobres a reclamar su puesto en la mesa, y es a eso lo que más temen, porque es allí cuando perderán el poder de dominación y tendrán que compartir en un nuevo escenario con los demás de la sociedad en las mismas condiciones. Quizá en ese momento la política se coloque al servicio de la libertad humana.

Estamos convencidos, que nosotros los pobres podemos izar la bandera de la libertad, porque vivimos en el submundo y queremos desprendernos y salir de allí; aunque existen otras voces que se creen los adalides de la libertad, sin saber que ellos son quizá igual o más oprimidos que los pobres; por eso, que esa libertad no surge como el agua cristalina de los montes, no se despierta como la aurora de la mañana, no se levanta como el viento que hace temblar las casas, no suena en los cielos como los truenos, y no es vista porque no sensibiliza nuestros ojos.

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El famoso desarrollo y riqueza esgrimida en nuestra sociedad contemporánea, es un producto, que sin desmerecer las capacidades y la riqueza de nadie, es el fruto del sudor, de las lágrimas, del dolor de los pobres a quienes se desprecia. No por ello, debemos felicitarnos y estar agradecidos de ser pobres, queremos una vida mejor, de mayores posibilidades para vivir y contribuir con la sociedad, queremos que nuestra historia sea escrita, no sólo como un nosotros, sino como un de todos, incluidos, respetados, aceptados, apoyados, complementados, en un espacio en dónde se encuentren todos los pronombres personales interactuando, formando bucles, encontrando creaciones, visualizando nuevas emergencias.

La libertad es de los pobres, porque no tenemos el poder sobre los demás; aprendimos a compartir, a ser democráticos, a escuchar a los demás, a participar aunque sea de la miseria con los otros-otras. Somos comunidad y no una población, compartimos esperanzas, sueños, volamos hacia el porvenir. Volamos hacia un querer “Un Mundo de Humanos” respetuosos entre sí, armónicos con la naturaleza. No somos los únicos y peor los dueños de la libertad, fraternalmente convocamos a todas y todos del mundo a ser libres, a gritar en momentos diferentes, en todas partes, en todos los instantes, sin parar, que el ejercicio de la libertad nos permite ser humanos. Tenemos el poder y lo entregamos voluntariamente en nombre de la democracia, asumamos responsablemente lo que es nuestro, demos un paso a la vez, comencemos desechando nuestros miedos y temores, no hagamos el juego al terror y miedo global, haciendo nuestro el ‘alarmismo’ que se propaga por los medios de comunicación, con el propósito de producir nuestra conciencia, preformando nuestro cuerpo y mente para someternos a la vigilancia y control, hasta de nuestra intimidad.

Nota final: mis agradecimientos a mis gratas amistades, talentosos profesionales de la salud, Gabriel Tenorio Salazar y Adriana Santos Dávila, a mis hijos sensibles con la humanidad, médicos tiernos que se apasionan Priscila y Felipe, por sus comentarios, aportaciones, sugerencias, sin lo cual no hubiese sido posible este artículo.

Referencias bibliográficas:

1-UNICEF. Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Disponible en: http://www.unicef.org/spanish/mdg/poverty.html. Bajado el 13/junio/2016

2-UNICEF. Lograr la enseñanza primaria universal. Disponible en: http://www.unicef.org/spanish/mdg/education.html. Bajado el 13/junio/2016

3-UNICEF. Reducir la mortalidad infantil. Disponible en: http://www.unicef.org/spanish/mdg/childmortality.html. Bajado el 13/junio/2016

4-UNICEF. Combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades. Disponible en: http://www.unicef.org/spanish/mdg/disease.html. Bajado el 13/junio/2016

5-BANCO MUNDIAL. (2015) Pobreza: Panorama General. Disponible en: http://www.bancomundial.org/es/topic/poverty/overview. Bajado el 13/junio/2016

6-BANCO MUNDIAL. (2001) Informe sobre el Desarrollo Mundial 2000/2001: Lucha contra la pobreza. Panorama general. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. Disponible en: http://siteresources.worldbank.org/INTPOVERTY/Resources/WDR/Spoverv.pdf. Bajado el 13/junio/2016

7- Ssociologos. (2015). El origen y funciones de la cárcel. Disponible en: http://ssociologos.com/2015/07/28/el-origen-y-las-funciones-de-la-carcel/. Bajado el 10/junio/2016

8- OMS (2016). Violencia contra la mujer. Centro de prensa. Nota descriptiva No 239. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs239/es/

9-OMS (2002). Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud. Ginebra. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/67411/1/a77102_spa.pdf

10- Pinheiro, P.S.  Informe Mundial sobre la Violencia contra los Niños y Niñas. ONU. Disponible en: http://www.unicef.org/lac/Informe_Mundial_Sobre_Violencia_1(1).pdf

Bibliografía revisada:

Alcántara, J. (2008). La Sociedad de Control: Privacidad, propiedad intelectual y el futuro de la libertad. El Cobre Ediciones. Barcelona. Disponible en: http://www.versvs.net/wp-content/libros/la-sociedad-de-control/jose-alcantara-la-sociedad-de-control.pdf

Restrepo, Luis. (2010). El Derecho a la Ternura. VirtualBox Edición Digital.  Bogotá. Disponible en: file:///C:/Users/USUARIO/Documents/carpetas%20febrero%202015/CEISH%20Comisi%C3%B3n%20de%20etica/informes%20de%20tesis/6.-Restrepo-L.-C.-2010_El-derecho-a-la-ternura.pdf

Ordoñez, L. (2014). La globalización del miedo. Universidad de los Andes. Revista de Estudios Sociales. Disponible en: http://res.uniandes.edu.co/view.php/284/view.php