
La tecnología a día de hoy abre puertas de comunicación e interacción casi ilimitadas. Lo que hace no tanto tiempo parecía utopía, se ha convertido en realidades al alcance de la mano. Las redes sociales son una de las manifestaciones más frecuentes de lo lejos que han llegado los nuevos avances en materia de interacción virtual.
Las nuevas tecnologías son muy útiles y tienen gran variedad de aplicaciones productivas, no obstante, sí que es cierto que el uso inmaduro o inapropiado que se le pueda dar a armas comunicativas tan poderosas, pueden desembocar en consecuencias realmente perjudiciales en muchos sentidos. Por muchos avances que tengamos en la actualidad es importante hacer un uso responsable de ellos. Y sobre todo, que los usuarios tengan el grado de conocimiento y educación necesario para sacar un provecho sano y enriquecedor de las nuevas facilidades a su disposición.
De hecho, el uso habitual de las redes sociales y su beneficio ha sido puesto en duda por parte de expertos y de algunos estudios realizados al respecto.
En muchos países algunos colectivos sociales han empezado a realizar publicaciones para concienciar a la gente y sobre todo a los grupos más vulnerables (como jóvenes o gente de bajo nivel educativo) de los peligros que puede tener el uso inadecuado de las redes sociales. Aunque dichas publicaciones suelen estar online, también están disponibles en papel y se reparten en diferentes instituciones educativas. Dado el bajo coste, esta opción tiene la ventaja de que al ser entregada en mano, tiene muchas más posibilidades de que el lector acceda a sus contenidos. En el universo online, la saturación de publicaciones hace que sea difícil atraer la atención de sus potenciales consumidores.
Algunos de los casos más habituales en los que las redes sociales pueden incidir directamente de una manera negativa se producen cuando compartimos información que en cierto tiempo puede ser utilizada en nuestra contra. Por ejemplo cuando se comparten fotos o documentos privados y personales con una persona de confianza que posteriormente las hace públicas.
Las redes tienen una incidencia directa en la estima y percepción tanto propia como social. Además, a menudo muchos usuarios hacen uso del anonimato que les proporciona la red para soltar comentarios gratuitos que buscan ofender o violentar. A nivel de psicología social, el efecto puede ser igualmente pronunciado y manipular la conciencia y actuación de grandes grupos, por ejemplo algunos resultados políticos se relacionan con contenidos manipuladores de las redes sociales. En otras ocasiones la agitación colectiva puede tener, desgraciadamente, consecuencias mucho más dramáticas.
Además de sus consecuencias negativas a nivel social, también hay repercusiones directas en la salud de las personas por la exposición a estímulos digitales prolongados en el tiempo. Los transtornos en la calidad y los horarios del sueño (una de las funciones primarias imprescindibles de los seres humanos) se han modificado, lo que puede afectar a nuestra calidad de vida.