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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

Denuncia del servilismo tecnológico

septiembre 26, 2018
Denuncia del servilismo tecnológico

Tal como lo planteamos la semana pasada, la esclavización de la mente –por ende del comportamiento del ser humano– en el recién comenzado siglo XXI ya ha alcanzado niveles irreversibles, a consecuencia del control mental, que actúa sin misericordia sobre sus víctimas para evitar que estas se rebelen contra un orden social intrínsecamente inhumano y explotador.

Denuncia del servilismo tecnológico
Fuente: mundodesconocido

Este doblegamiento humano se basa en la manipulación de la actividad cerebral humana, tanto psicológica y fisiológica. El factor psicológico-mental se relaciona con la interiorización –a menudo conflictiva– de la explotación, opresión y discriminación desde el orden social existente, así como de sus tradiciones, normas y valores, es decir, su ideología.

El doblegamiento fisiológico-mental lo imponen mediante manipulación tecnológica de las mentes de quienes no han logrado adaptarse psicológicamente al actual orden social imperante, y también a quienes rechazan y se rebelan contra la esclavitud en todas sus formas.

Paradójicamente, llama la atención que la abrumadora mayoría de quienes son víctimas de la esclavitud (y están obligados a vender su fuerza de trabajo y cuya existencia está precisamente enmarcada dentro de la determinación ajena), son los mismos que más decididamente defienden al sistema explotador y opresor del cual son víctimas.

Han interiorizado plenamente su condición dependiente. En otras palabras,  su entorno económico, financiero, jurídico, político, social y moral está dominado por una cada vez más reducida clase social, propietaria de los medios de producción, destrucción y comunicación, y escondida detrás de un “intermediario anónimo”, que es el mercado.

La interiorización de la esclavitud objetiva y su reproducción constante en la psiquis de sus integrantes, que también afecta su comportamiento, es conditio sine qua non para su continuidad y funcionamiento sin obstáculos. Y en tiempos de crisis, como la que experimentamos hoy, las consecuencias son letales: competencia feroz, brutal reducción de puestos de trabajo y del gasto social, y el costo humano y financiero del militarismo, todo ello a expensas de los esclavos y del ejército de reserva de trabajadores a escala mundial.

El inhumano sistema depende cada vez más de un exitoso acondicionamiento mental-corporal, para que sus operarios piensen, actúen, sientan, crean y respondan de manera servil, más nunca crítico-negativa ante los abismos del mismo.