
El comercio online, también conocido como comercio electrónico, comercio por Internet, e incluso como e-commerce, por aquellos que prefieran la versión anglosajona, goza de muy buena salud y sigue su constante crecimiento a pasos agigantados. Las ventas minoristas a través de Internet a nivel global alcanzaron los 2,3 billones de dólares americanos en 2017 y se prevé que en 2021 esta cifra llegue a 4,88 billones, según datos publicados por Statista.
Con este panorama, no es de extrañar que el mercado de venta tradicional mire con preocupación a los nuevos competidores e intente adaptarse a marchas forzadas a los renovados hábitos de aquellos que solían ser sus consumidores. Apostar por la máxima personalización tanto de los productos, como de la experiencia de compra, tener muy presente el análisis de datos y el remarketing (los anuncios que te persiguen hasta la saciedad tras haber hecho una búsqueda de producto) y ofrecer rapidez y comodidad en los envíos son algunas de las tendencias que Tecnicas Marketing define como imprescindibles durante este año.
Y, mientras el consumo online no deja de crecer, aupado por la cada vez mayor penetración de internet y, como no, de los avances en telefonía móvil, también lo hace la oferta de tiendas. Herramientas que hacen que la apertura de un e-commerce se convierta en tarea sencilla, hasta para aquellos con conocimientos tecnológicos entre básicos y nulos, han convertido el mundo virtual en una plaza abarrotada con los mejores escaparates. Por si eso fuera poco, para vender en Internet, ya ni siquiera necesitas tener productos propios o enviarlos a tus clientes. Gracias a soluciones de dropshipping como la de Oberlo serán los propios fabricantes los que lo hagan y los dueños de estas tiendas se llevarán un interesante beneficio económico a cambio de haber escogido los productos adecuados y haber diseñado un atractivo escaparate que haya atraído la atención del cliente.
Y si el comercio online sigue imparable, hay una parte de él que crece de manera aún más rápida. Se trata del m-commerce o, lo que es lo mismo, el comercio electrónico a través de dispositivos móviles, ya sean teléfonos, ya sean tabletas. Aunque, para ser precisos, gracias a la constante mejora de los Smartphone, de la apuesta por la seguridad y la diversidad en los métodos de pago vía móvil y, por su puesto, de su comodidad y conveniencia, la compra venta de productos a través de los teléfonos móviles es la que está experimentando un crecimiento más acelerado. Tanto, que en 2019 está previsto que alcancen más de un tercio del total del e-commerce. Y si éste sube a razón de un 5% anual (que ya es una cantidad considerable), el m-commerce creció casi un 44% en el transcurso de 2018 y se espera que lo haga en un porcentaje de un 37,7% a lo largo del año en curso.
En España, por ejemplo, tal y como muestran los datos del Observatorio Cetelem, un 63% de los usuarios que han declarado comprar online, lo han hecho al menos una vez a través de sus teléfonos móviles. Sin duda, una buena razón para que las compañías dedicadas al comercio online presten más atención a sus canales móviles.