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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

Toc, toc… La encuesta del paro llama a tu casa – Lo que el ojo no ve de la EPA

octubre 31, 2013

Cerca de 65.000 familias responden cada trimestre a la Encuesta de Población Activa. El INE elige a los hogares en función de técnicas de muestreo y recopila toda la información en un fichero de microdatos que es público. Dos de cada tres desempleados manifiesta su disposición a aceptar cualquier empleo que se les proponga. Curiosidades de la encuesta: hay 50.000 ocupados que no están trabajando y 300.000 parados que en realidad ya habían encontrado un empleo.

Los datos de la EPA no suponen un cambio de tendencia, según Asempleo

Los Rodríguez Bañón abrieron la puerta de su casa un miércoles por la tarde: al otro lado, un encuestador y 117 preguntas. Poco antes les había llegado una carta. El Instituto Nacional de Estadística (INE) les comunicaba que eran uno de los hogares seleccionados para hacer la Encuesta de Población Activa (EPA). Cada trimestre, cerca de 350 encuestadores entrevistan a unas 65.000 familias (entre 180.000 y 200.000 individuos) para recoger los datos que permiten elaborar la EPA, que, junto al censo, es la encuesta que más información proporciona.

¿Por qué eligieron a los Rodríguez Bañón? “Son técnicas de muestreo, se trata de escoger a familias y personas representativas de la sociedad. Si, por ejemplo, el 10% de las familias son madres con hijos, el 10% de la muestra son madres con hijos; si el 5% son extranjeros, el 5% de los encuestados también lo son; y si el 70% de la población vive en grandes ciudades, elegimos esa cifra en grandes ciudades”, explican fuentes del INE. El Instituto se basa en las secciones censales (con información de los censos), de las que seleccionan el 10%. De cada sección se entrevistan a entre 18 y 22 familias de esas viviendas.

Esta es la segunda vez que la familia Rodríguez Bañón –el nombre es ficticio para proteger el anonimato de las fuentes– responde a las preguntas del INE. Lo harán otros cuatro trimestres más. “Las secciones censales elegidas suelen ser estables, pero las familias se van cambiando. Cada una permanece seis trimestres en la estadística para dar continuidad a los datos”, explican desde el Instituto. Una vez que las familias son elegidas, se les envía una carta para notificárselo y avisar de que, pocos días después, un encuestador pasará a entrevistarles. La carta contiene también un número de teléfono para que las familias puedan consultar dudas; y un código, con el que se identifican los entrevistadores por seguridad.

La primera entrevista es siempre presencial, luego todas son telefónicas. Si no pueden estar presentes todos los miembros de la familia, una persona, cabeza de familia, responde por todos. “Las entrevistas que nos han hecho han durado entre veinte minutos y media hora. Te preguntan de todo: cuánto has trabajado, tu antigüedad en el trabajo, si has estado en más de una empresa, si has disfrutado vacaciones, si estás estudiando, tu nivel de formación, si te han cambiado las condiciones de trabajo, qué tipo de empleo tienes…”, cuenta Ruth, la madre.

Los Rodríguez Bañón son cuatro: madre, padre y dos hijos, y viven en una capital de provincia. Los dos progenitores trabajan, y su hijo estudia pero busca activamente un empleo, lo que a ojos de la EPA lo convierte en un parado. Su hija mayor vive y trabaja fuera de casa desde hace años así que, a efectos estadísticos, no cuenta. “Les dije que mi hija ya no vivía aquí y que trabaja en otra ciudad, así que no me preguntaron por ella, solo por nosotros tres. Me explicaron que, a efectos estadísticos, ella ya no forma parte de la unidad familiar”, relata Ruth.

El cuestionario que se hace a las familias es público y apenas ha cambiado. “Es un cuestionario de itinerarios: en función de si tienes empleo o no, vas respondiendo unas preguntas u otras”, señalan fuentes del INE. La encuesta, de 24 páginas, es exhaustiva: “¿Ha conseguido su trabajo actual a través de una oficina de empleo pública?”. “¿Realizó algún trabajo que considere horas extras, pagadas o no?”. “En las 4 últimas semanas, ¿terminó algún día su jornada laboral después de las doce de la noche?”. “¿De qué formas ha buscado empleo en las cuatro últimas semanas?”. “¿Ha realizado durante las últimas cuatro semanas algún tipo de estudios o formación fuera de los planes oficiales de estudio?”.

Toda la información que procede de los cuestionarios se almacena en un fichero de microdatos, que también es público. Para respetar la confidencialidad de la información, se eliminan los nombres y se cambian por códigos: cada persona pasa a ser un número. A partir de ahí se sigue un proceso de depuración de los datos, comprobación y estadística. Junto al proceso informático, un departamento en el que abundan estadísticos y matemáticos analiza los datos para elevarlos al total de la población y llegar a las cifras que, más tarde, llenan portadas y telediarios.

¿Qué pasa si una familia se niega a responder? Si en la primera visita no están, la persona encargada de hacer la encuesta vuelve hasta en dos ocasiones más. Si el hogar sigue sin dar señales de vida, se vuelve a enviar una carta. Responder es obligatorio: son estadísticas públicas y la ley contempla multas para las familias, personas y empresas que se nieguen a responder.

El INE asegura que la tasa de respuesta a todas las estadísticas es muy elevada y presume de EPA: “Es una de las mejores y más exahustivas encuestas del mercado laboral a nivel internacional”.

Lo que el ojo no ve de la EPA

La Encuesta de Población Activa es la referencia oficial a la hora de conocer el nivel de paro, ocupación y tasa de actividad de la economía española. Pero al margen de esas grandes cifras que ocupan los titulares, el trabajo del Instituto Nacional de Estadística ofrece en sus más de 400 unidades de información cientos de miles de datos que permiten conocer aspectos poco conocidos del mercado laboral. Les resumimos los más llamativos:

1. 50.000 ocupados que ‘no trabajan’. Dentro de las 16.823.600 personas con empleo detectadas por la EPA del tercer trimestre del año, hay 50.000 que figuran como tales pese a no haber tenido que trabajar un solo día en ese periodo. Son los afectados por Expedientes de Regulación de Empleo o por paros por razones técnicas y económicas que, aún teniendo un contrato, no trabajaron durante ese periodo.

2. Más de 300.000 parados que ya no lo son. Del mismo modo, dentro de los 5.904.700 desempleados registrados por la EPA figuran 303.100 que pese a no tener un trabajo en el momento en que se les entrevistó, sí admitían haber encontrado ya un empleo. Según el INE, el criterio para estar en esta categoría es tener una perspectiva de trabajo para los próximos tres meses.

3. 115.000 potenciales empleos ‘arruinados’ por las horas extra. Entre los meses de junio, julio y agosto los ocupados realizaron una media de 4,7 millones de horas extra semanales. Si las empresas hubieran decidido cubrir esa carga ‘extra’ de trabajo con externos el fenómeno habría permitido la creación de 115.000 nuevos puestos de trabajo. Además, más de la mitad de esas horas extra ni siquiera fueron retribuídas por las empresas.

4. Dos millones de españoles llevan más de dos años buscando empleo. El núcleo más estructural del desempleo en España, aquel formado por las personas que presentan más dificultades para colocarse en el mercado laboral, ha crecido hasta los 2.176.600 personas. El dato explica que haya 560.500 personas que hayan abandonado la búsqueda de empleo convencidos de que no tienen posibilidades de encontrar un trabajo y se explica por la bajísima tasa de colocación de los parados actuales: sólo el 5,71% de los ciudadanos que figuraban como parados en el trimestre anterior aparecían ahora como ocupados.

5. 361.900 pluriempleados. Aún en una crisis de la profundidad de la actual, sin precedentes en los últimos setenta años, hay personas que pueden decir que tienen más de un empleo. En España, son más de 360.000 y dedican una media de 15 horas semanales a su empleo “de complemento”.

6. 600.000 personas buscan su primer empleo. Alrededor de un 10% de los desempleados que refleja la EPA no han trabajado nunca antes. La gran mayoría de ellos son jóvenes, pero hay datos sorpredentes: Por ejemplo, las 50.000 personas mayores de 40 años que están buscando un primer puesto de trabajo.

7. 2.384.700 ocupados en puestos por debajo de su formación. Es el llamado subempleo, un fenómeno que identifica el número de empleados que trabajan en puestos que están por debajo de su formación y que cada vez afecta a un porcentaje mayor del mercado de trabajo. Muchos lo identifican con pérdida de talento.

8. 617.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan. Según la EPA, hay 943.100 desempleados menores de 24 años, de éstos 617.000 no están cursando ningún tipo de formación. Son los llamados ‘ni-nis’. Uncontrovertido fenómeno que ha perdido fuerza en los últimos años porque muchos jóvenes han decidido perfeccionar su formación en tanto no mejores sus perspectivas laborales. Hay cerca de dos millones de jóvenes en esa situación.

9. 30.000 ’empleados por un día’. ¿Cual es la duración de los contratos que se están firmando en el mercado laboral? La incertidumbre sobre el futuro aconseja a los empresarios ser prudentes con las nuevas contrataciones. La manifestación más radical de esta cautela son los contratos de un día. 30.000 ocupados tuvieron uno de estos contratos en el tercer trimestre del año. Si agregamos los contratos con una duración inferior a un mes la cifra sube hasta 138.800.

10. Dos de cada tres parados dispuestos a trabajar en lo que sea.Después de cuatro años de crisis, la mayoría de los desempleados han dejado de lado sus exigencias y se muestran ya dispuestos a aceptar el trabajo que se les ponga por delante. Según la última EPA, son 3.773.400 los desempleados que declaran estar dispuestos a aceptar cualquier tipo de empleo que les propongan.

Fuentes:

– eldiario.es

– lainformación.com