
Introducción
Las cuencas hidrográficas (Rincón-Ruiz, Et. All.2016) como las que se desprenden del sistema Grijalva-Usumacinta, como el río palizada, el río Chumpan, y el río mamantel desembocando en Laguna de Términos, Campeche, México, constituyen históricamente la construcción de significados y formas de vida por parte de sociedades y ecosistemas, las relaciones simbióticas han posibilitado a comunidades humanas establecerse y encontrar un rumbo y posibilidad de auto existencia en dependencia de la naturaleza. No obstante, indicadores de vulnerabilidad socioambiental muestran la marginación de comunidades aún ante la gran riqueza de recursos naturales en el sureste de México (Frutos Et. All. 2020).

Ello no solo visibiliza posibles situaciones de violencia estructural que suceden independiente a las condiciones cotidianas de los actores locales, sino también el posible monitoreo de impactos socioambientales de megaproyectos en la región, como los efectos colaterales de la implantación y desarrollo de monocultivos agroindustriales como la palma de aceite. Esto último ha generado profundas desigualdades y daños tanto ecológicos como sociales en la región, en contraste ha mostrado la ausencia de procesos de movilización de afectados, surgiendo incógnitas interesantes de analizar sobre las contradicciones discursivas en torno al crecimiento económico en la región.
Palma de aceite ¿Qué es?
También conocida como Palma Africana (por su origen) es un cultivo que especialmente se realiza en la franja ecuatorial del mundo. La producción de palma de aceite es solo una fase de un conjunto de procesos de la agroindustria, que van desde su cultivo, producción, transformación hasta su comercialización. Su demanda proviene principalmente de mercados internacionales, del Reino Unido, España, Alemania, Países Bajos, y Bélgica, que, ante la expectativa del biodiesel como una energía sustentable y otros productos derivados de aceite de palma, seducen inversionistas, comprando el aceite de palma de regiones vulnerables socio ecológicamente en centro y Latinoamérica.
Sin embargo, existe una diferencia discursiva, en algunos casos se basa en las consecuencias locales e impactos sociales y daños ecológicos de la producción de palma de aceite a gran escala, que no es reconocida por los discursos que ven en la producción de palma de aceite una gran oportunidad por acelerar procesos de modernización económica (Mingorance, F. 2006).
Lo que se oculta en la producción de Aceite de Palma
Ante la demanda del aceite producto de la palma, empresas productoras han realizado tareas titánicas para acceder a hectáreas para su producción, en algunos casos con el consentimiento de los gobiernos, principalmente en algunos países de Latinoamérica, como México, Costa Rica, y Colombia, no obstante, en algunas ocasiones no hay dispositivos de protección ante abusos de las empresas y para que éstas sean supervisadas tanto por instituciones medioambientales como de derechos humanos.
En un informe realizado en 2006, para conocer la producción de aceite de palma producto de las relaciones entre Colombia y Bélgica, se demostró que se hicieron grandes violaciones a los derechos humanos en algunas comunidades en Colombia, principalmente por el cultivo ilegal, y por la presión paramilitar a actores locales, lo cual ha provocado incluso desapariciones, desplazamientos forzados y asesinatos de lideres locales. (Mingorance, F. 2006).
Aceite de palma en el sureste de México
La demanda de aceite de palma en México ha ido incrementando, algunos informes muestran que para 2006, la exportación de aceite de palma fue de 5.16 millones de toneladas. Este auge, no sólo representa un alza en la producción de aceite de palma en México, sino también distintas ópticas de análisis. Para algunos estudiosos significa la pérdida de divisas para el país, ya que las toneladas de aceite de palma se transforman en los países que importan el producto (De León E. Et. All. 2012). Desde otras ópticas, la producción de palma de aceite trae implícitos daños colaterales a ecosistemas, tanto como por el cambio de uso de suelo como por la utilización de agrotóxicos.
Para los discursos estatales, la inversión privada es importante para cuantificar el desarrollo político y económico y con ello la calidad de vida de las comunidades locales, sin embargo, estudios realizados en comunidades del sureste de México (Tabasco, Campeche y Chiapas) demuestran un estado preocupante de vulnerabilidad socioambiental (Frutos, Et. All. 2020).
De León E. Et. All. (2012) realizó un estudio para analizar las oportunidades de la producción de palma de aceite en México, en dicho estudio el autor expone que existen 2.5 millones de hectáreas distribuidas en los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Oaxaca y Guerrero, potencialmente útiles para establecer centros de cultivo de aceite de palma.
Para ello, en 2012, instituciones como la SAGARPA crearon el proyecto el “trópico húmedo” para establecer condiciones necesarias para para la producción de aceite de palma. Sin embargo, Wallenius, C. A. R. (2017) ha demostrado que dichos territorios tienen comunidades donde históricamente se han implantado formas de producción basadas en la explotación por distintos proyectos neoliberales incluso en la actualidad por el desarrollo de proyectos bajo la cuarta transformación.
Ante ello es importante enfatizar la confrontación de posturas con respecto al crecimiento económico, y principalmente la matización de contradicciones sociales y ecológicas, por ello mencionar la importancia de conocer las resistencias y críticas del desarrollo de la industria de palma de aceite, como un agente detonador de conflictos socioambientales por los contextos específicos en el sureste mexicano, enriquece el enfoque de la ecología política y de procesos de lectura crítica en el sureste de México.
La producción de aceite de palma en México no es reciente, la primera plantación sucedió en 1952 en la comunidad de Lima, ubicada en el Estado de Chiapas, para 1982 se establecieron las primeras 277 hectáreas, para 1996 el cultivo de aceite de palma se había ya establecido en tres Estados de México, incluyendo a Chiapas, Tabasco y Campeche, incrementándose a 2 800 hectáreas, para el 2004 la industria de producción de palma de aceite firmó su primer tratado, consolidando su producción en surestes del país (De León E. Et. All. 2012).
Palma de aceite en el Estado de Campeche.
Uno de los Estados visualizados dentro del plan para potencializar la producción de aceite de palma desde 1996 ha sido el Estado de Campeche, debido a sus condiciones climatológicas y sociales, siendo quizá la falta de oportunidades de los productores y sus condiciones de vulnerabilidad algunas de las claves para entender la expansión de la palma de aceite principalmente en cuatro municipios del Estado: Escárcega, Candelaria, Palizada, y El Carmen, los cuales se encuentran justamente en el área de influencia ecológica de la Área natural protegida de Flora y Fauna de la Laguna de términos. Para 2010, 47 comunidades se encontraban involucradas en la producción de aceite de palma, y había en existencia 7 productores privados, teniendo un total de 126 ha de riego y 3 589 ha de temporal.
A pesar de las ganancias existentes por la producción de aceite de palma en el sureste de Campeche, el crecimiento económico para la agroindustria aceitera en dicha zona no es proporcional con el desarrollo y bienestar de las comunidades que se encuentran cercanas, si bien, algunas comunidades y principalmente productores se ven beneficiados por cambiar sus actividades por la producción de aceite de palma, las condiciones de vulnerabilidad visibilizan las condiciones desigualdad de la región, que en algunos casos carecen de servicios básicos como agua potable y entubada, servicio de drenaje e infraestructura carretera.
El cultivo de la palma de aceite como monocultivo ha tenido un importante impacto en el equilibrio ecológico, principalmente por la tala de ciento de especies de flora para el cultivo de la palma de aceite, ello ha traído, no sólo un desajuste ecológico sino condiciones críticas para cientos de especies de flora y fauna.
Además, se percibe en algunas comunidades cercanas como Pital viejo, en la localidad de mamantel, en el Municipio del Carmen, que el agua de los ríos se encuentra contaminada, en algunos casos, se asocia ello a la producción de aceite de palma en regiones cercanas “río arriba”.
El desarrollo de algunos casos de leucemia ha ocasionado algunas preocupaciones por habitantes de Pital Viejo, incluso en la localidad de Palizada (Carmen) y Jonuta (Tabasco) algunos pobladores manifiestan sus preocupaciones de salud por el cambio de uso de suelo y el uso de “pesticidas” que son agrotóxicos para eliminar plagas que llegan a filtrarse al manto acuífero, no sólo contaminando el suelo en donde se produce la palma, sino también imposibilitando otros cultivos y llevando los contaminantes a comunidades por donde pasan riachuelos que se desprenden por ejemplo del río mamantel, en donde algunas familias utilizan el agua para satisfacer sus necesidades básicas. Sin embargo, las críticas a la producción de palma de aceite no solamente están en el imaginario de habitantes próximos a las hectáreas en dónde se produce palma de aceite, sino también en la prensa regional.[1]
Impacto socio ecológico de las operaciones de PALMA TICA en el área de influencia de la ANP Laguna de Términos, Campeche, México
Una de las principales empresas que se ha establecido en el sureste de México es la costarricense PALMA TICA. La cual es una empresa dedicada a la producción de aceite a través del cultivo de Palma africana, tiene sus oficinas centrales en el municipio de Palenque, en el Estado de Chiapas, teniendo una alta influencia tanto en Tabasco como en Campeche.
La importancia de entender el monopolio de Palma Tica, responde no solamente a la marginación de las comunidades en donde se instala sino a su impacto ambiental severo para su producción. A pesar de que la producción de aceite de palma puede ser utilizado incluso para fines de energía sustentable su daño ambiental es alto, debido a que, para la producción de sólo una hectárea de palma de aceite, se necesitan 9 millones de litros de agua.
En 2015, diferentes medios divulgaron públicamente una sanción federal a la empresa aceitera, debido de que a pesar de que ésta contara ya con permisos en algunos terrenos para producir Palma de aceite, Palma Tica estaba incumpliendo normas administrativas pues dañó significativamente 107.04 hectáreas en el municipio de Palizada, Campeche, causando daños irreversibles a los ecosistemas en la zona. Dicha sanción además se debió porque la empresa incumplió normas de cambio de uso de suelo establecidos en la legislación ambiental mexicana.[2]
Incluso en 2016 el director del ANP de flora y fauna de Laguna de términos José Hernández Nava, consideró que la siembra masiva de palma de aceite en la región pone en riesgo el equilibrio ecológico de la Laguna de Términos. En entrevista con un medio local, el director de la CONANP en el Municipio de Carmen, declaró que las afectaciones son severas, e incluso influye en el estado de la temperatura y el clima en la región, pues al modificarse el equilibrio ecológico, trae consecuencias en todo el ambiente de la zona generando también inundaciones tanto por la tala de selva mediana como por la creación artificial de canales para el riego de la palma, y amenazando las condiciones de cientos de especies. La producción de palma es nociva, no solamente altera la c
ondición y salud de los ecosistemas, también contamina los mantos acuíferos por la utilización de agroquímicos peligrosos que ponen en riesgo a las poblaciones en la región.[3]
En 2018, la PROFEPA volvió a sancionar a la Empresa Palma Tica, cobrándole de multa la cantidad de 3 millones 752 mil 500 pesos en esta ocasión por el severo impacto ambiental que provocó la tala de 612 hectáreas de selva mediana y selva alta, que fueron utilizadas para el cultivo de aceite de palma, la sanción principalmente se basó en que las acciones cometidas fueron ilegales y no se notificaron a instituciones federales. En este caso particular también se denunciaron autoridades locales que estaban al tanto de las operaciones de PALMA TICA.[4]
Desmovilizaciones, conflictos sin protestas, y vulnerabilidad.
El despojo territorial basado en proyectos modernizadores en el sureste de México, especialmente en Campeche, ha hecho que decenas de comunidades cambien sus actividades de existencia, y con ello modifiquen el uso del suelo, para vender sus tierras y/o producir palma de aceite. Ello trae consecuencias decisivas sociales, y ecológicas, debido a que se incrementan la suma de condiciones para el estado de vulnerabilidad que se vive en los municipios de Palizada, Carmen, Candelaria y Escárcega, Campeche, y que se han podido corroborar.
Es importante observar las contradicciones discursivas ante el desmantelamiento de relaciones de producción entre naturaleza y sociedad en la región y la operativización de megaproyectos de inversión privada que imponen una forma de producir la realidad social y las relaciones con el entorno, ello no sólo despoja la comunidades que históricamente han vivido en relaciones dependientes de la naturaleza en sus lugares de origen, sino también los habitantes son despojados de procesos de politización para responder ante las condiciones de vulnerabilidad en las cuales se encuentran, aun existiendo un conjunto de irregularidades que no benefician a los pobladores y repercuta en su nivel y calidad de vida.
No obstante, hasta la fecha no se ha documentado algún proceso de protesta y justicia ambiental que exija y presione a las entidades gubernamentales no sólo para sancionar a PALMA TICA, por sus daños ecológicos, sino que la obliguen a responder como una entidad privada a invertir en proyectos sociales en las comunidades en donde se establecen. Los escenarios de explotación de recursos en el sur de Campeche, demuestra como se perpetúa la acumulación por desposesión y la inmovilización de los afectados, que desligados de comprender la situación socioambiental, resisten y padecen los impactos tanto estructurales como por parte de proyectos de gran envergadura, ante ello es posible no sólo contrastar este tipo de conflictividades en la región, sino articular una lectura que encuentre las razones para explicar los procesos de desmovilización política y social en la región y con ello reconocer las condiciones de futuras movilizaciones ante la agudización de impactos en la salud de personas y daños ecológicos.
Bibliografía consultada
Rincón-Ruiz, A., Lara, D., Castro, L. G., & Rojas, C. (2016). Conflictos socioambientales y servicios ecosistémicos en la cuenca del río Orotoy: reflexiones para su gestión. Ambiente y Sostenibilidad, 3-16.
Mingorance, F. (2006). “El flujo del aceite de palma Colombia-Bélgica/Europa. Human Rights Everywhere/Coordination Belge pour la Colombie.
DE LEÓN, E., GUERRERO, S., & MUÑOZ, V. (2012). Políticas gubernamentales y reconversión productiva: el caso de la palma de aceite en México. Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (170).
Wallenius, C. A. R. (2017). Disputas territoriales en torno a las plantaciones forestales y de agrocombustibles en el sureste de México. El cotidiano, (201), 59-66.
[1] Consulte la entrevista en https://paginabierta.mx/2016/03/12/por-palma-africana-devastacion-ambiental-y-severa-contaminacion/
[1] Para más información consulte: https://www.pagina66.mx/firme-multa-a-palma-tica-por-talar-selva-y-sembrar-palma-africana/
[1] Estos testimonios se obtuvieron durante un estudio (2017) para conocer percepciones, indicadores cualitativos y cuantitativos de la vulnerabilidad socioambiental frente al cambio climático en el sureste de Campeche, México.
[2] Para más información consulte https://www.razon.com.mx/medio-ambiente/plantacion-de-palma-aceitera-afecta-107-hectareas-de-selva-en-campeche/
[3] Consulte la entrevista en https://paginabierta.mx/2016/03/12/por-palma-africana-devastacion-ambiental-y-severa-contaminacion/
[4] Para más información consulte: https://www.pagina66.mx/firme-multa-a-palma-tica-por-talar-selva-y-sembrar-palma-africana/