En los últimos dos años, se fue creando un movimiento social, constituido fundamentalmente por jóvenes, el dirigente natural ha sido Bukele, porque encarnó la lucha contra la corrupción jurídica, legislativa, fiscal, política, económica, financiera, etc.
A pesar de que las elites del poder le cerraban las vías “legales” para participar en las elecciones, en el último momento se produjo una jugada maestra que los corruptos no la vieron venir, el Movimiento Nuevas Ideas participó en la elecciones a través de un partido de la misma derecha.
Es de hacer notar que el Movimiento Nuevas Ideas rompió los paradigmas políticos y sociológicos en El Salvador, realidad, que las elites del poder todavía no logran procesar.
Nayib Bukele representa un movimiento pos modernista, que va más allá, de las metas teorías, es decir, más que lo ideológico, la extracción social y lo religioso.
Bukele ha hecho propuestas que cambiarán a El Salvador, situación que perjudicará a las elites que han tomado al Estado como su hacienda personal, para hacer corrupción de todo tipo, razón por la cual se oponen a toda costa.
Los diputados crearon las condiciones para realizar un Golpe de Estado en El Salvador Pre-Pago, elaboraron y aprobaron leyes, para hacer financiamientos a proyectos, a alcaldes, a la fiscalía, etc., obviamente sin crear los escenarios ni tener las fuentes para su financiamiento.
El objetivo de los diputados fue que Nayib Bukele el primero de junio que tomara posesión como presidente, no pudiera hacer ninguna inversión en la gente, y lo que es peor, se encontrara con un presupuesto totalmente desfinanciado.
Los diputados crearon este contexto para que cuando Bukele estuviera en funciones como presidente, culparlo por no poder hacer nada, y presentarlo como incapaz e incompetente, y decir, a la población se los dijimos, iba a ser un mal presidente.
Los diputados, en realidad no estaban atacando a Bukele, sino a los ciudadanos salvadoreños, estos legisladores mal intencionados conspiraron para convertir a El Salvador, en un infierno, donde hubiera anomia e ingobernabilidad, con el propósito de agenciarse la victoria en las próximas elecciones para diputados en el 2021.
A un año, de la gestión del presidente Bukele, los diputados junto con los funcionarios de segundo orden que los mismos parlamentarios eligieron, aunque parezca increíble o absurdo, han “trabajado” casi únicamente en contra del gobierno salvadoreño. No es ficción literaria, pero El Salvador en plena pandemia del Covid-19, los diputados juntos con su sala de lo constitucional, han convertido al país, en la única nación en el mundo que no tiene una ley de emergencia.
En El Salvador, la práctica y la teórica del Estado, tiene una traducción diferente, en este país no hay frenos ni contrapesos, obviamente no existe separación de poderes. Esta situación la han creado los partidos ARENA-FMLN, ambos de derecha, en complicidad con la élite económica más reaccionario y fascista de El Salvador. Ambos partidos, tienen a sus expresidentes presos o huyendo por corruptos, y es que la corrupción prácticamente fue su política de Estado.