Tras ver el debate de ayer entre los candidatos a lapresidencia de nuestro país, he corroborado lo que ya sabía desde hace muchotiempo, incluso antes de que estallara la crisis, cuando todo parecía ir demaravilla en la economía española… Son meros “cazadores de puestos” (Weber)Debate absurdo y vacío de contenido y de personalidad. Por una parte, lasocialdemocracia de fachada que ha tenido que plegarse al espíritu neoliberaldel mundo desarrollado. España gobernada por el ajuste presupuestario impuesto porBruselas, lo que ha llevado al PSOE aadoptar medidas contrarias a su “supuesta ideología”. Por otra parte, el PP quenos llevará con su “supuesta ideología” también hasta el fondo del caminito quenos ha traído hasta el escenario actual.
Ambos se han esforzado en el “y tú más” y en eldebate estéril. Hablando de los árboles impiden ver el bosque: la realidad másallá de propuestas, mayores o menores recortes, es que el sistema capitalistaha llegado finalmente a su contradicción interna (esa que no convenía ver) Éstanos advertía de que un sistema que se basa en el crecimiento ilimitado no esposible en una Tierra con recursos limitados. El crecimiento hasta ahora hasido a costa de otros. Recordemos que para que nosotros vivamos así, hay otrosque se tienen que morir de hambre, porque los recursos no soportarían a toda lahumanidad consumiendo de esta forma. El sistema se basa en la desigualdadcreciente y ahora nos toca bajarnos del vagón primera clase. El darwinismosocial sigue funcionando y sobreviven los más fuertes, los más adaptados, laespeculación a costa de los demás, los que son ricos y poderosos (lo que nosaben es que nos extinguiremos juntitos)
Un sistema más equitativo, tanto internamente, comoa nivel mundial, con una profundización democrática y sostenible es posible. Elúnico problema es que no hay ninguna voluntad política real en este sentido.
Volviendo a España, necesitamos otros representantesque no teman abandonar el codiciado sillón de velours rouge (terciopelo rojo),que tengan ideas claras y diferentes para una realidad diferente que se basa ensentar las bases de un nuevo sistema, que hay que inventar y llenar decontenido. Esto no se puede hacer hasta que una mayoría piense así, porque loque finalmente lo que se refleja en las votaciones es la opinión de la mayoríabipartidista en parte gracias a nuestro maravilloso sistema biabsolutista“D’Hondt”.
Por todo esto, YO NO VOTO. Estoy esperando a que laminoría se convierta en mayoría (lo digo irónicamente)
1. De momento no quiero ir a por mi cucharaditade mierda el 20-N. Al menos, si por mí fuera, que la participación sea tan bajaque se cuestione la legitimidad de las elecciones.
2. Como eso tampoco va a pasar, me voy a dedicara leer algo interesante ese día y que decidan los demás, ya estamosacostumbrados. Los que no somos del Madrid o del Barcelona estamos hartos deque siempre ganen los mismos por goleada. Ya no me gusta el fútbol, ya no megusta la política…ya no me gusta casi nada de lo que veo a mi alrededor.
3. Parael que decida votar, que le eche un vistacillo, si quiere, al programaelectoral de EQUO. Como no han tenido oportunidad de demostrar que mienten,haré otro acto de buena fe y supondré que dicen la verdad. Su cabeza es elantiguo presidente de Green Peace. Aportan ideas sostenibles en todos losámbitos, incluso en la economía. Muchas de sus propuestas coinciden con lasreivindicaciones del movimiento 15-M, que al ser apolítico no obtendrárepresentación el 20-N (no sé si me equivoco en esto)
No lo cuelgo, porque no pretendo hacer propagandapolítica, aunque lo parezca y lo esté haciendo indirectamente (yo no voto, perome parece una alternativa para los que sí quieren participar y están indecisos)Así, el que esté interesado, lo puede leer buscándolo en google.
Finalmente, sólo decir que respeto a aquellos quevotarán al PP y al PSOE porque así lo sienten y lo creen necesario, a los quevotarán a cualquier otro partido democrático, a los que votarán nulo como formade protesta, a los que meterán una loncha de chorizo en el sobre (esta opciónme agrada mucho, me la estoy pensando como alternativa) y a los que no votan.Siguiendo mi línea, pongo ya la contestación a las siguientes cuestiones: “esque si no votas, no tienes derecho a quejarte”, “si todo el mundo hiciese loque tú no cambiaría nada”, “si no votas le das el voto a la derecha”, “no votares una irresponsabilidad” etc.
La contestación es que respeto cualquiera de lasopciones, por lo que sólo espero el mismo respeto para mi opción minoritaria(fruto de la reflexión) de no votar. La segunda, es que hago lo que quiero yademás nada me impide quejarme aunque no vote porque hay libertad de expresión.La tercera, si todo el mundo hiciese lo que yo, ya empezaría a cambiar algo. Lacuarta,, si no voto, no le doy el voto a nadie, porque no hay voto. La quinta,mucha gente de la que vota es mucho más irresponsable que yo porque noreflexiona.
Bueno, de todas formas, es muy interesante sabercómo veis vosotros el tema de las elecciones y qué se puede hacer el 20-N. Creoque es un buen tema de debate, aunque nuevamente no tenga mucho que ver con laasignatura, aunque las políticas demográficas dependen de la ideología de fondoy la sostenibilidad tiene que ver con el crecimiento demográfico. A ver sisurgen ideas interesantes.
Un saludo a todos
Autor: Rocío