
“La trata de seres humanos con fines de explotación laboral son ya casi tan rentables como el comercio de drogas o de armas”, explica Ana María Corral. La supuesta nueva clase social basada en la precariedad y la inestabilidad: el precariado. Los antiguos ‘precarios’ han visto recrudecerse su situación Investigadores, becarios y otros ya cumplían con los requisitos para ser esta ‘clase social’
¿Ha nacido una nueva clase social a la luz de la crisis y las medidas de austeridad? Se trata del precariado, la denominada nueva clase del siglo XXI. Hace diez años que el término vio la luz. Y hace escasos meses el profesor de la Universidad de Londres Guy Standing lo afirmaba desde el titular en su último ensayo. Sin embargo, este término que engloba a quienes no tienen estabilidad ni una posición social definida de forma inesperada, también llega a incluir a quienes llevan siendo precarios más de una década.
¿Qué es el precariado?
El primer paso sería diferenciar la situación de precariedad, que ha existido siempre, del precariado. El precariado llega a distinguirse, más que por su situación actual, por el contraste entre lo que es y lo que aspiraba a ser. Así, el sociólogo de la Universidad Carlos III de Madrid,José Antonio Gómez Yáñez, define a estas personas como “las víctimas de la desaparición de las armas sociales para la defensa de sus intereses”.
Yáñez hace hincapié en que el grueso del precariado viene de padres que utilizaron esas armas sociales para conseguir su rol y su estabilidad social. Sin embargo, “ahora que son necesarias, y a pesar de que los miembros de ese sector tienen espíritu de lucha y quieren cambiar la realidad que viven, no saben cómo conseguir esas armas ni como utilizarlas”, explica. Además, incide en que necesitan canalizar su poder real para convertir su necesidad y su capacidad en alternativas reales.
Y ante esta situación, la expectativa de que el peor futuro fuera un piso de 70-80 metros y una titulación, se difumina. La clase media como estado natural ha quedado atrás y ahora el antiguo proletariado ha quedado desdibujado y sin un lugar en el que encasillarse socialmente.
Precariado y precarios
Su nueva posición, o la nueva clase social como la llaman algunos, tiene poco de novedad. Su impacto proviene de que es una confrontación con lo “normal”, con lo que debería ser según donde se nace Realmente, supone un vuelco a una suerte de determinismo social. Consecuentemente, la clase proletaria está tomando el rol de los precarios que han existido siempre, aunque no se les haya conocido.
Sin embargo, ¿quiénes han sido los precarios? La Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios (FJI-Precarios) no duda en alzar la mano y recordar que han reconocido y denunciado su precariedad desde el 2000. Y su lucha dio frutos. Miguel Ángel Fernández, portavoz de FJI-Precarios, recuerda cómo el Ministerio del ramo reconoció sus demandas, pero lamenta que la situación actual haya tirado por tierra su esfuerzo. Fernández asume que “hemos pasado de prácticas, becas y ayudas sin reconocimientos laborales a que ahora ni existan”. “Ante esto, la carrera de investigador ya no es precaria, es nula“, se lamenta.
Otros sectores han sido testigos mudos de su precarización. Gómez Yáñez explica que hace 30 años comenzó a preponderar el precio al servicio. Es decir, la mano de obra no cualificada era más barata y se podía conseguir por precios irrisorios y en condiciones lamentables. De este modo, la mano de obra se iba precarizando. Fue un bombardeo silencioso y continuo que sigue su rumbo en la dicotomía que hoy tiene España, según Gómez: “¿Apostar por la calidad, por el crecimiento, por el consumo o dejar a España como un país de fabricación a bajo coste?”.
La precarización también afectaba y sigue afectando a las profesiones alegales. Cristina Garaizabal, portavoz del Colectivo Hetaira, habla de la situación que la prostitución vive y ha vivido antes del términoprecariado. Garaizabal insiste en que la legislación nunca ha considerado las condiciones laborales de los trabajadores del sexo, algo que ha propiciado la precarización de los sectores más débiles. Así, la prostitución se resiente de los efectos que han generado modificado la jerarquía social y están provocando que hayaprofesionales del sexo que marchen al extranjero.
La educación, uno de los pilares del Estado de Bienestar, tampoco ha sido un paraíso en el pasado. Elena Nicolás, profesora de Secundaria, relata su experiencia en un instituto público de alumnado conflictivo. Ya hace años, buena parte de los estudiantes se veían casi condenados por sus orígenes (si acababan los estudios básicos) a no acceder a una formación completa. Ahora no puede evitar preguntarse qué será de ellos cuando incluso alumnos de clase media necesitan ayuda para no dejar las aulas.
Los becarios, también llamados precarios, parecen repetirse en el tiempo. En 1996, un joven hacía prácticas durante todo el fin de semana sin cobrar. Hace poco más de un lustro, otra joven veía como su salario se convertía en tickets regalo. Y en la actualidad aparecen constantemente alusiones a la ilusión, a la formación y como sinónimo de precariedad laboral. Ante esto, Gómez recuerda sus inicios como becario y concluye: “Aunque parezca increíble, mi situación era mejor que la de ahora”.
La precarización de la clase media de forma constante durante los últimos años concluye en sustituir a una población que existía, pero sobrevivía gracias al apoyo del proletariado en buena medida. Ahora, los que antes ayudaban constituyen un grueso de población que necesita recursos de los demás. El problema, coinciden tanto el profesor Standing como Gómez Yáñez, es que esta situación sea un caldo de cultivo para la demagogia política. Es decir, el gran riesgo es que elprecariado se convierta en unas armas de una batalla utilizada para fines que no les benefician.
La explotación laboral también incide en los españoles que salen a trabajar al exterior
España ocupa (con más de 1.600 víctimas) el segundo lugar entre los países de la UE en lo que se refiere a trata de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral. El dato, recogido por Eurostat durante los años 2008 y 2010, está sacando a la luz que la discriminación ya no sólo se refiere a ciudadanos foráneos, sino que también se puede aplicar cada vez más a españoles que buscan una salida desesperada a la crisis.
Una situación que ha reflejado el sindicato UGT en un reciente cartel, donde se pone de relieve que la trata de seres humanos con fines de explotación laboral pueden afectar tanto a un ciudadano africano como a una ciudadana española que ha sido contratada en el extranjero, que trabaja más horas de las legalmente establecidas, cobra menos de lo estipulado y cuyo alojamiento no cumple las normas mínimas de higiene. Se llega incluso al extremo de condiciones de auténticaesclavitud.
“No es una situación aislada, como podría suponerse”, explica Ana María Corral, responsable del departamento de Migraciones de UGT. Como sucedía en los años noventa, cada vez es mayor el número de personas que emigran sin contrato de trabajo y que tienen que aceptar unas condiciones poco dignas”.
Desde el sindicato denuncian que España no ha cumplido con la obligación de trasponer la directiva europea relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y la protección a las víctimas. Tampoco se incluyen ninguna partida de los Presupuestos Generales del Estado para la protección y acogida de las víctimas de la trata de fines de explotación laboral. Tampoco consideran suficiente la inclusión de algunas previsiones de la directiva europea en la ley orgánica que modificará el Código Penal.
Sin escrúpulos
Aunque la trata de seres humanos con fines de explotación laboral se identifica en su mayoría por los casos de explotación sexual, cada vez cobra más importancia los delitos relacionados con las condiciones laborales que imponen contratadores sin escrúpulos. Y esta trata de personas, que suele asociarse con personas de nacionalidad extranjera no comunitaria, también se extiende a ciudadanos de cualquier nacionalidad de la UE, incluida la española.
De hecho, sigue apuntando Eurostat, el 44% de los presuntos tratantes tenía nacionalidad de alguno de los 27 Estados de la UE (en España era del 45% y prácticamente la mitad eran mujeres).
Si entre los años 2003 y 2006, el porcentaje de la trata con fines de explotación laboral suponía el 18% del total, este nivel se ha duplicadodurante el periodo 2007-2010, lo que se atribuye a una peor situación económica y laboral, así como a la mejora de recogida de datos por los Estados miembros.
También se pone de relieve un aumento de la “trata doméstica”, cuando la víctima de la explotación laboral es trasladada dentro del propio país, que se elevó del 19% al 25% en los mismos periodos.
Y no es un asunto baladí. “La trata de seres humanos con fines de explotación laboral son ya casi tan rentables como el comercio dedrogas o de armas. Y hasta finales de 2010 España no lo incorporó como delito a nuestro ordenamiento jurídico”, explica Ana María Corral.
La representante sindical muestra su preocupación por el hecho de queno exista un plan específico laboral para ayudar a las personas que sufran este tipo de explotación laboral en nuestro país. Recuerda que muchas víctimas eluden denunciar su caso porque es el único ingreso que reciben para sobrevivir.
“Aunque este comercio de seres humanos es más invisible, creo que se deberían fijar unos protocolos de actuación para apoyar a los afectados por esta situación. También las organizaciones laborales tenemos la obligación de identificar en la medida de nuestras posibilidades casos en los que se produzcan situaciones de explotación laboral”, dice la sindicalista.
Y no sólo por el 8% de víctimas de nacionalidad española que se fueron identificadas en 2010, sino por todos los seres humanos que se ven obligados a padecer esta lacra social y laboral, más intensa en periodos de recesión y crisis como el actual.
Articulo de JOSÉ DAVID PÉREZ y HENRY PRYZBYL, visto en zoomnews.es