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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

El poder como dominación y sumisión

septiembre 30, 2018

¿Qué tan preciado es el poder de dominación, que la humanidad, desde siempre ha arrebatado la libertad y el poder originarios, reemplazando, en la vida cotidiana de las personas, por formas de dominación, sojuzgamiento y opresión; y, desde esos inicios buscando estrategias de ocultación de esos intereses, que ha ido configurándose cada vez con formas más sutiles, para conseguir el objetivo el del esclavismo voluntario? ¿Parece ser, que desde el inicio de la humanidad hemos centrado nuestras energías en idear formas para imponer, dominar, sojuzgar a los demás, en beneficio particular, o por el deseo de colocarse sobre el resto de personas como el mejor, como parte del reconocimiento de una superioridad, de sentirse más que los otros; o por el solo hecho de dominar, de sojuzgar para sentirse satisfecho, feliz, realizado, en una suerte de sadismo, o de sadomasoquismo…, o por obtener, solamente el deleite egocéntrico?

Fuente: Soldepando

También deberíamos preguntarnos, como varios filósofos y sociólogos dedican buena parte de sus esfuerzos en la reflexión acerca del poder de dominación, y de manera particular resalto la inquietud ¿por qué Michael Foucault, hace el llamado a Defender la Sociedad, será acaso, debido o como consecuencia de sus reflexiones acerca de la genealogía del poder de dominar, sojuzgar, reprimir unos a otros, como una guerra continua, o ese mirar hacia la globalidad con el biopoder y la biopolítica para la regulación del estado de vida de las poblaciones, esto es, sobre la manera de vivir y sobre el cómo de la vida, con la aplicación de la norma, pudo avizorar lo que estaba tejiéndose en las sombras, las nuevas formas y muy sofisticadas para el dominio completo a los humanos, en sus múltiples sometimientos que se producen y funcionan dentro del cuerpo social, por eso el llamado a realizar la defensa de la sociedad desde los espacios de la resistencia y de las nuevas relaciones humanas que deberían surgir…?

El poder de dominación de unos humanos sobre sus congéneres, ha recorrido los miles de años que tiene la humanidad, sin tregua, de manera continua, con diásporas que han potenciado los mecanismos de dominación, aunque pueda percibirse momentos como de retroceso, siempre ha estado influenciado por formas de avance, con nuevos procesos, de allí, que en cada tiempo histórico se pueda perfilar formas y características válidas para ese momento, cada una de ellas tiene varias entradas explicativas, sin embargo hay algo que está siempre presente y es el juego con las emociones primarias básicas de las personas, considerando para ello, como un espacio vacío posible de llenar con los eventos desencadenantes de dichas emociones o afectos, con propósitos y objetivos de diferente interés, y uno de ellos, es para alcanzar el dominio, el esclavismo, y la aceptación de la perdida de la libertad.

Estos espacios emocionales, que están estructurados para responder ante situaciones de riesgo y peligro para la vida, son parte de la complejidad del organismo, muy útiles para la sobrevivencia, varias de estas reacciones son muy evidentes en las diferentes especies de animales, me atrevo a afirmar, que desde las formas más simples como son las bacterias, existen los mecanismos de defensa, en este nivel se llama resistencia bacteriana, a diferentes substancias, una de ellas muy conocida es a los antibióticos; estos mecanismos muy complejos de muy variada índole, son la respuesta para sobrevivir ante situaciones negativas a las que se enfrenta ese sistema vivo; de igual manera tenemos respuesta de defensa/agresión en otros sistemas multicelulares, sean plantas o animales quienes elaboran substancias que repelen o aniquilan otros seres vivos o neutralizan la acción de las substancias nocivas; varias de estas substancias de defensa de estos seres vivos, son mortales para los humanos en caso de ingresar al organismo; desde esa premisa, no debe asombrarnos las respuestas de los humanos a situaciones de riesgo y peligro para su vida, de manera automática, rápida, en donde coloca a todo el sistema en situación de alerta y direccionada para responder con la huida, o con formas de resistencia, para evitar daños a su integridad o la muerte. Por consiguiente, no hay que desarrollar el miedo, la angustia, el temor o el estrés, porque esos procesos son respuestas innatas de todos los sistemas vivos, con sus diferencias dependiendo de su complejidad organizativa. La manipulación se encuentra en el despertar de esas emociones primarias en los humanos, a través de hechos inminentes, reales, existentes; o por medio de la concienciación de supuestos eventos que al existir o darse causaría daños y efectos contra la integridad o la vida. Es allí en dónde está colocado todo el andamiaje necesario para la edificación de los mismos ‘habitus’[1], como esas estructuras estructurantes que estructuran las disposiciones de las prácticas (Bourdieu, P. 2007), esto es, en la vida cotidiana en dónde las personas, familia y comunidad encuentra el sentido de utilidad, de valido para ellos, con sus creencias de bueno o malo, y que se transmiten a los demás, para que sean utilizados en su vida diaria como parte del sentido común.

Entre las emociones manipulables para el interés del poder de dominación, están el miedo, la angustia, el estrés, el temor, que pueden desde causas reales,  en base de hechos visibles, tangibles desde la vida cotidiana; o desde supuestas causas avaladas por la ciencia, o por la ingeniosidad de las personas que responden a intereses particulares,  ser manipulados para entrever riesgo y peligro ante eventos reales o imaginarios, sentando las bases de la desconfianza en las personas, que en esas condiciones están prestas a aceptar casi sin cuestionar las soluciones, influyendo así en la capacidad de raciocinio y desarrollando una personalidad apta para consentir la manipulación, la opresión, la sumisión, el esclavismo, porque se encuentra en una situación de indefensión, proclive a aceptar cualquier injerencia sin oponer resistencia, ni reflexión.

El miedo reacción de nuestro organismo frente a situaciones que pueden ser imprevistas, violentas (rápidas) inesperadas, que toman por sorpresa, y que nuestro cerebro identifica como de riesgo inicial; merecen la atención y verificación, para clasificarle de riesgo o peligro, colocándole a todo el organismo en estado especial para huir de esa situación, es un proceso positivo útil para la sobrevivencia; pero puede desarrollarse y presentarse como un proceso lento, continuo, racional, que impregna en cada instante nuestra existencia, ‘el miedo crónico’, capaz de desarrollar procesos de personalización eficaces, para respuestas inconscientes, que diezman la voluntad, y utilizan las diferentes estructuras sociales y la comunicación,  desarrollando el miedo racional, que impregna la razón, y acepta cualquier solución elaborada por personajes al servicio del interés de dominación, y en el momento que ha saturado la capacidad de resistencia y reflexión de las personas; lo han individualizado, y a él,  sólo le importa su yo, su sobrevivencia y su bienestar, no le importa lo que suceda a los demás, le han quitado la humanidad. Más aun piden aplicar esas soluciones, y contribuyen para el éxito de esas propuestas, son los ojos en dónde los ojos no ven, no hay sistema que vigile todo, pero allí están las personas dispuestas, manipuladas, crédulas, anestesiadas, absortas, congeladas ante las atrocidades que acarrean la ejecución de esas normas y leyes, contribuyendo y aportando con su contingente, más aun creyéndose buenas personas al contribuir con el bien social en el momento de denunciar a los demás, y se aleja del elemento del miedo, porque deja de ser cómplice, se transforma en un buen ciudadano que cumple con las leyes. El delator se transforma en héroe.

Pero la eficacia del proceso, se acompaña de otra cualidad humana, sin la cual no sería completo, dejaría las posibilidades de alcanzar el éxito, se trata de utilizar y/o desarrollar el olvido. Olvidamos después de cierto tiempo los hechos, o por lo menos estos no tienen la preminencia pasada, y desarrollamos la fe ciega de creer que no volverá a suceder, que no volverán a hacer aquello que afecta a los demás. Y esa capacidad humana de pasar al subconsciente aquellos recuerdos que nos lastiman o que no los utilizamos, es una capacidad de sobrevivencia. El rol de las tecnologías de la información y comunicación cobran fuerza y vigencia, para el objetivo de alcanzar la paradoja dual del olvido/reforzamiento, por un lado se requiere olvidar lo que lastima o molesta, y por otro deben reforzar el consumo de la misma solución, con la implementación de estrategias de saturación de información, con imágenes, ideas, eventos presentados en tiempo real, para los diferentes gustos y deseos, y estados psicológicos de las personas, como bien lo explica Kenneth J. Gergen (1992) en su escrito de “El Yo Saturado” . Esta capacidad de olvidar y aceptar de nuevo la misma solución es parte de esa forma humana de accionar, por eso se dice que la historia de repite una y otra vez. El olvido es tan común en la vida humana y que expresado musicalmente viene bien este vals peruano, titulado ‘Con Locura’, de Luis Abelardo Takahashi Núñez, que expresa la capacidad de las personas hasta de olvidar lo más querido…

 

Con locura (vals)

Yo te ame con locura.

que hasta me imagine

que si tu me dejabas

no iba a poder vivir

 

Pero me he convencido

que en esta vida,

todo se olvida,

todo se olvida…

 

En cada época histórica, quienes han dominado a las personas han sido hábiles entendedores de estas capacidades humanas, y que han utilizado muy bien, para sus fines personales. Seguramente al inicio de la humanidad, la necesidad de alguien que les guie, quien este a cargo de la protección, dio paso a la imagen de la autoridad, a quien se debía hacer caso por ser quien es el responsable del cuidado y protección de los demás, porque la humanidad se basa en acuerdos de vida, es en esa libertad condicionada, sin la cual no es posible la vida entre diversos, la vida en sociedad. La autoridad, el guía, el jefe, es el personaje nacido del seno familiar, quien manda, ordena, quien dice, y los otros escuchan, obedecen, aceptan los criterios de la autoridad aunque estén en desacuerdo. Por la existencia de un orden, se debe acatar la experiencia, el saber del otro, porque se supone que es en bien del conjunto, y no solamente para bien de uno en detrimento de los otros.

Fuente: laurasanchezbiodescodificacion

Concomitante con el desarrollo de la especie, está la sojuzgación y esclavismo de la mujer, como el ente procreador, el personaje valioso para mantener la especie, y sostener el grupo, recordando que la muerte materna y la muerte de los recién nacidos e infantes debieron ser altas, situación que hizo que la mujer ocupe un lugar preminente para la mantención de la especie, saliendo como estrategia el esclavismo de la mujer con todos los atropellos imaginables contra ellas, como detalla Gerda Lerner (1990) en su obra la Creación del Patriarcado, aquí es dónde se mejora, se purifica, y se instituyen formas crueles y sofisticadas del poder de dominación.

La historia humana está llena de leyendas, de cuentos, de registros, acerca de las formas de dominación y de las artilugios colocados para conseguir la dominación de unos sobre otros, cualquier motivo esgrimido es solamente para colocar las excusas que explicarían tales actos en contra de lo que debería ser el comportamiento humano entre diversos y diferentes; esto es considerando los valores supremos para una vida digna como: el respeto, la tolerancia, la libertad, la igualdad, la seguridad y la fraternidad. Unos dirían que esa forma de actuar humana, corresponde a lo que Darwin llamó la ‘Selección Natural’ en donde predomina el más fuerte, y este personaje, es el que tiene el poder, el dominio, él es quien tiene la mayor probabilidad de sobrevivir. Sin embargo la propia historia demuestra que eso es parcialmente cierto, porque al final hasta los más poderosos mueren y se exterminan, ese es el caso, por ejemplo del Imperio Romano. Su afirmación o negativa, es polémica y seguirá en controversia, así Richard Dawkins (1985: 29-47) en relación a la selección natural, dice que los ‘humanos somos la envoltura necesaria que alberga a un grupo de reproductores con alta fidelidad de copia, que potencialmente, permanece durante muchas generaciones, son los genes. El gen es la unidad fundamental de la selección natural y como tal es también la unidad fundamental del egoísmo, en la  consideración de la sobrevivencia en medio de muchas copias…’ y es a eso, a lo que se refiere la selección natural, que al alcanzar la estabilidad, puede mantenerse frente a las turbulencias del mundo externo, y ese es el más fuerte, y no la destrucción per se de unos contra otros. Parecería que se hace mal uso de la teoría de la selección natural, con la finalidad de justificar las atrocidades humanas.

El arrebato al poder y libertad originarios, debió considerar varias de las formas de vida de los pueblos primitivos, y hasta el día de hoy el formato es igual, aunque el éxito que han alcanzado sea diferente para los distintos momentos históricos, las culturas y los pueblos, siempre está presente las modificaciones en las formas de imponer las decisiones de unos pocos sobre la mayoría de las personas, que abruma con la capacidad inventiva, así como con la frialdad y el despojo de los sentimientos que requieren hacer unos y otros como seres humanos para alcanzar el título de déspota. De allí surge una premisa, para imponer unos deseos, y conseguir la expropiación de los bienes de unos en beneficio propio o de otros, se requiere abandonar por completo los sentimientos como fuente de la humanidad, dando paso al arraigo de la codicia, manifestada como egoísmo, Erik From, señala que el egoísmo, ‘es insaciable y, por consiguiente, nunca puede alcanzar una satisfacción real. Es un pozo sin fondo que agota al individuo en un esfuerzo interminable para satisfacer la necesidad sin alcanzar nunca la satisfacción… El egoísta nunca deja de estar angustiosamente preocupado de sí mismo, se halla insatisfecho, inquieto, torturado por el miedo de no tener bastante, de perder algo, de ser despojado de alguna cosa. Se consume de envidia por todos aquellos que logran algo más… el egoísta en esencia, no se quiere a sí mismo sino que se tiene una profunda aversión’. (Fromm, E. 2017: 133)

La implementación de las estrategias de dominación, recurre a situaciones conocidas y en especial a aquellas que son parte inherente a los seres humanos, con importancia para la vida de las personas. Estas propuestas requieren de menor esfuerzo para conseguir la aceptación y colaboración en su ejecutoria. Esta idea parece que no tuviera mucho tiempo de vigencia, más todo lo contrario, es parte de la misma humanidad, desde sus inicios comprendió esta ventaja de la proposición basada en la experiencia y el consenso, de allí que debieron visualizar esas condiciones dadas, existentes para considerar como la base de las propuestas; así parece que el silencio, la soledad, el miedo, la vida, la muerte, la enfermedad, la solidaridad, una vez presentes en la vida humana, fueron la base de la esclavitud consentida para arrebatar el poder y la libertad originarios de las personas.

El miedo conjuntamente con el temor y la angustia, encabezan la lista para implementar  las estrategias del poder de dominación. Y son estos sentimientos que al vincularse con otros sentimientos y con situaciones negativas para la vida, o que afectan el bienestar de las personas, sean ‘utilizados como los espejos en los que se reflejan los valores, las representaciones, las creencias, las ideas y otros elementos esenciales de la sociedad en cuestión’ (Boscoboinik, A. 2016), por ello, se transforman en centro de atención para implementar la manipulación, recordando que las situaciones de miedo son una construcción socio-cultural-política, y de igual manera, la capacidad de una persona para entender que un evento desconocido, puede encerrar peligro para la integridad, y que le pone en alerta para reaccionar con la huida-, o, puede relacionarse con la presencia o con la posibilidad de la presencia de un evento que se sabe produce algo no deseable para la persona, es así mismo una construcción socio-cultural-política. En ambos casos, dependiendo de la gravedad del impacto del evento, le puede generar a la persona pánico, congelarle, e inhibir una reacción consciente, al resistirse a indagar sobre lo escuchado, visto, oído, o imaginado, que le permita salir de ese peligro de manera razonada.

Si bien el miedo existe en cada persona como parte de la estructura biológica, los estímulos para despertar esa respuesta son una construcción social, esto es los criterios de peligro y de riesgo son elaboraciones humanas cargadas de intereses privados; de allí que el poder utilice estos procesos bio-psico-sociales para su estricto interés de dominación, porque el ‘poder no se da, ni se intercambia, no se retoma, sino que se ejerce y solo existe en acto… en esa relación de fuerza, reprimiendo’ (Foucault, M. 2014: 27-28). Por esta naturaleza social, el poder y el miedo tienen mayor éxito con la manipulación, considerando la afirmación de Robinson Salazar (2011), al indicar que el miedo ‘acumuló fuerza y se colocó inalcanzable, amenazador, sin posibilidad de ser alterado, pero codiciado por muchos para utilizarlo como herramienta de dominio’, siendo esa razón la que cobra más importancia en la organización social, porque las soluciones ofrecidas ante el peligro y el riesgo, con exacerbación del miedo colectivo, serán acogidas con poca o ninguna resistencia.

La utilización del miedo, no solo para la persona sino para toda la sociedad, sirve para visualizar y concienciar a cada persona y al conjunto social, de la insignificancia que es el individuo frente a esos eventos; y en ese estar de insignificancia, somos incapaces de hacer frente, nuestros razonamientos se topan con la imposibilidad de actuar para evitar o neutralizar dichos riesgos y peligros, por eso requerimos del apoyo, de la ayuda de otros para que enfrenten esos eventos, y de esa manera avizoramos la esperanza de controlar o evitar el peligro y sobrevivir. Esa imposibilidad humana, esta acrecentada, cuando los riesgos y peligros que enfrentamos no son sólo locales, sino globales como lo explica Ulrich Beck (1998) y (2002), y por ello se requiere del compromiso y coordinación de los diferentes países y de los organismos internacionales para evitar o paliar esos peligros y/o sus efectos. Es en ese espacio del miedo razonado, exacerbado, optimizado, agrandado, desdibujado, sin límites, en dónde los seres humanos nos encontramos con nuestra insignificancia, es decir incapaz de enfrentar al peligro y al riesgo, como reacción consciente a la manipulación que esta por detrás de todo, con toda su fuerza, como el arma más poderosa de dominación, sojuzgamiento y alienación de nuestros cuerpos y mentes. En ese propósito, el poder de dominación ha estado siempre en la búsqueda de mejores estrategias que permiten coaptar la pérdida de  la libertad y poder originarios con la manipulación y dominación; y a pesar de ello, en el otro lado, se encuentra la lucha por desarrollar u oponerse a la insignificancia del individuo-persona, y a las distintas formas de opresión/dominación individual y social.

La humanidad sigue su curso, y en el presente tenemos en nuestras manos muchas de las libertades que antes eran motivo y razón de las luchas de resistencia, sin embargo debemos preguntarnos, ¿si en estos tiempos estamos buscando como lo indica F. Hayek (2008: 64) “la libertad frente al poder arbitrario de otros hombres, con supresión de los lazos que impiden al individuo toda elección y le obligan a obedecer las órdenes de un superior a quien está sujeto”, o la libertad frente a la indigencia, a las múltiples formas de explotación de unos en contra de otros, o a la acumulación exagerada o a la distribución desigual de la riqueza, o a resistir al control de la libertad de conciencia y de expresión, a la búsqueda efectiva a ser escuchados por los distintos poderes e instituciones sociales; a poder disentir sin temor a represalias, y a no aceptar el pensamiento único…?.

A pesar de tener más libertades, estas han sido diseñadas para masificar la manipulación, llevando al consumo planificado de toda la existencia humana, recordando que al sistema productivo mercantil, no le importa si es útil o no el producto, o si es bueno para la vida y la salud o no, lo que le interesa es la existencia de poblaciones consumidoras, sin criterios, dóciles al mensaje, que viven para consumir lo que le ofrecen como solución, con el menor esfuerzo, porque han perdido la capacidad de pensar, de reflexionar, de decidir en base de las reales necesidades, esta allanado y obnubilado su entendimiento y reflexión. Este es el nuevo mundo, el del humano alienado en el mercado de consumo, creyéndose libre en la decisión de comprar, está convencido que el mercado es el sitio ideal del ejercicio de la libertad, porque él cree que decide por sí mismo lo que le gusta y quiere comprar, porque se siente seguro; sin embargo, ese es el lugar en donde se consuma la estrategia de dominación, alienación y regulación total que hace la sociedad mercantil.

No hay que seguir huyendo, no hay que esconderse, no hay que fugarse, hay que enfrentar al monstruo que acecha día a día nuestra intimidad, nuestra voluntad, que diezma nuestra fuerza, nuestra capacidad, que obnubila nuestra consciencia, obscurece nuestro pensar, tapona nuestra probabilidad de reflexión. Ese monstruo es una creación humana, hecha por humanos a través de los tiempos, no es una metafísica, aunque no se observe, porque no se presenta con cuerpo físico, pero está allí en las sombras, en nuestros sueños, en nuestra mente con ideas que son propiedad de otros intereses, inundan nuestras células, se transmiten por el genoma, manipulan nuestras respuestas, nos hacen creer lo que ellos quieren que crean, inutilizan nuestras capacidades para enfrentar el mal, nos transforman en marionetas.

Por lo expuesto, caminantes de este mundo, es el momento para otro comienzo, es necesario unirnos, es importante comunicarnos, desarrollemos la cooperación, pensemos que existimos como humanos en la  medida que actuamos como colectivos, sin que ello signifique perder nuestra identidad, como personas diferentes con sueños y esperanzas, de allí que, el llamado para volver al ejercicio real de la libertad y poder originarios, desde las personas como colectivos, será con la práctica de una verdadera democracia, como sujetos y actores sociales, con necesidades, sueños y aspiraciones, a su vez con errores, defectos, e imprecisiones, con espacios para expresar sus formas de ver y hacer planteamientos que verifica son considerados como válidos, y que la sociedad  piensa en la vida no solo de los humanos, sino del bien del conjunto planetario/cósmico, en un darse generoso, para la sobrevivencia armoniosa del todo.

 

[1] Bourdieu, (2007: 86).  indica que  el habitus, corresponde a unos ‘sistemas de disposiciones duraderas y trasferibles, estructuras estructuradas y estructurantes predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su meta sin suponer el propósito consciente de ciertos fines de dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente “regularmente” y “regulares”, sin ser para nada producto de la obediencia a determinadas reglas, y, por todo ello, colectivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta’.

 

Referencias bibliográficas:

Beck, U. (1998). La Sociedad del riesgo: Hacia una nueva modernidad. Ed. Paidós. Barcelona-España.

Beck, U. (2002). La Sociedad del Riesgo Global. Ed. Siglo XXI. España-Madrid.

Bourdieu, P. (2007). El sentido Práctico. Ed. Siglo XXI. Argentina. Disponible en: https://sociologiaycultura.files.wordpress.com/2014/02/bourdieu-el-sentido-prc3a1ctico.pdf. Bajado el: 10/07/2014

Boscoboinik, A. (2016). ¡Por qué estudiar los miedos desde la antropología?. Arxiu d’ Etnografía de Catalunya, n.º 16. Disponible en: https://revistes.urv.cat/index.php/aec/article/download/1018/985

Dawkins, R. (1985). El Gen Egoísta: Las bases biológicas de nuestra conducta. Ed. Salvat Editores S.A. Barcelona-España.

Fromm, E. (2017). El Miedo a la Libertad. Ed. Planeta Colombiana S.A. Bogotá-Colombia.

Foucault, M. (2014). Defender la Sociedad. Ed. Fondo de Cultura Económica. Argentina.

Hayek, F (2008). Camino de servidumbre. Unión Editorial. Disponible en: Liberty Fund, o en ElCato.org. http://www.elcato.org/sites/default/files/camino-de-servidumbre-libro-electronico.pdf

Gergen, K.J. (1992). El Yo Saturado: Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo. Ed. Paidós. Barcelona-España.

Lerner, G. (1990). La Creación del Patriarcado. Ed. Crítica. Barcelona. Disponible en: https://www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/la_creacion_del_patriarcado_-_gerda_lerner-2.pdf. Bajado el: 05/06/2018

Salazar, R. (2011) Los miedos ocultos en la sociedad del siglo XXI. THEOMAI No 23. Disponible en: http://revista-theomai.unq.edu.ar/NUMERO%2023/2_RobSalazar%20_24-34_.pdf. Bajado el: 16/08/2018