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Blog de Ciencias Sociales y Sociología | Ssociólogos

Aproximaciones a la problemática de la precariedad laboral desde las Ciencias Sociales (Parte II)

noviembre 22, 2017
APROXIMACIONES A LA PROBLEMÁTICA DE LA PRECARIEDAD LABORAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES II

APROXIMACIONES A LA PROBLEMÁTICA DE LA PRECARIEDAD LABORAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES (Desde el Análisis estructural hasta el Manejo Cotidiano)

(PARTE II)

La corrosión del carácter.

El sociólogo estadounidense Richard Sennett también señala como estos procesos de la actualidad afectan la subjetividad y el proyecto de vida de los trabajadores o utilizando sus propias palabras corroe el carácter7.

APROXIMACIONES A LA PROBLEMÁTICA DE LA PRECARIEDAD LABORAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES II
Fuente: Cordoba.cnt.esManifestación de la Confederación Nacional del Trabajo (España) contra la precariedad laboral y las Empresas de Trabajo Temporal (ETT). Córdoba, España 16-09-2011.

Uno de los más alardeados argumentos de la estrategia neoliberal es el de la necesidad de reformar las organizaciones, principalmente la estructura Estadal. Plantea que a nivel empresarial, era necesario atravesar por un proceso de reingenieria para adaptarse al mercado moderno (bolsa de valores) y buscar beneficios a corto plazo. Indica Sennett que este proceso trae como consecuencia, bajas en la productividad y sobre todo en el desempeño individual del trabajador quien es desmoralizado a causa de las duras implicaciones de la reingeniería. (Sennett, 2000)

Otra característica que identifica Sennett es el de la especialización flexible. En apariencia, los horarios flexibles ofrecen más libertad para el individuo, pero en la rebelión contra la rutina, la aparición de una nueva libertad es engañosa. Se cambia una forma de sumisión por otra, el teletrabajo es más supervisado que el mismo trabajo presencial. (Sennett, 2000)

Estas medidas buscaban moldear las entidades económicas a la nueva dinámica del mercado moderno. Todo cambio impulsado en lo interno de estas entidades está condicionado por este contexto. Para lograr este moldeado, fue necesario que los trabajadores internalizaran la aceptación y la inevitabilidad de los cambios bruscos. Se requiere del individuo la fortaleza del carácter, la de alguien que tiene la seguridad necesaria para moverse en el desorden. Estos cambios producen efectos en los individuos, en su visión a largo plazo, el Estado no los atiende, sea por definición o por ineficiencia y limitaciones. (Sennett, 2000)

La voz de los Precarios.

Para comprobar esta fortaleza en el carácter, es necesario escuchar la voz de los que sufren estas dinámicas en el mundo del trabajo, es decir, los precarios y los desempleados. Al respecto, el filosofo Francés Guillaume Le Blanc escribe una obra titulada “Vidas ordinarias, vidas precarias”, libro en el que se propone escuchar la voz de los precarios, mediante relatos de estos.

Le Blanc (2007) plantea que el intento de justificar la precariedad como algo natural, ha causado una importante separación entre los actores políticos y los trabajadores precarios. Esta situación causa a su vez que se invisibilise la problemática, al quedar los precarios desprovistos de una plataforma política que sea vocera de sus padecimientos y necesidades. Esta visión puede complementarse con la expuesta por Rifkin en la capitulación de la clase trabajadora.

Este carácter invisible del precario trae como consecuencia según Le Blanc, la fragilización de su lenguaje. No solo porque sus voces fueron “borradas del concierto de las voces en las democracias modernas” es también que el efecto de la precariedad se desplaza a otras instancias como lo es la vida ordinaria, perjudicando su capacidad reflexiva. “Si la vida común es poder creador, astucia para desentrañar el sentido de las normas y hacer advenir nuevas normas, recíprocamente la precariedad anula ese poder creador, arranca la vida de sí misma y, en consecuencia, priva de la voz”. Hay dos injusticias, la socioeconómica y la simbólica ya que no se reconoce la problemática. (Le Blanc, 2007)

Según Le Blanc, el esfuerzo por devolverles la voz a los precarios significa colaborar con la creatividad presente en las vidas comunes que son descalificadas por la precariedad. “Esta creatividad es el acontecimiento del que importa ser contemporáneo. A la precariedad opongo la voz de los precarios”. (Le Blanc, 2007)

Siguiendo el hilo de Castel, Le Blanc dedica parte importante de esta obra a proponer que las democracias deben comprender lo necesario de construir políticas capaces de neutralizar los mecanismos de las dos injusticias anteriormente mencionadas.  La asistencia social debe ser parte del repertorio de estas políticas.

Otro resultado de los actuales procesos que afectan la subjetividad es la ruptura del hilo histórico de la vida cotidiana, principalmente mediante un proceso de descontextualización, es decir el hacer la vida cotidiana un espacio ajeno a la política y a la actividad económica. El filósofo argentino Néstor Kohan en un ensayo llamado “Filosofía, historia y vida cotidiana” nos indica que la intención de estos procesos es un construir un nuevo sujeto, es “la gente”. Sin nombre, sin apellido, sin clase social, sin historia previa. (Kohan, 2007)

Si deshistorizamos la vida cotidiana, si la hacemos un espacio ajeno a la política, el único sujeto posible que nos queda es “la gente”. Esta es una subjetividad domesticada, individualista y fragmentada, dispersa y sumisa es decir, una masa heterónoma de individuos aislados que sobrevive en su vida cotidiana bajo el mandato indiscutido de “los mercados”. (Kohan, 2007)

Según Kohan, esta subjetividad pretende remplazar a una subjetividad histórica que se caracteriza principalmente por la presencia de un sujeto colectivo con capacidad de cooperación y en la prolongación de cada uno de sus miembros particulares en el plus de fuerza que emerge de la articulación del conjunto. (Kohan, 2007)

El relato de la ONU desde la crisis de la modernidad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) toma en cuenta las transformaciones de la subjetividad e intersubjetividad por estos procesos a los que llama crisis de la modernidad8, siguiendo la tradición de la sociología de la Europa occidental. En su programa para el desarrollo (PNUD) en el cuaderno del futuro 4 realizado en La Paz Bolivia, la investigadora Natasha Loayza realiza un ensayo conceptual llamado “Subjetividad: una mirada desde el desarrollo humano” donde se buscan plasmar algunos de los cambios más importantes de la subjetividad e intersubjetividad dentro de la sociedad actual.

Los elementos causantes de estos cambios que reconoce Loayza (1999) son los siguientes: 1) la creciente interrelación entre la extensionalidad del mundo global y la intencionalidad del sujeto en la modernidad tardía. 2) el debilitamiento de las mediaciones institucionales. 3) la tensión entre la racionalidad instrumental y el mundo simbólico. 4) la capacidad autoreflexiva y la libertad real.

Todo estudioso de las ciencias sociales sabrá que estos tópicos descritos anteriormente no son novedosos en el análisis en cuestión sobre la transformación de la subjetividad. Loayza se apoya en conceptos y planteamientos de reconocidos estudiosos de la llamada crisis de la modernidad. Concepto clave para el ensayo es el de habitus9 de Bourdieu, mediante el cual se pretende analizar las disposiciones subjetivas como base de las aspiraciones presentes y orientaciones de la acción social. Otros conceptos utilizados: modernidad tardía (Giddens), mundo de vida (Habermas), subjetivación (Touraine), sociedad de riesgo (Beck).

La idea central del ensayo es plantear que en el actual contexto, el desarrollo humano será posible si se desarrollan, individual y colectivamente, las capacidades autoreflexivas de la sociedad para pensar en sus condicionantes de su práctica presente y futura. (Loayza, 1999)

De esta manera la ONU reconoce como el dinamismo de los actuales procesos ha causado impacto en la intersubjetividad de las sociedades. El problema de la subjetividad y su relación con el sistema (contexto) no es un problema ficticio o fabricado en un discurso, es un problema real, tangible, observable. Es importante resaltar que no es solo con este trabajo que la ONU ya comienza a reconocer esta problemática. Ya para los tiempos de la crisis del estructuralismo de la CEPAL, Naciones Unidas reconocía la importancia de tomar en cuenta los elementos culturales y sociales a la hora de impulsar una política económica (Neoestructuralismo).

El manejo cotidiano de la precariedad Laboral.

Todo los procesos anteriormente descritos por distintos estudiosos, de dilatada trayectoria como por ejemplo Castel y Rifkin,  tienen su efecto en la constitución de los soportes sociales, institucionales y subjetivos que permiten al individuo configurar su individualidad, esa que se prometió en la modernidad según la cual el individuo tendrá el poder de construirse un proyecto biográfico a largo plazo. El individuo debe poseer un espacio que le brinde la posibilidad de construir su interioridad y su capacidad de representarse en las interacciones.  Estos soportes dependen del contexto, del orden social.  La demanda de la humanidad por estos soportes nos deja claro que la posibilidad de vivir la vida cotidiana no es independiente de la lógica de la modernidad.

La situación de alejamiento de la vida cotidiana de los espacios político y económico puede dejar al individuo desconectado de los soportes que la sociedad puede proveer para que este tenga la posibilidad de construir una individualidad con cierto grado de manejabilidad y estabilidad.

Cuando la sociedad no puede proveer al individuo de estos soportes materiales y simbólicos, en algunos casos ni los mínimos necesarios, seria de interés preguntarse cómo la subjetividad puede hallar mecanismos para soportar esta condición, qué elementos se encontraran en la intersubjetividad que permiten al individuo dotarse de una explicación, de una visión de este hecho y que le permiten construir soportes para no caer en la desafiliación (Castel) o en la corrosión del carácter (Sennett).

Sobre estas interrogantes se puede proyectar un concepto de un célebre sociólogo francés, nos referimos a Pierre Bourdieu y su concepto de habitus. Según Bourdieu el habitus está conformado por estructuras mentales a través de las cuales se aprehende el mundo social. Es un esquema de percepción, de producción de prácticas, de apreciación de prácticas. Expresan la posición social que se ha construido. (Bourdieu, 1997)

A esto agrega que el mundo social puede ser dicho y construido de diferentes modos según diferentes tipos de visión y de división. Según el concepto de habitus, los sujetos de precariedad laboral se construirán una percepción de esta condición partiendo de la posición social que se construyeron y ocupen. Esto nos obliga a introducir otro elemento a la problemática. El individuo construye soportes, reflexivos o no, para manejar la precariedad laboral, para esto, según el concepto de habitus, está dotado de estructuras mentales poseedoras de esquemas de percepción.

Estos esquemas de percepción varían según el estrato social. En el contexto venezolano, la precariedad laboral encuentra su posición entre los estratos bajos.  ¿Existirán en estos diferentes esquemas de percepción, elementos para soportar la precariedad laboral? Para acercarnos a estas respuestas tendremos que escuchar la voz de los precarios, como ya nos señala Le Blanc anteriormente.

La precariedad laboral es un problema que se sale de los límites del mundo laboral y la problemática socioeconómica. Los individuos al quedar desprotegidos, construyen soportes para manejar esta situación.  La elaboración de un proyecto biográfico sufre por los desplazamientos sociales que la precariedad laboral causa.

Estos tiempos flexibles diezman el carácter. La sociedad va centrándose en lo inmediato, la economía esta entregada al corto plazo. ¿Cómo puede manejarse la precariedad laboral en la vida cotidiana?, ¿cómo puede elaborarse un proyecto biográfico en estas condiciones?

Las preguntas anteriormente formuladas nos hacen caer en el mundo de la vida cotidiana. La cotidianidad es la vida de los días similares, la vida diaria, de las rutina, es la vida de la reproducción tanto biológica como social. Este carácter de reproducción social que posee la vida cotidiana es de vital importancia para esta problemática ya que en la cotidianidad el individuo debe arreglárselas para manejar las condiciones en las cuales construye su existencia material y espiritual. Este momento del “manejo” lo podríamos ubicar en el contexto de la vivencia general, en el ciclo del hogar-trabajo-calle, siendo el hogar un espacio fundamental ya que en este el individuo vuelve en sí, se refugia, evalúa; en cambio en el trabajo y en la calle el individuo debe poner de lado su intimidad y lidiar con un fenómeno que trae consigo la modernidad, el de vivir con extraños.

Para resolver esta preocupación del “ser para otros” el individuo encuentra en la sociedad recetas para tomar decisiones y orientarse. Peter Berger y Thomas Luckman en su obra “la construcción social de la realidad” comprenden que la realidad social de la vida cotidiana es aprehendida por tipificaciones anónimas, alejadas del aquí y del ahora. (Berger y Luckmann, 1966)

Un concepto clave de la construcción social de la realidad es la habituación. Esta es aprehendida como pauta, libera al individuo de la “carga” de tomar decisiones sobre cómo realizar una actividad. Esto proporciona un alivio psicológico y proporciona un trasfondo estable. Con su institucionalización, van desarrollándose y estableciéndose pautas definidas. Toda actividad está sujeta a la habituación (Berger y Luckmann, 1966).

Con el interesante análisis de la construcción social de la realidad, podríamos plantearnos que además de resolver sus problemas del vivir con otros, los individuos construyen esquemas de soportes para manejar otras problemáticas como por ejemplo, la precariedad laboral. Visto desde este análisis construccionista, ¿Son estos soportes acciones tipificadas por la institucionalización? ¿Entra el manejo de la precariedad laboral en el conjunto de las actividades habituadas? En resumen, ¿podemos entender el manejo de la precariedad laboral como una construcción social?

NOTAS

1 Jeremy Rifkin, destacado escritor, sociólogo, economista y activista, fue asesor del gobierno de Bill Clinton. Su referida obra “El fin del trabajo” introduce el impacto científico-tecnológico en el mundo laboral, es considerado un “Best seller”.

2 Datos extraídos del Anuario estadístico de América latina y el Caribe elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Publicación de las Naciones Unidas. Utilizamos las estadísticas del informe 2010 ya que en los indicadores laborales 2011 no se presenta el total de la PEA.

3 El caracazo, así llamado por acontecer parte de los hechos en la capital venezolana, fue una serie de protestas y disturbios generados por el descontento poblacional ante medidas de ajuste económico realizadas por el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Entre sus consecuencias resaltamos la inestabilidad política que se presentó en el país luego de estos hechos. Este acontecimiento es utilizado frecuentemente como un termómetro de la aceptación que puede tener este tipo de medidas en una sociedad.

4 La socióloga Geny Zuñiga, realiza aportes para el estudio de la precariedad laboral con su investigación El mercado laboral y la pobreza en Venezuela (2010). En este trabajo se identifican características que según sus denotaciones nos indicarían una situación de trabajo precario. Estas serían: salario bajo, condición de ocupación, beneficios laborales, bajo grado de utilización del recurso humano y baja duración de la jornada laboral.

5 Según Castel, para ser un individuo, poder representarse ante los demás en las relaciones con los otros, se debe disponer de soportes, instancias que le permiten construir su individualidad. Propietario de su devenir, el individuo se vuelve capaz de existir por sí mismo.

6 Condición en la cual un individuo ha sido desligado de ciertas protecciones de la estructura social. Es un término más adecuado que el de “exclusión” ya que nadie queda fuera de la sociedad y si no que son relaciones sociales particulares con esta como un todo (Castel, 1997: 447)

7 Sennett entiende el carácter como el valor ético que atribuimos a nuestros deseos, aceptación y aprobación interna, se relaciona con los rasgos personales que valoramos en nosotros mismos y por los que queremos ser valorados” (Sennett, 2000: 10)

8 Crisis de la modernidad se refiere a un momento histórico en el que los metarelatos de la macrosociología perdían vigencia y se quedaban sin respuestas ante las nuevas dinámicas socioeconómicas como el debilitamiento del estado de bienestar. Dentro de la teoría sociológica, en esta época se agudiza la tensión entre la sociología estructural y la sociología de la acción social.

9 Disposiciones a través de las cuales se aprehende el mundo social.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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