El problema en sí no es la participación ciudadana sino la responsabilidad de quien ejerce el poder que aquella le da. Por ejemplo, en el Congreso se diluyen los problemas en las comisiones de investigación que al final queda en aguas de borrajas. Conclusión: El problema no somos los ciudadanos, es el sistema en sí y si además los políticos no se la creen, todo es una obra de teatro de cuarta categoría. Saludos.

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