llosas, luchadoras y firmes logren ofrecer una resistencia genuina. Tanto si una u otra, parece ser que se nos ofrece al menos la posibilidad de elegir, la apariencia de un contrato recíproco y el derecho formal de protestar y pleitear ante cualquier incumplimiento, algo que en comparación con los drones nadie nos puede garantizar.
rios activos”, era la expectativa de encontrar lo que por lo visto ya venían anhelando desde hacía tanto tiempo, pero sin saber dónde buscar o encontrarlo, hasta que Mark Zuckerberg entró a ofrecerlo en Internet dirigido a sus compañeros de estudio.
adas restricciones, o queda prohibido o como mínimo estrictamente vigilado. La confidencialidad marca, para así decirlo, el límite del ámbito privado, una zona que ha de ser mi dominio, un territorio de mi absoluta soberanía donde tengo el poder absoluto e ilimitado de decidir “qué y quién soy”, y desde donde me lanzo, una y otra vez, para reivindicar que mi entorno reconozca y respete mis decisiones. Pero a medida de que nos hayamos apartado, asombrosamente, de los hábitos de nuestros ancestros, hemos ido perdiendo el valor, la fuerza y sobre todo la voluntad de sostener y defender estos derechos como las irrenunciables piedras angulares que son en nuestra autonomía individual.
llamaba ‘liberación’”. [13]
Sólo cuando se cumpla esta condición previa, que no admite excepciones ni tolera ser rechazada, las innumerables transacciones entre vendedores y compradores vienen a integrar una totalidad imaginaria y concebible como un “conjunto” que podemos llamar “sociedad”; como una entidad capaz de exigir y obligar a las personas a acatar esas exigencias, que nos permiten referirnos a “hechos sociales” en el sentido durkheimiano.
de supuestas alternativas?
[…] Una vez más: los miembros de una sociedad consumista son ellos mismos bienes de consumo, una cualidad ésta que les viene a otorgar aquel status. Su principal preocupación consiste en llegar a ser y permanecer siendo un producto comercializable/vendible, aun cuando pocas veces sean conscientes de ello, y menos aún lo articulen explícitamente. La atracción de un producto, sea objeto actual o potencial de un deseo capaz de incitar al acto de comprar, se mide por tanto y ante todo por su capacidad de aumentar el valor mercantil del consumidor. Pues en la sociedad consumista cada individuo viene obligado a convertirse, él mismo, en producto demandado, por el procedimiento del do-it-yourself. El objetivo y el reto consisten pues no sólo en convertirse en mercancía, sino hacerlo uno/a mismo/a. Pertenecer a esta sociedad supone una servidumbre que exige esfuerzos continuos. El miedo de no ser capaz de acoplar o amoldarse, se ha convertido en el miedo de no dar la talla, que no resulta ni un ápice menos tormentoso que el primero. Los mercados tratan por todos los medios a su alcance de capitalizar este miedo; y las empresas dedicadas al mercado minorista compiten entre ellas por convertirse en el más fiable guía y ayudante de sus clientes en su interminable tarea de aumentar su valor. Quieren facilitarle la “herramienta” que cada uno pueda necesitar para su propia comercialización individual. Los productos, empero, que vienen a recomendar como si de la expresión de una decisión individual se tratara, son en realidad decisiones prefabricadas, que ya estaban confeccionadas, antes de que el individuo se encontrara ante la tarea (que, para más INRI, le fue presentada como una “oportunidad”) de tomar sus propias decisiones. Resulta absurdo creer que al individuo jamás le pudieran facilitar la elección. Lo que en estos productos se viene a especificar y concretar es nada más que la inevitable “necesidad” , que cada persona debe reconocer y acatar, hoy igual que antaño; y cuya obligatoria observación debe aprender a asumir primero si quiere llegar a ser realmente libre. ¿Será así, pues, que Facebook debe su increíble éxito en primer lugar al hecho de que opera como un mercado en el que esa amarga necesidad tiene cita diaria con una entusiasta selección de supuestas alternativas? Autor: Zygmunt Baumann. Traducción al castellano por Tucholskyfan Gabi. Agradecemos que nos permita publicar este artículo. También a blogdelviejotopo.blogspot.com.es, por hacer más fácil la comunicación con esta traductor. Notas: [1] Elisabeth Bumiller y Thom Shanker, War envolves with drones, some tiny as Bugs, en The New York Times, 19.06.2011. [2] Brian Stelter, Upending anonymity. These days the web unmasks everyone, en ibíd., 20.06.2011. [3] La técnica de la mirada “gorgónica” permite equipar a un dron con las cámaras suficientes para que pueda “streamear” hasta desde 360 grados distintos. De este modo se impide que se pueda detectar desde el exterior el objeto que el dron estuviera observando en cada momento. El término alude a las gorgonas de la mitología griega, cuyas miradas eran tan potentes que petrificaban a cualquiera que intentase mirarlas. [4] Brian Stelter, art. cit. [5] Étienne de la Boétie (1530-1563) era amigo de Michel de Montaigne; su discurso impreso en 1547 “Discours de la servitude volontaire” [discurso de la servidumbre voluntaria] gira alrededor de la tesis que los suprimidos, a veces, no sólo soportan su esclavitud, sino incluso pretenden provocarla. [6] El supuesto robo no ha podido comprobarse de modo inequívoco; al igual que la mayoría de casos que llegaron ante los tribunales desde la fiebre de oro de California en 1849; al fin y al cabo, Internet, a principios del siglo XXI, es similar a la California de mediados del siglo XIX: un espacio casi sin leyes, sin propiedad privada, sin cánones de licencia (royalties) y sin impuestos. [7] Josh Rose, How social media is having a positive impact on our culture, 23.02.2011, http://mashable.com/2011/02/23/social-media-culture/. [8] Georg Simmel, Soziologie. Untersuchungen über die Formen der Vergesellschaftung. Edición completa, tomo 11, Francfort del Mena 1992 (1908), p. 392. [9] Gary T. Marx y Glenn W. Muschert, Simmel on secrecy and inheritance for the sociology of information, en Christian Papiloud y Cécile Rol (editores), The Possibility of Sociology, Wiesbaden 2008. [10] S. Paul Lewis. Teenage networking websites face anti-paedophile investigation, en The Guardian, 03.07.2006. [11] Eugène Enriquez, L’idéal type de l’individu hypermoderne: l’individu pervers? En: Nicole Aubert (editora), L’Individu hypermoderne, Toulouse 2004, p. 49. [12] Siegfried Kracauer, Die Angestellten. Aus dem neuesten Deutschland, Francfort del Mena, 1971, p. 25. [13] Germaine Greer, The Future of Feminism, clase magistral Dr. T. Jans, Maastricht 2004, p. 13. *** Este extracto está basado en las conversaciones entre Zygmunt Bauman y David Lyonque la Editorial alemana Suhrkamp acaba de publicar bajo el título “Daten, Drohnen, Disziplin” [Datos, drones, disciplina]. Fue publicado en Blätter für deutsche und internationale Politik (Hojas para la política alemana e internacional), Edición 10/2013, pp. 51-62. URL: http://www.blaetter.de/archiv/jahrgaenge/2013/oktober/das-ende-der-anonymitaet http://ssociologos.com/2013/11/29/un-dialogo-entre-zygmunt-bauman-y-david-lyon-el-fin-del-anonimato-… […]