
Parte II: La Resistencia social viviendo a la intemperie bajo la bóveda celeste
Surge una inquietud, que se desprende del título de este artículo: ¿Por qué la resistencia surge a la intemperie bajo la bóveda celeste?, se puede retrotraer al pasado y hilvanar ideas para formar imágenes que den cuenta de cómo sería la vida de los primeros humanos en ese arsenal de configuraciones de los seres vivos y de la propia humanidad, y podríamos decir que ellos estaban en la intemperie en contacto directo con el entorno, con el universo infinito, y allí se forjaron las ideas, las explicaciones, los mitos, las leyendas, las formas, la propia geometría y las matemáticas, o la cosmología y la astronomía, luego la física, la química, la biología, y demás saberes.

La cuna de la imaginación no está dentro de una habitación sino fuera, en contacto con el mundo, con la vivencia cotidiana, con el ir y venir de circunstancias, del accionar dialéctico en el que actuó y transformo, pero también me transformo porque el entorno actúa sobre mi persona.
El cambio es uno de los principios primarios de la evolución. Y en esos espacios llenos de incertidumbre surgen las ideas que se ocupan de explicar lo que nuestros sentidos captan y el cerebro transforma en imágenes, sonidos, formas, conceptos, e inventa palabras, como también formas de comunicación con sentidos propios según las circunstancias.
Ese contacto con el mundo externo desde mi interior, crea formas magistrales de interpretaciones de la realidad, formas imaginativas, decía que la geometría surge en la intemperie, porque la naturaleza, ese cosmos no es geométrico ni matemático, los humanos para entender esa realidad creamos formas en nuestra imaginación y vemos esas formas hasta en las nubes, como monstruos, o animales, o con caras o cuerpos de hombres, o imágenes religiosas. Igual sucede con los números, ellos existen como creación humana y nosotros observamos esos números como constantes en las formas construidas. Creamos la realidad, no siempre lo que unos ven los otros pueden ver.
La intemperie es el lugar en donde fluye la espiritualidad y se manifiesta a través de la imaginación, de la creación de las formas y de la belleza, por esa potencia es que la intemperie es el lugar creador de la resistencia, porque allí emergen los modos de ver y concebir la realidad de manera diferente, fuera del control y de los intereses de unos que quieren que pensemos de una manera y no de otra, que consideremos sus idea como las únicas y verdaderas, cuando hay otras formas diferentes y diversas de explicar los mismos hechos y femémonos. Por esa potencia de éste espacio, es que es importante la reflexión a la intemperie cobijados bajo la bóveda celeste que es el universo infinito con sus infinitas posibilidades.
La intemperie es el mundo físico, social-cultural y humano existente, pero es aún algo más, es el estar en contacto con ese afuera mirando desde el interior de uno mismo, en dónde el universo que nos cubre se presenta como un infinito en el que las imaginaciones se transforman en imágenes, sonidos, toman cuerpos y significados, que desde los albores de la humanidad hay representaciones de aquello.
Y hoy requerimos más que ayer ese espacio para admirar la extensión, no hacia arriba sino hacia abajo, a las cosas del mundo cotidiano y encontrar sus significados reales que permitan explicaciones desde nuevas fronteras y por consiguiente construir comunidades desde otras esferas creadas en esos espacios-tiempos llenos de historicidad de múltiples facetas, colores, sabores y voces que levantan millares de actores que dan luces a la nueva humanidad.
Es necesario fomentar en la humanidad, la práctica de salir de la claustrofobia que impide la respiraración, agita al corazón, nubla la razón e impide la imaginación libre del mirar el firmamento con su infinitud, de sentir el aíre y respirarlo, de mojarse con el rocío de la mañana o la lluvia que trae consigo la mieses para sembrar la tierra y engrandecer la vida; y con la obscuridad para sosegar la mente para que pueda digerir los vaivenes de la vida y estructure las nuevas y alternas ideas, y con la luz se presente airosa en la racionalidad humana como creaciones e innovaciones variadas desde los diversos pensantes, para organizarse como espacio político de las nuevas relaciones sociales.
En ese espacio, se debe considerar la importancia y necesidad de la política, concebida en primer término relativa a las relaciones sociales que deben prevalecer en la sociedad, la misma se transforma en el centro al cual deben acudir las demás ejecutorias, sean de carácter religioso, económico, cultural, educativo, de organización del trabajo, además sobre el crecimiento poblacional, como los de las ciudades, sin dejar de lado las relaciones entre vecinos que caracterizan a las diferentes formas de agruparse los humanos (tribus, estados-nación, federación de naciones, etc.).
Y en segundo término, las políticas para resolver las necesidades humanas como individuo, familia y colectividad, cada una de ellas adquiere diferente expresiones políticas que responde a cada nivel, cruzándose en varios momentos de su ejecutoria. Quizá allí se pudiera responder a la pregunta de Buck-Mors (1995) del ¿cómo alcanzar a que el sufrimiento se trasforme en el camino ascendente de la rebelión?, sabiendo que las estructuras y aparatos culturas actuales, dominan los espacios sociales para incrustarse en el subconsciente colectivo y dominar desde allí sus gustos, sus pasiones, sus decisiones como hecho natural, propio de cada persona.
Un fetiche sofisticado creado con tanta fuerza y que está muy arraigado en el subconsciente, como lo indicaba Platón en la Republica, como una pasión por el dinero que no permite ocuparse de otra cosa sino del afán de acapararlo, de suerte que el alma del ciudadano, absorbida en ese objetivo, el de poseer el dinero, la riqueza económica es signo de status social, del éxito personal y familiar, que llena toda su racionalidad y no piensa en algo más que en cómo hacer dinero.
En este afán, de ser ricos, de tener más dinero, la humanidad, se autodestruye, y lucha todos los días, con inusual frenesí, como signo de felicidad, o de alcanzar la vida plena, para alcanzar ese objetivo el de atesorar o el de acumular más dinero, sin darse cuenta que ese dinero no se come, no produce salud, ni felicidad, sino su propia destrucción.
Pero vivimos en una sociedad más tecnológica, más instrumental, que soslaya la relación interpersonal, face to face, medio que permite el intercambio de lenguajes que las palabras no pueden expresar, como tampoco permite sentir el calor humano con la ternura encabezando las demostraciones de cercanía, de interés por el otro, y se desarrolla e incrementa el individualismo frío, lejano, del no importar los demás y el entorno, de allí lo de Joan Manuel Serrat, en su exhorto a la humanidad con el Pare, y en una de sus partes dice:
Son monstruos de carne con gusanos de fierro.
Son ellos los que están matando la tierra.
Joan Manuel Serrat. (Pare 1983)
Sin embargo, la violencia que engendra el poder de sojuzgación, encierra la destrucción y la muerte de todo cuanto es tocado por él, sin consideración de sexo, condición social y económica, afecta a todos con diferencias sustantivas, pero a todos afecta con el miedo y temor mediada por la incertidumbre.
Cuando decimos resistencia social, nos referimos a la puesta en escena de formas diferentes de sentir, de pensar o de accionar ante una idea o acción presentada por otro u otros, que quieren se dirija por esos caminos el comportamiento social, en el que se encuentran el económico, político, cultural, religioso, y todos ellos encaminados a profundizar o engrandecer esa propuesta.
Un origen puede encontrarse en la propuesta de una idea ligada con la existencia de un problema directamente económico o relacionado con él, con extensiones a los otros campos del relacionamiento humano, y la necesaria solución a ese problema. Siendo necesario tener presente, que puede existir ese problema, pero lo increíble se encuentra en la creación ideal del problema, esto es se indica la existencia de un problema sin que realmente exista, es un juego de palabras que buscan llegar a la población con una imagen que debe ser lo suficientemente creíble, para implementar estrategias que benefician a intereses particulares y no a los de la población a la cual dicen servir y beneficiar.
En ese espacio social, existe unas variopintas de intereses, de unos y de otros, esto es de quienes serán los verdaderos beneficiarios y de aquellos representantes de la resistencia social. Entre ellos están los representantes del sistema económico capitalista, quienes tienen su propia agenda dirigida a engordar lo más rápido posible y a como dé lugar la acumulación del capital, con trampas de toda índole, y por otro lado los diferentes sectores interesados en la disputa, tienen su propia agenda.
En el caso del Ecuador, el Gobierno central, los industriales los del comercio, y así los diferentes sectores productivos y comerciales tienen su propia agenda. En el caso de las organizaciones de transportistas, los dirigentes nacionales son grandes inversionistas de capital en esa rama de trabajo, quienes defienden de igual manera las formas de ganancia mayores para sus beneficios, esta afirmación fue visualizada por el gobierno al siguiente día del paro decretado por este sector, al indicar que ellos, los dirigentes, tenían a su haber grandes fortunas, hablando de millones de dólares, de los cuales solo una pequeña parte de ese capital era declarado al SRI (Servicio de Rentas Internas del Ecuador), y sin embargo no se ha seguido ninguna acción por parte de esa entidad del Estado en contra de estos dirigentes, pero cosa curiosa, el efecto de indicar al país por los medios masivos de comunicación, acerca de este hecho delictuoso de evasión del pago de los impuestos, ellos, los dirigentes del transporte al día siguiente, luego de una reunión de los directivos, declaran suspender el paro nacional de transporte.
Una cosa queda claro, el uso del soborno desde el gobierno, quien requiere que estos dirigentes sigan presidiendo las organizaciones, para mantener el chantaje, el control, dotándoles de ciertos acuerdos que benefician al sector para mantener la presencia de estos dirigentes, pero están controlados por el Estado.
Pero hay otras organizaciones sociales, como las de los trabajadores tanto de la ciudad como del campo, los estudiantes, la ciudadanía que apoyo directamente la resistencia, sin pertenecer a ninguna agrupación social, de manera particular la presencia de la mujer expresando su capacidad intelectiva, física, de compromiso social, de pensar en los demás y no desde ella y para ella, asombra y educa.
Como explicar esa movilización, sino es desde la interioridad social ecuatoriana y mundial, que desde años viene soportando con ira e impotencia, los agravios y el desgobierno, acrecentándose el descontento, que se agranda al sentir cada vez más la injusticia, la xenofobia, el machismo desde la primera autoridad central, esto desde El Presidente de la Republica, llamase Rafael Correa o Lenin Moreno, quienes ofenden a la dignidad de la mujer por más que suelten frases alrededor del reconocimiento de las capacidades de la mujer, o el de impulsar cierta reformas que disque benefician la igualdad de géneros, en la práctica desdicen mancillando su nombre, no creen en la igualdad entre los seres humanos.
A lo anterior es necesario colocar a todos los movimientos sociales ‘espontáneos’ que lucharon duramente en las calles, con una presencia no esperada de forma masiva, de respuesta rápida, como forma de demostrar su capacidad de resistencia, denotando su disconformidad con lo que está sucediendo en la gobernabilidad del país. Ellos, no están de acuerdo con las decisiones tomadas por los gobernantes, pero no levantan la voz, se callan; lo que no significa que estén de acuerdo, pero encuentran el momento y hacen su presencia, se visibilizan, y son llamados vándalos, ladrones, desquiciados sociales, escoria.
Esta movilidad social, en Ecuador con motivo de la demostración de resistencia ante las medidas económicas planteadas por el gobierno de Lenin Moreno, debe ser motivo de reflexión para los demás países, cuando las medidas afectan seriamente la existencia de las personas más vulnerables es un dogal con un filo que no está visible en toda la magnitud, pero no significa que no exista, sino que es oculto tras la sombra de la ceguera de quienes dicen ser las luces y los preclaros planificadores. Lo cierto es que masivamente las personas fuera del poder se comunicaron rápidamente y respondieron para engrosar la resistencia, de una manera incomprensible para unos y completamente comprensible para otros. Es la intemperie, la que permite la reflexión y compromiso sin miedos, sin condicionamientos, sin ataduras, roto el cordón umbilical se independiza y puede existir por sí mismo.
La historia contada desde los miles de años, por unos y otros, desde las diferentes religiones como por escribas, eruditos, filósofos, humanistas, etc.etc., siempre destaca la presencia de la lucha del poder, desde los grupos humanos pequeños en las guerras de territorio o de los alimentos, o del robo a las mujeres de las otras tribus para asegurar la descendencia y la presencia del grupo, hasta los de sumisión con la esclavitud, para incrementar la riqueza material. Se pasa de una sociedad de cooperación, de aporte de cada quien para el bien común del grupo, a la usurpación, la dominación, la sojuzgación, el control y la vigilancia de unos sobre otros, adicionándose la codicia, como el impulsor de esas relaciones insensibles inhumanas.
El mundo de lo humano es producto de las relaciones sociales existentes y la que se construyen en el día a día de manera conjunta e individual. Y en ese mundo construido se teje intereses desde los intereses particulares/personales, que dieron forma al ‘poder de sojuzgación-sumisión’ del que somos parte, producto, y productores.
En este mundo social-humano, una de las luchas que llenan las líneas de la historia, es el de la resistencia ante el opresor, la misma se ha fortalecido en la intemperie, fuera de los dueños de la vida y de los bienes materiales con diferentes nombres y poderes otorgados como Zhamanes, Brujos, Médicos, Reyes, Monarcas, Gobernantes con sus distintas distinciones; y las personas que osaron resistir, tuvieron que vivir en lugares apartados de sus familias, de sus pueblos, hasta conseguir formar ejércitos que en varios casos lograron cambios y conformar nuevas formas de gobierno.
Hoy nos enfrentamos a situaciones con ciertos símiles, la resistencia se forma fuera de la protección del Estado y de los grupos de poder, siendo un síntoma de ello, la descalificación y la incredulidad en los partidos políticos, que no responden a los intereses de la población mayoritaria sino de aquellos que tienen el poder económico y político.
El Parque del Arbolito en la ciudad de Quito, capital del Ecuador, fue el lugar de residencia temporal de los indígenas que llegaron a esta ciudad para expresar su resistencia y su agenda, cobijados bajo la bóveda celeste, como el techo que les cubría. Además fueron las calles y veredas, los espacios bajo el puente, así como tantos otros parques y espacios institucionales como el de las Universidades, en todo el Ecuador los que se transformaron temporalmente en los hogares compartidos, iluminados por la luna y las estrellas, en donde la mirada podía escudriñar el infinito universo y dar formas del Kosmos, para reflexionar en la belleza de lo existente y que podemos extasiarnos, pero que lo destruimos continuamente sin ninguna compasión y responsabilidad, y bajo ella se pudo desarrollar las estrategias alternativas e innovadoras de resistencia social.
Pero la intemperie, no solo es el espacio físico fuera de un lugar habitable –casa- sino el espacio fuera del cobijo del Estado, en donde puede surgir la idea de rebelión como alternativa social de convivencia, encontrando variedad de rutas que pueden cruzarse y entrecruzarse en diversos lugares, pudiendo caminar travesías juntos, pero que al final llevan hacia el mismo destino, con diferentes sabores, colores, texturas, que viéndolos desde una individualidad parecen ser muy diferentes, y que los efectos o productos finales no se encuentran encaminados hacia el mismo fin, porque observamos y construimos imágenes desde nuestros modelos mentales desligando los contextos, mirando obsesivamente regularidades preestablecidas, y no la potencia de los procesos que tienen como efecto final la satisfacción de las mismas necesidades desde otras formas, desde otras perspectivas. En estos casos es imperioso reconocer que lo importante no es en sí el camino recorrido, sino el fin alcanzado y su valides para la vida cotidiana de las poblaciones y comunidades. Luego de ello, podemos evidenciar los caminos, y tener geografías múltiples, que llevan todos a Roma.
Es importante recordar la necesidad de construir caminos para conocer e identificarse con las comunidades, y desde ese accionar conocer su alma, de igual manera al actuar en bien de las comunidades, de las familias y de las personas, reconociendo sus anhelos, sus esperanzas, sus metas y objetivos, sus formas de hacer y resolver los problemas, para ser integrados en propuestas diversas, que conducen hacia el mismo puerto, el bienestar colectivo, es posible conocer el alma en cada nivel.
Una condición ineludible, surge de la necesidad de enarbolar la dignidad humana, para alcanzar buenos frutos con un modelo alternativo y diverso de humanidad, recurriendo al rescate de los lúgubres rincones en donde ha sido colocado, adornado por la cultura del menosprecio, la desvalorización, como algo viejo razón del cambio, y así han conseguido transformar a la dignidad humana como inservible para la convivencia social.
Del puesto principal que ocupaba, fue cobijado por las sombras para que sea concebido como inadecuado y fuera de contexto para las nuevas relaciones humanas. Pero en la intemperie las personas recordamos que debe ser rescatado la dignidad de cada quien para seguir avanzando en la ruta de la libertad, y arrancar de las garras de los opresores aquello que nos merecemos como ciudadanos.
Es necesario pasar de la locura que contiene el ejercicio del poder de sojuzgación a la esperanza, a luz que dirija nuestros esfuerzos hacia la vida fraterna, armoniosa entre diversos y diferentes. No dejemos que devasten al Kosmos, a nuestro universo y particularmente a nuestro planeta tierra, cuidemos y avancemos hacia formas de vivir respetuosos, recordando que cuidando a los demás cuidamos de uno mismo.
Referencias bibliográficas:
Buck-Morss, S. (1995). Dialéctica de la mirada. Walter Benjamín y el proyecto de los Pasajes. Ed. La Balsa de la Medusa, 79. España.
Platón (1872). La República. Obras Completas de Platón. Ed. Medina y Navarro. Madrid. Revisado el 15/01/2020. Disponible en: http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf07007.pdf