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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

¿Por qué deberíamos aprender a administrar nuestros roles?

septiembre 17, 2014

En el mundo actual globalizado, en donde la modernidad ha producido una sociedad interconectada, paradójicamente esto no ha significado que las personas cambien su conducta, más bien el rol de cada uno se ha adaptado a los cambios, pero en esencia sigue siendo el mismo, y en muchos casos se acentúa hasta cotas que hace pocos años no era posible. Ya lo exponía Coser en los 70s, que la complejidad de los roles se iba a acentuar y cambiar en las siguientes décadas. Observemos como ejemplo, el rol de padre. Hoy un progenitor tiene que lidiar con las redes sociales,  siempre y cuando quiera seguir cumpliendo los sub- roles de tutor y protector que van intrínsecamente unidas al rol de padre. Estamos cada vez más gobernados y controlados por nuestros roles y subroles, aprender a administrarlos se ha convertido en una tarea que ningún estudio sociológico ha sabido abordar adecuadamente. Si lo pensamos de manera hipotética, no es descabellado llegar a pensar que este desajuste causado por una mala gestión de nuestros roles, puede llegar a ser uno de los factores a tener en cuenta a la hora de analizar problemáticas y conflictos sociales. También hay que entender que los roles no se pueden categorizar en  “blanco o negro”, como plantean las teorías clásicas provenientes de la sociología.

El ser humano es el resultado de un proceso social, en el cual los roles emergen adaptándose a las condiciones socio ambientales. Tomemos como ejemplo a la tribu de los Mosuo[1].  Es una sociedad matriarcal, en donde las mujeres se hacen cargo de prácticamente todas las tareas productivas y son las dueñas de las casas y las tierras. En esta pequeña y aislada comunidad del Tíbet, no existe el rol de padre ni el de marido. Curiosamente, su índice de violencia doméstica es prácticamente cero, en su lengua autóctona (que no es el chino mandarín), no existen palabras ni sinónimos a “guerra”, “asesinato”, “violación” o “castigo”.

Si buscamos referencias teóricas en el mundo académico, encontramos que la teoría de roles prácticamente no ha cambiado desde su formulación inicial, allá a principios de siglo XX, por parte de los “padres” de la Sociología, como George Herbert Mead, Jacob L. Moreno y Linton, entre otros.  Ellos sí que establecen categorías para los roles sociales, los cuales cito literalmente a continuación.

  • Los cuales roles culturales: funciones dadas por la cultura.
  • Diferenciación social: por ejemplo, profesor, conductor de taxi.
  • Funciones específicas de la situación: por ejemplo testigo.
  • Funciones bio-sociológicas: por ejemplo, como humana en un sistema natural.
  • Los roles de género: como hombre, mujer, madre, padre, etc.

Si me habéis seguido la idea que  intento plantear, en mi modesta opinión, categorizar los roles no tiene ningún sentido. Creo que cambiando el enfoque, se podrían hacer estudios con planteamientos y objetivos más acordes a los tiempos en los que vivimos.

Tenemos que ampliar el concepto de Rol, y entenderlo como un conjunto de sub-roles. Mapeando adecuadamente, sin categorizar ni sesgar al realizar el análisis (con teorías de roles, por ejemplo la clásica Funcionalista de Merton).

Llegados a este punto, ¿cómo podemos administrar nuestros roles? Para empezar os propongo crear una estructura tipo árbol. Pero antes de esto, debemos tenerlos identificados, y lo más importante  establecer una jerarquía entre ellos. Cada persona es un mundo, no creo que una receta única sea lo pertinente. Tenemos individualmente el potencial y la capacidad de discernir quienes somos y lo que queremos ser.

arbol_roles

Grafico diagrama de arbol: Os dejo como ejemplo mi mapeo personal de roles y subroles (podría haber seguido sacando roles y subroles, pero lo deje así para que fuese un ejemplo más claro).

Quizás para algunas personas el rol máximo es el de ser Padre o Madre, para otros puede ser el de Hijo o Hija, etc. Esto es algo personal, puede ser el resultado de la socialización o no. Lo interesante de la jerarquía, es que nos permite visualizar  el rol, que más nos importa, y sintetiza a groso modo, lo que somos y lo que queremos ser. Esto nos permite administrar nuestros roles desde una nueva perspectiva, focalizando los que entran en conflicto, permitiéndonos mejorar en su gestión. Soy de la escuela de gestionar los conflictos, no de buscar solucionarlos.

Al final el rol es un “papel”, el cual nosotros elegimos libremente  para “actuar” como actores, en el espectáculo más maravillo que podemos disfrutar,  que es “el gran teatro” de nuestras vidas. No creo en la obligatoriedad de los roles, salvo en casos de fuerza mayor (como la de un preso encarcelado privado de su libertad), es común saber de alguien que ha renunciado a un rol, simplemente porque no lo quería.

Bibliografía

Mead, George H.. Mente, el yo y la sociedad. Chicago: University of Chicago Press.

Ralph Linton, “El Estudio del Hombre”, capítulo 8, “Situación y Papel”, 1936

Robert K. Merton, Teoría Social y Estructura Social de 1949

Rose Laub Coser, “La complejidad de los roles como un semillero de la autonomía individual”, en: La idea de la Estructura Social: Documentos en honor de Robert K. Merton, 1975

[1] Más información sobre los Mosuo en wiki: http://es.wikipedia.org/wiki/Mosuo